Siendo una de las metas de financiación de otro título, Eiyuden Chronicle: Rising existe gracias a la campaña de recaudación que lanzaron los responsables del venerado Suikoden. Rabbit & Bear Studios puede alardear de completar su Kickstarter con números de infarto para su Hundred Heroes.
Es así como Eiyuden Chronicle: Rising nace como precuela para presentarnos su mundo en un RPG de acción en el que la reconstrucción de una ciudad es su principal reclamo.
De recadero por el mundo
Con un desarrollo de scroll lateral tomaremos el papel de JC, una joven que se ve inmiscuida en una problemática que poco a poco, a lo largo de sus 15 horas de juego aproximadas irá tomando forma… aunque quizá no como esperábamos. Una de nuestras labores será la reconstrucción de un poblado que asolado por un conflicto ha perdido su actividad comercial y también el hogar de muchos de sus habitantes. Esto pasará a ser clave en nuestra aventura pues ayudando a los diferentes afectados rehabilitamos todo tipo de tiendas para afrontar la aventura con garantías.
Dicha casuística sería bien recibida si no fuera porque se torna parte principal del desarrollo convirtiéndonos en recaderos de idas y venidas para recolectar los materiales necesarios, hablar con cierta persona… y poco más. Esto se resume en horas de juego de ritmo innecesariamente lento y poco productivo. No hay tienda o sección de la ciudad que se rehabilite por cuenta ajena, haciéndonos partícipes de forma obligatoria de todo esto antes de emprender la misión principal de turno. A esto se suma una navegación algo torpe por sus calles excesivamente compleja de inicio.
Mazmorreando
Y es que si no fuera por esta torpeza estructural, Eiyuuden Chronicle: Rising saca a relucir su mejor cara en las mazmorras. Y no porque sean especialmente buenas, si no porque jugablemente llegan a funcionar bien cuando disponemos de los tres héroes. Su sistema de combate basa su atractivo en unos combos alternando ataques de los tres personajes del equipo en tiempo real sabiendo que cada uno posee su propio botón de acción. Para atacar con el personaje deseado bastará con pulsar su botón asignado para que golpee, y si pegamos con el botón asignado a otro personaje en el momento justo, multiplicaremos el daño infligido al enemigo acabando con ellos en un periquete. Además cada uno cuenta con sus características de movimiento, defensa y particular ataque.
Su sistema de combate alternando personajes para conseguir combos funciona a pesar de tornarse plano a la larga.
A pesar de tornarse demasiado plano, lo peor de todo es el comienzo. Porque para llegar a tener todos los héroes en plantilla necesitaremos de unas 5-6 horas, ofreciendo hasta entonces un combate excesivamente básico. Y si a esto le sumamos las misiones de recolección en busca de nuevos materiales repitiendo escenario…puede ofrecer unas primeras horas demasiado duras. Porque una vez llegamos a ese punto ya habremos completado una treintena de tareas (obteniendo un sello por cada una) que aportan poco al jugador. Tras completarlas tendremos nuevos sellos, más todavía, que simbolizan nuevos recados del mismo tipo en las nuevas mazmorras que vayamos desbloqueando. Y tampoco es que estas abunden…
De compras
Por lo que podéis imaginar pasamos la mayoría del tiempo reconstruyendo la ciudad mientras entablamos conversaciones con todo tipo de personas y alguna que otra criatura. Contamos con traducción a nuestro idioma y ,aunque no sea la mejor e incluya algunos textos menores en inglés, ayudará a los menos duchos en el idioma de Shakespeare. Eso sí, no esperéis ni mucho menos un entramado interesante, siendo una crítica desde el primer momento el no ubicar correctamente el tono del juego ni sus personajes. Algo que tras unos cuantos recados hará que cualquier conversación se torne poco interesante.
Tras esta monotonía no nos queda más que aprovechar todo aquello que hemos ayudado a rehabilitar. No tenemos posibilidad de cambiar de armas o armaduras pero sí mejorarlas aumentando su nivel, aligerar su peso y permitir así desbloquear otras habilidades como el doble salto o mejorar la velocidad del personaje. Comprar pócimas de curación, comida para recuperar salud o accesorios que potencien estadísticas serán algunas de las cosas que podemos adquirir a medida que avancemos.
La obligatoriedad de las abundantes misiones de recadero rompen el desarrollo una aventura con una sólida base
Si completamos encargos la ciudad mejorará, atraerá nuevos clientes o gente que quiera instalarse en ella aumentando la felicidad de los miembros del equipo e incrementando, por ejemplo, el número de ataques seguidos a encadenar. Así ese punto neurálgico que es la ciudad será cada vez más bulliciosa, con nuevas áreas y como comentábamos, contará con instalaciones cada vez más interesantes.
Preciosismo audiovisual
Visualmente encontramos un producto muy llamativo y que funciona estupendamente bien en la híbrida, sea en sobremesa o portátil, rinde de forma muy estable. Con una iluminación muy cuidada y casi seña de identidad de cualquier escenario, es muy satisfactorio recorrer cualquier zona de Eiyuuden Chronicle: Rising por su despliegue gráfico. Sin duda uno de los productos que mejor saben aprovechar la cámara lateral y qué mostrando y cómo en cada momento. Quizá no al mismo nivel, encontramos unos personajes representados por sprites con ciertas animaciones por pulir. Algunas veces se acusa demasiado del efecto “marioneta” lo que nos hace echar de menos un trabajo más tradicional.
Motoi Sakuraba (Baten Kaitos) pone la guinda a todo esto con unos temas que saben acompañar estupendamente a la acción, aunque demasiado conservadores y ambientales. Funcionan pero quedan lejos de ser su mejor obra. Lástima que no encontremos voces en los diálogos para dotar de mayor personalidad a un título que sabe cumplir con efectos de todo tipo durante batallas y paseos varios.