De la mano de los brasileños Petit Fabrik (con Modus Games como publisher y Tesura Games en la distribucion física ya disponible en España) nos llega un siempre bienvenido juego de plataformas 3D multijugador con muchas intenciones de provocar risas y enfados junto a tres amigos más. Kukoos: Lost Pets pretende contentar tanto a familias como a los jugadores más exigentes con su divertida puesta en escena.
Fiesta caótica
La más que evidente inspiración en Super Mario 3D World queda patente desde el comienzo con una cámara que se desplaza junto al jugador más avanzado y siempre mostrando lo que está por venir. Pero Kukoos: Lost Pets no comienza tan bien como parece por unos extraños primeros minutos algo dubitativos con unas secuencias de historia no demasiado bien resueltas y unas zonas a modo tutorial que abarcan más de lo que el jugador puede asimilar.
La imagen se ve muy lavada en la híbrida, lejos de los colores vivos que promete su mundo.
Y desafortunadamente es la tónica que vivimos a lo largo de toda la aventura. Es cierto que Switch parece no ser la plataforma ideal para él: resolución demasiado baja, tirones constantes, scroll sin fluidez, bugs…. Todos estos inconvenientes no ayudan a tener una experiencia sólida, pero fuera de ellos el juego tampoco ofrece una fórmula refinada. No por contenido, si no por falta de robustez en lo que ofrece. La mecánica es sencilla como es habitual en el género: saltar para evitar peligros, recoger monedas por el camino y llegar al final del nivel. Hay enemigos, objetos secretos y muchos barrancos, quizá demasiados. Como decíamos en la híbrida el preciosismo de sus niveles y personajes se reduce demasiado con cargas de texturas momentáneas, borrosidad… y otras que vienen dadas por el juego.
La perspectiva no ayuda a ubicarnos espacialmente y la falta de ayudas como una sombra de los personajes más marcada o la mejorable iluminación de zonas hace que caigamos al vacío sin saber por qué. En otras ocasiones el ruido visual nos juega malas pasadas impidiendo ver donde están los enemigos, por qué estamos recibiendo daño o si eso que vemos son unos pinchos que salen del suelo. Esto se suma a un salto o plataformas que nunca sabemos si vamos a llegar a ellas, sobre todo a las más altas, lo que provoca que el ritmo de juego se vea entorpecido. Echamos en falta esa claridad visual del título del fontanero que no ofrece trabas al jugar y por supuesto la suavidad de su gameplay.
Hay mucha intención detrás del juego pero hay demasiadas cosas que lastran las sesiones de juego, sobre todo en su multijugador
Un buen reto
Pero no todo son problemas en Kukoos: Lost Pets. Sus niveles ofrecen multitud de secretos, son retadores y las mascotas otorgan variedad jugable en cada mundo. Estas mascotas que conseguimos durante la aventura nos ayudan a iluminar el camino, activar plataformas o llegar a lugares elevados inalcanzables de otro modo. Esto ofrece profundidad en los niveles y también múltiples cabreos si jugamos con más gente. ¿Por qué? Pues porque activar las plataformas sólo lo puede realizar un jugador, algo que llevará a confusión en más de una ocasión, ya que exige una sincronización con los demás que, seamos sinceros, no es lo habitual. El nivel de exigencia puede ser un punto divisor y tampoco quedan claras estas restricciones del juego pero otorgan un ambiente cooperativo que no siempre encontramos en otros juegos.
Lo interiores ofrecen lo contrario, zonas completamente negras donde es difícil ubicarse muchas veces.
Es por esto que muchas veces los niveles requieren de una habilidad al alcance de los más expertos ofreciendo así una buena oportunidad para jugarlo en solitario dedicándose a explorar cada rincón. Algo de lo que Super Mario 3D World adolecía era de un mayor reto, individual o conjunto, y que Kukoos: Lost Pets presenta probablemente pasándose de frenada o al menos sin hacerlo de forma progresiva. Quedando esto claro, el diseño de los protagonistas nos recordará mucho a los visto en Fall Guys, con un aspecto tontorrón cuales Minion, en un mundo repleto de colores, formas rotas y melodías cantadas por los propios Kukoos muy agradables (aunque tengamos que ajustar su volumen para escucharlas con claridad).
Por lo demás encontramos la tradicional estructura de mundos con sus niveles propios, puntuación en cada uno por los coleccionables recogidos, jefes finales y cerca de cuatro horas de juego mientras desbloqueamos diferentes apariencias para los personajes. Hay mucha intención detrás del juego, nos gustaría poder recomendarlo y hablar de él de forma más positiva, pero hay tantas cosas que lastran las sesiones de juego, sobre todo en su multijugador, que le relegan a una categoría en la que probablemente no debería estar.
Hay momentos visuales excesivamente pobres ¿Eso de ahí es agua?
