Flame Keeper nos convierte en una brasa muy especial que debe ayudar a un pequeño pueblo a escapar de la oscuridad. Los Vulpis están en peligro, la oscuridad amenaza con cubrir Orbis, y solo Ignis puede salvarlos ofreciendo su propia vida. ¿Podremos salir vivos si necesitan nuestra vitalidad para salvarse?
Iluminando a los malvados
Nuestra historia comienza cuando la Oscuridad intenta invadir Orbis, un mundo habitado por pequeñas criaturas llamadas Vulpis. Para salvarlos encarnamos a Ignis, una brasa capaz de hacer frente a esta malvada oscuridad que amenaza con acabar con todo. Nuestro objetivo es acabar con aquellos que quieren acabar con las hogueras que iluminan Orbis ofreciendo nuestra propia vitalidad para que no pierdan sus llamas.
La jugabilidad de Flame Keeper es realmente sencilla, aunque puede hacerse un poco complicada durante los primeros compases del juego. Antes de empezar, se nos ofrece un pequeño tutorial donde nos podemos hacer con los controles. Ignis puede golpear, saltar y esquivar mientras explora los diferentes escenarios (con toques de roguelite procedimental) para recuperar unas runas que deben ser colocadas en la hoguera central. Una vez colocadas estar runas, debemos dar nuestra propia vitalidad para que estas hogueras amplifiquen su potencia y así proteger la zona de la oscuridad.
Respecto a la dificultad. Flame Keeper es un juego bastante equilibrado, donde con un poco de habilidad podemos jugar sin apenas problemas. Durante la exploración de los niveles para recuperar las runas, vamos a encontrar numerosos enemigos que van a intentar evitar que iluminemos la zona. Para salir airosos debemos acabar con ellos evitando también sus ataques, que pueden infligir incluso problemas de estado e impedir que logremos cumplir nuestro objetivo. Al golpearnos nos quitan parte de nuestra esencia vital, que es necesaria para avivar la hoguera de la zona, pero no hay nada que temer, ya que podemos conseguir vitalidad prácticamente en cada rincón.
Un juego muy diabolico
A nivel gráfico, Flame Keeper nos puede recordar a una mezcla de Diablo con Pesadilla antes de Navidad, donde vemos los escenarios desde una vista cenital con unos personajes modelados y con una estética que podría estar perfectamente inspirado en la película de Disney. Todos los escenarios que visitamos son oscuros, por lo que en alguna ocasión podemos llegar a pasar cosas por alto durante nuestra exploración. Nuestro consejo es que busquéis en cada rincón de los escenarios, porque podemos encontrar cosas muy útiles para cumplir nuestro objetivo.
El apartado sonoro es bastante bueno. La banda sonora está presente en todo momento, acompañándonos durante toda la aventura y ambientando los diferentes escenarios que vamos explorando. Durante muchos momentos, los diferentes temas musicales parecen sacados de otro gran título como es Plantas contra Zombis, temas sencillos y pegadizos que no ensombrecen la acción. Los efectos sonoros también están bien implementados, permitiendo que podamos escuchar como se acercan los enemigos o si se encuentran cerca algunos Vulpis cerca.
Flame Keeper es un juego que se ve bastante bien en el modo portátil de Nintendo Switch, aunque podemos dar fe de que donde mejor se puede ver es si tenemos la versión OLED de la híbrida de la Gran N. Esto se debe a que siendo tan oscuros los escenarios, con la consola clásica podemos llegar a perdernos muchos detalles e incluso perder calidad.
Flame Keeper. Dando la brasa a los enemigos
Flame Keeper es un juego bastante divertido y peculiar, ya que es un título donde debemos sacrificar nuestra propia vitalidad para poder salvar a los más débiles. Nos encontramos frente a un título bastante ágil, donde podemos desbloquear diferentes habilidades según vamos avanzando en la aventura.
Desde Revogamers os animamos a haceros con Flame Keeper si os gustan los retos, ya que poco a poco el juego va aumentando en dificultad, permitiendo que los jugadores se vayan haciendo con los controles superando así todos los problemas que se nos presentan.
