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Análisis de ARK: Survival Evolved

ARK: Survival Evolved ha llegado a Nintendo Switch pese a que parecía imposible. Veíamos anuncios de otros títulos que tenían cierta inspiración en esta experiencia de supervivencia masiva. Pero ahora, tras unos cuantos cortes de tijera en lo técnico, por fin lo tenemos en la consola. No es para todos, pero para el que sea resultará interesante. Eso sí, preparad suscripción de pago de Nintendo Switch Online para poder jugar bien.

El límite lo pones tú en ARK

Bienvenido a una isla en la que hay animales de hace milenios, que habitan el cielo, la tierra y el mar. Algunos de ellos interactúan incluso entre sí, pero otros están pasivos moviéndose y, salvo que intervengamos, tendrán una actitud pasiva. Aquí es la ley de la naturaleza y de la cadena alimenticia, pero también es una historia de supervivencia y obediencia, en la que si atacamos a algunos animales nos espera un contraataque defensivo, pero también podemos encontrar a otros que nos seguirán al lugar al que vayamos.

Todo se desarrolla desde una perspectiva en primera persona, y siempre hay que estar mirando lo que tenemos alrededor, ya que pocas zonas son seguras y las primeras veces, mientras aprendemos a jugar, moriremos repetidamente (y de paso nos reiremos por cuestiones técnicas del propio juego), pero una vez tenemos aprendidos los controles y las mecánicas de movimiento, manipulación de materiales y “saquear”, el juego adquiere otra dimensión. De hecho, nos espera un extenso sistema de puntos de experiencia para desbloquear más posibilidades al crear objetos, y si queremos aprender distintas a las que hemos asignado, tendremos que hacer uso de otros jugadores o de balizas que aparecen en algunos lugares.

El juego de hecho es eterno, como ocurre con la mayoría de los de su género. No podemos esperar una historia rompedora ni nada similar, la clave está aquí en sobrevivir, mejorar y sobrevivir mejor. Hay un modo para un jugador y otro local con varias consolas, pero el que brilla de verdad es el online. Tenemos jugador contra jugador y jugador contra entorno. En el primero cualquier jugador (puede haber hasta 64 compartiendo mapa) puede matarte o robarte, por lo que lo importante es tener alianzas con otras personas o duraremos menos que Charmander contra Blastoise. Contra el entorno solo enfrentaremos personas de nuestra tribu (en la que podemos estrablecer jerarquías de permisos incluso) o a las que hayamos declarado la guerra, por lo que nos permite explorar más libremente. Eso sí, el mundo en ambos casos está activo siempre y, pese a que tenemos un momento de protección cuando no jugamos, si lo dejamos demasiado apartado cualquiera puede llevarse todo lo nuestro mientras no estamos metidos en la faena.

Una supervivencia evolucionada de verdad

¿Qué podemos hacer en ARK? Además de cazar y crear objetos, podemos montar poblados, plantar cultivos, navegar en balsa, domar bestias… es decir, casi todo lo que se nos pueda ocurrir en un entorno así. Y todo con una interfaz medio sencilla de manejar, y digo medio porque al comienzo sin ningún tipo de idea nos resultará todo muy engorroso y tendremos que hacernos bien a su funcionamiento. La clave de todo está en los recursos, que deberemos conseguir para poder realizar todo lo que queramos.

La sensación de supervivencia es altísima (¿quizás demasiado?) y es un juego al que cuesta mucho hacerse, ya sea por las bajadas de frames, los controles, los menús u otros aspectos. Es un juego que es brutal una vez que te has puesto con él a tope, pero con el que cuesta un poco que hagamos buenas migas, algo que hoy día te condena muy pronto. Además hay varios problemas con la conexión a internet (es recomendable tener NAT abierta) y bugs de lo más variopintos, como poppings, cargas a medias o posiciones inadecuadas de personajes. Con todo puede jugarse, pero algunos problemas resultan molestos y empeoran mucho la experiencia.

Dejando al lado la polémica generada por el port, que obviamente no llega a los niveles vistos en otras plataformas (sobre todo fuera del dock) y a veces hace que nos duela la vista, el juego a veces sorprende por ofrecer algún momento muy llamativo a nivel gráfico, lo que es fruto de una resolución dinámica. Con los animales y personas ocurre lo mismo, pero generalmente no se ven mal del todo. Eso sí, todos andan escasos de animaciones y en lo sonoro cumplen lo justo. Además están los bugs ya mencionados, que ensucian una idea interesante de juego.

ARK: Survival Evolved seguramente sea de las experiencias más completas en lo relativo a supervivencia, con mapas para muchos jugadores y en la que la relación con ellos cobra un papel fundamental. Sin embargo, los problemas abundan a patadas, por lo que si no somos seguidores del género todo será una traba para poder disfrutar del juego. Si hemos sido unos valientes y nos hemos adentrado en él, vamos a pasar más horas de las que esperamos – sobre todo si contamos con una comunidad con la que cooperar.

Resumen
Una experiencia de supervivencia única, pero con varios problemas que le impiden brillar.
6
Justo
Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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