Hoy hablamos de Haven Park, un juego simpático que a primera vista puede recordarnos a A Short Hike, aunque eso también puede llevarnos a cierta decepción, ya que la propuesta es diferente, aunque también de corta duración (un par de horas o poco más).
Haciendo de Haven Park un parque de ensueño
En este título somos Flint, un pollito al que su abuela le ha pedido que se haga cargo de la isla en la que están, arreglando las señales, montando campamentos y esas cosas, para crear así un lugar de interés para que acudan campistas.
Esto se traduce en dar vueltas de un lado para otro, siguiendo las indicaciones que se nos dan (pero con algo de libertad para explorar a nuestro aire) recogiendo materiales y utilizándolos para construir o reparar cosas, además de pequeñas “investigaciones” que nos da la gente sobre rumores varios, como un tesoro escondido.
La naturaleza viva
La experiencia es muy tranquila nada compleja y hasta tenemos un botón para que Flint haga ¡pío! Es decir, es un título para relajarnos y no pensar mucho, pues hasta los puzles son sencillos. Los controles son simples pero efectivos, aunque se echa en falta algo más de agilidad para moverse por el mapeado.
A nivel gráfico cumple con lo que se puede esperar de un título así con muchos colores vivos y animales cabezones y simpáticos, aunque el nivel de detalle de los escenarios tiene luces y sombras. El rendimiento es bueno durante casi todo el juego, resintiéndose solo en momentos muy puntuales, por lo que no afecta a la experiencia.
Haven Park es un juego corto, simpático y muy pensado para un público que busque algo tranquilo para pasar un buen rato. Además está puliéndose poco a poco mediante varias actualizaciones para hacerlo más accesible, mejorar su movimiento y ciertas misiones que se nos ofrecen, por lo que puede que la experiencia sea algo mejor que la que estáis leyendo en este análisis.
