Hoy os traemos el análisis de Young Souls, un título que pasó hace muchos meses por Stadia pero que decidió no quedarse ahí y lo tenemos ahora en consolas. Un viaje de muchas tortas con pequeñas dosis de RPG y cierto lenguaje soez (puede desactivarse) que está pensado especialmente para jugarse en cooperativo, y que además contará en unas semanas con una edición física en nuestro país. Así que manos a la obra, es hora de ver si la experiencia merece la pena.
Hermanos, unidos, jamás serán vencidos
Young Souls nos cuenta una historia de dos hermanos adolescentes y rebeldes que viven con un investigador que los adoptó hace algo más de un año. Tras un día de hacer pellas y cumplir con algún encargo de “su padre”, se encuentran que este ha desaparecido y que en el sotano de su casa hay una puerta a un mundo desconocido en el que los goblins están a la orden del día. Toca encontrar “al viejo” y patear algunos traseros mientras descubrimos varios misterios.
Tristan y Jenn protagonizan un beat’em up dinámico en el que tenemos golpes, bloqueos, esquivas (consumen estamina) y saltos, y que rompe la clásica linealidad de moverse desde la izquierda a la derecha secuencialmente, añadiendo diferentes fases por las que avanzar, caminos opcionales y puertas con llaves. Además, tiene cobran mucha importancia la historia, los elementos RPG (niveles y atributos) y el cooperativo. De hecho, aunque puede jugarse en solitario, la experiencia está pensada para ser disfrutada por dos personas en compañía.
La experiencia busca estar hecha para todos los usuarios. Es decir, tenemos una serie de niveles que podemos completar en distinto orden (basándonos seguramente en el progreso de nuestros personajes) pero también cuatro niveles de dificultad y varias opciones de accesibilidad medidas con valores numéricos muy definidos para que así la partida sea al nivel de reto que deseamos. Y, lo mejor de todo, es que todas estas variables puede modificarse cuando sea, por lo que si en algún momento nos vemos más torpes o más sobrados, podemos ajustarlo a nuestra realidad actual.
Young Souls gana en lo extra
El avance en cada nivel se realiza horizontalmente en niveles con cierta profundidad, y nos obliga a aprender bien las mecánicas de esquiva y bloqueo para evitar daños, pudiendo hacer incluso la acción tan popular de parry con el escudo si tenemos en cuenta el timing.
Además de todo el tema del avance, hay un aspecto de exploración y personalización cuidado, pues podemos comprar y mejorar equipamiento para crear dos personajes muy distintos, y también realizar pequeños minijuegos para potenciar los atributos de los protagonistas, de una forma que nos recuerda a la serie No More Heroes.
En general, la respuesta es buena en los controles, y el juego va estable a 30 fps durante gran parte de la aventura, aunque lo peor son los tiempos de carga, ya que no son cortos y si bien entre zonas se entienden, cada vez que nos cambiamos el equipo también ocurren y eso nos corta el flujo de juego bastante.
A nivel visual el título presenta un estilo de dibujo de cómic, con muchos colores vivos y bastante personalidad. Algunas animaciones pueden no convencernos al inicio, pero luego se ve mucho detalle puesto en otras y que en general la presentación es muy armónica y se nos pasa. Por otro lado, la música cumple dando energía a los combates, pero es cierto que en otros momentos pasa muy desapercibida.
Young Souls es un juego que cualquier amante de los beat’em up va a disfrutar, y más si es en cooperativo, aunque en lugar de ser un viaje corto muy rejugable es una experiencia más de historia a completarse en torno a unas 10 horas. Sus tiempos de carga y alguna bajada de frames empañan uan experiencia muy interesante que no solo nos llega en español, sino que nos llega con una gran cantidad de ajustes para que la dificultad y la sensación de reto podamos adaptarla a nuestras necesidades.
