Los desarrolladores de EARTH WARS vuelven a la carga con un ARPG con un planteamiento que gustará a los que busquen más propuestas a lo Dark Souls. Para la ocasión, LOST EPIC, bajo una apariencia bidimensional de lo más cuidada nos ubica en una aventura donde, como guerreros, debemos derrotar a seis antiguos Dioses para devolver la paz a un mundo en peligro.
Laberinto de peligros
Tras unos primeros minutos con una aparenten importancia narrativa, LOST EPIC se transforma en un título de acción lateral donde debemos medir bien nuestros movimientos. La acción es rápida, tanto el movimiento como los combates tienen un dinamismo muy interesante y que pronto nos recuerda a Muramasa, una de las joyas de Vanillaware. Y es que la forma de desvelar y avanzar por su mapa también es muy similar.
Dividido en pequeñas pantallas conectadas sin más ayuda que unas luces palpitantes indicando la ubicación de los Dioses, hay que hacerse el camino hasta llegar allí. Los niveles están repletos de enemigos que bien podemos evitar o derrotar si lo que queremos es obtener experiencia para posteriormente utilizarla en mejorar a nuestro guerrero en una suerte de hogueras.
Y efectivamente, hablar de estas hace que ya sepamos como se desarrolla el título de Team EARTHWARS. Si morimos volveremos a la anterior hoguera visitada perdiendo la experiencia acumulada sin gastar en el lugar de la derrota. Para recuperarla basta con regresar a dicho punto y seguir avanzando con cautela y quizá por otro camino. Algo de lo que sin duda se saca partido en un juego que apuesta por cientos de rincones a explorar, bifurcaciones y todo el entramado de un mundo pensado para ser explorado.
Es fundamental controlar la barra de resistencia para salir airosos.
Un reto posible
Para los que rechacen esta popularizada fórmula no tienen que preocuparse por la gran losa que suele recaer sobre ellos: la dificultad. LOST EPIC es retador y desafiante pero no muestra una dificultad que pueda generar rechazo a los jugadores. Su accesible sistema de control ayuda a suavizarlo, y aunque sencillo, sabe ganar algo de profundidad con el tiempo. Contamos con tres tipologías de armas (ligeras, pesadas y a distancia) que casi cual Monster Hunter vamos evolucionando.
Siguiendo esa estela, el combate se construye a través de la resistencia. Cada uno de nuestros ataques consume parte de ella impidiendo golpear sin control si no queremos ralentizar nuestro movimiento y ser presa fácil. Un combate que se compone de tres ataques (ligero, fuerte y especial) además de una esquiva para evitar golpes y/o colocarnos a espaldas del enemigo y aumentar el daño de los golpes.
LOST EPIC es retador y desafiante pero no muestra una dificultad que pueda generar rechazo a los jugadores
Al debilitarles lo suficiente tendremos oportunidad de realizar un ataque más poderoso para rebajarles gran cantidad de vida. A esto se suma la parte plataformera del título donde también importa la verticalidad de cada zona e incluso las partes acuáticas. Algo que tampoco termina de cuajar dado el cambio de ritmo y control de los combates. Precisamente estos cambios de zona también requieren de potenciar los ataques y habilidades con un gran abanico de buffs de habilidad.
Del mismo modo la recolección de objetos está a la orden del día y pasa a formar parte de la clave de su fórmula. Bien para crear pociones, armas u otros no queda otra que pasar tiempo en los menús de forma relativamente habitual. Y es que incluso, algo que no termina de convencer, es la fabricación de pociones con sus ingredientes de forma obligatoria cuando nos quedemos sin ellos. Un proceso engorroso y que se extiende sobremanera con su gran oferta de creación de objetos.
¿Echabais de menos los minijuegos de pesca? Nosotros tampoco, pero no podemos evitar jugarlos.
Horas de crafteo
Todo este entresijo de posibilidades no para de crecer y la muestra es una cantidad industrial de árboles de habilidad que los más puristas disfrutarán de lo lindo, ofreciendo horas de juego para perfilar a su personaje ideal. Más allá de elegir apariencia al inicio, la creación de armaduras y desbloquear su construcción a medida que jugamos y completamos misiones secundarias (muchas de ellas pasivas) hacen que LOST EPIC ofrezca contenido más que suficiente si su fórmula te atrapa.
Es cierto que tras unas cuantas horas la repetición de enemigos y su sistema de combate evoluciona poco jugablemente fuera de tanta estadística. Pero también, el factor exploración y el trabajado aspecto gráfico pueden paliar esa falta de profundidad. Los enemigos finales por su parte son gigantescos, cuentan con varias fases donde cambian sus patrones de ataque y el camino hasta llegar a ellos contiene alguna que otra sorpresa como el inevitable minijuego de pesca que tanto nos gusta a pesar de haberlo jugado demasiadas veces.
Hay una cantidad industrial de árboles de habilidad que los más puristas disfrutarán de lo lindo, ofreciendo horas de juego para perfilar a su personaje ideal
Quizá es solo en algunas animaciones puntuales donde notamos en exceso sus movimientos de “marioneta” pero lo cierto es que por lo general el acabado es más que satisfactorio. Especial mención a algunos escenarios que cuentan con unas ilustraciones excelentes y un diseño de personajes que rayan a un gran nivel de la mano de Namie (Fate Grand Order). Es precisamente en la parte de impacto visual donde nos deja un sabor de boca más que correcto.
Esto sumado a una banda sonora muy trabajada y bastante épica, sobre todo en enfrentamientos importantes, voces en japonés (con textos en español) y un correcto trabajo en fx, redondean un cuidado título de donde sumergirnos, si te atrae su propuesta, decenas de horas. Tiempo que se multiplicará si compartimos la aventura con hasta dos amigos más en un modo online que disfrutaremos a partir del día de lanzamiento y que por desgracia no hemos podido probar a fecha de redactar este análisis.
Análisis realizado sobre la versión del juego 1.00
Hay un gran trabajo de arte durante todo su desarrollo.
