Es hora de dejar atrás los prejuicios. Los Pitufos – Dreams derrocha originalidad, buen hacer, diversión y sobre todo una estupenda experiencia cooperativa. Plataformas de las buenas de la mano de Ocellus Games y Microids.
Pitufeando como nunca
Hace ya unos años, en parte gracias a nuestros compadres de Bit Managers, disfrutamos de algunos títulos protagonizados por estos diminutos personajes azules la mar de entretenidos. Era una época donde los videojuegos de licencias estaban bien vistos despuntando en calidad eventualmente. Pero eso se torció poco más tarde y es raro el caso en el que nos encontramos títulos basados en licencias que llamen nuestra atención. Los Pitufos – Dreams es sin duda una de las excepciones que rompen la regla.
Los mismos creadores que nos deleitaron con el más que satisfactorio Marsupilami – Hoobadventure vuelven a la carga con claras inspiraciones de Super Mario 3D World + Bowser’s Fury. Tenemos un plataformas tridimensional de vista generalmente isométrica que podemos jugar en compañía de otra persona para impedir una vez más los malvados planes de Gargamel. El brujo ha lanzado un terrible hechizo que a imbuido en un sueño profundo a los Pitufos de la ladea. Todo para salir en su búsqueda sin que estos puedan impedírselo… aunque por suerte hay un par de ellos libres de tal maldición.
Los Pitufos – Dreams es sin duda una de las excepciones que rompen la regla cuando se habla de que los juegos basados en licencias no son buenos.
Esos somos nosotros. Eligiendo entre chico o chica nos embarcamos en los sueños de los Pitufos dormidos para conseguir despertarlos uno a uno. Desde la aldea Pitufo y a través de una almohada gigante saltamos a la galaxia de los sueños para elegir qué constelación jugar. Cada constelación, formada por diferentes estrellas (o niveles) representa el sueño de un Pitufo y por tanto un conjunto de pantallas tematizadas de características únicas. Contamos con el salto clásico, la carrera a lo Mario en el juego mentado y convertirnos en burbuja en el aire para flotar y coger impulso (un salto largo, vamos).
Habilidades suficientes como despertar a todos nuestros compañeros. O casi, porque también podemos coger frutos, poco abundantes, para lanzar a ciertos enemigos o sacar partido de armas únicas. Una pistola de caramelo pegajoso, una lámpara que desvela plataformas ocultas o un mazo capaz de destruir todo lo que se ponga por delante. Una variedad de gimmicks que se amplia sueño a sueño para ofrecer novedades a cada paso que damos. Porque lejos de quedarse en algo convencional Los Pitufos – Dreams ofrecen todo tipo de desafíos.
La parte visual es muy vistosa con estampas más que dignas.
Mucho más de lo que parece
Lo cierto es que las ideas de Los Pitufos – Dreams van a más. Cada nivel ofrece algo distintivo que lo aleja de ser un plataformas convencional que busca satisfacer a los más pequeños. La dificultad sin ser un desafío sabe ofrecer interés para descubrir sus secretos, sortear obstáculos y alejarse de ser un paseo infantil. Hay zonas de plataformas móviles, rodantes y todas las que se os ocurran para dar paso a niveles de sigilo, convertirnos en un tetrimino o surcar los cielos en caída libre.
Hay tanto buen hacer que esperemos llegue al público que gusta de disfrutar los representantes sólidos del género. Quizá la pega es conformarse con los 30 fps para el rendimiento cuando estamos seguros que podría dar más de sí. Porque si bien técnicamente no despunta, sí lo hace con un apartado artístico llamativo, colorido y también, por momentos, muy imaginativo. Salir de los clásicos bosques que rodean la aldea ha sido una idea estupenda porque permite focalizar la ambientación en los sueños de cada Pitufo dormido y su propia imaginación.
Hay zonas de plataformas móviles, rodantes y todas las que se os ocurran para dar paso a niveles de sigilo, convertirnos en un tetrimino o surcar los cielos en caída libre.
Pero no todo lo que ofrece es tan bonito. Las sesiones de juego se llevan la parte más amarga impidiendo guardar partida tras cada nivel superado. Esto obliga a terminar una galaxia completa para poder hacerlo y es algo que, en las más importantes , puede llevarnos al menos una hora de juego. Y además, no podemos jugar un nivel particular de ellas si no que toca hacerlo en conjunto y orden, una tras otra. Una penalización que se olvida de la inmediatez y cansancio de los más jóvenes y del tiempo que se dispone para jugar. Y que incluso afecta a la rejugabilidad para conseguir todos sus coleccionables.
Con ellos desbloqueamos nuevos mundos o incluso apariencias para el personaje ya que la aldea , a medida que despertemos a sus habitantes, ofrece nuevas posibilidades. Quizá la banda sonora podría acompañar de forma más animada porque si bien el trabajo es estupendo se antoja demasiado pasiva y contemplativa como para acompañar a la acción de forma más amena, o que la variedad de enemigos es demasiado reducida.. Y cierto es que no todo está afinado al milímetro pero sí lo suficiente como para formar un título muy interesante para todos, sean o no seguidores de la obra de Peyo.
¡Estamos en ropa interior y nadie nos puede ver así! Menuda pesadilla…
Análisis de la versión 1.0.1
