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Análisis de Curse of the Sea Rats

Hoy vamos a hablaros de ratas. Pero no de este adorable y simpático animal, sino de criminales del ejército imperial británico que se han transformado en versiones humanoides de estas. Eso es lo que nos propone Curse of the Sea Rats, lo último de Petoons (Mi amiga, Peppa Pig), en forma de metroidvania que incluye un cooperativo local para hasta cuatro jugadores.

A por la libertad, Sea Rats

Estamos en 1777, y la terrible pirata y hechicera Flora Burn lanza un hechizo que transforma a todos los tripulantes de un barco en ratas. No solo eso, sino que ha secuestrado también al hijo del capitán. Aunque sus malvadas intenciones van más allá, el capitán decide ofrecer a varios presos de su barco la libertad si consiguen traer a su hijo de vuelta. Y así comienza la misión de nuestros héroes roedores.

El desarrollo va a mezclar situaciones lineales de plataformas y acción con un mapa con diversos caminos (algunos opcionales para llegar al mismo lugar por una ruta más fácil o difícil), tiendas, portales, misiones secundarias (de las que esperábamos algo más) y enemigos. No es un viaje muy largo, pues no llega a las 5 horas para conseguir su primer final y en un par de horas más se puede conseguir el 100%.

Los cuatro proagonistas son Douglas, Calf, Bussa y Yamakawa. Todos tienen un ataque normal, otro especial y algunos movimientos más, pero son diferentes entre sí al cambiar el tipo de arma que utilizan ya la velocidad y fuerza que tienen sus técnicas. Todos comparten la experiencia adquirida y eso es bueno pues en ciertos momentos podemos cambiar de personaje por si nos interesa más otro, aunque cada uno de ellos tiene su propio árbol de habilidades eso sí.

Una maldición sin demasiado poder

Cada personaje dispone de movimientos para atacar, usar un arte mágica de uso limitado, defenderse, hacer contras y otras acciones más plataformeras. Poco a poco se añaden nuevos al lote, como el doble salto, con el fin de poder llegar a caminos que ya vimos por los que antes no podía pasarse. El set de habilidades pese a no ser demasiado amplio no está mal, pero una esquiva de inicio le habría sentado muy bien al juego.

Los enemigos, especialmente los jefes, al inicio pueden ser algo complicados si no medimos bien las distancias porque quitan mucha vida, por lo que jugar en compañía facilita mucho las cosas. Sin embargo, una vez que vamos mejorando a los personajes esa sensación de peligro se remplaza por otra distinta en la que somos superior a la mayoría de enemigos. También vamos a tener muchos diálogos con varios personajes para misiones, compras o para echar el rato, y en varios de ellos hay muchas referencias a la cultura friki de los 80 y 90, tanto de videojuegos como de series y películas. La localización es bastante buena en casi todo, aunque algunos aspectos de los menús podrían estar algo mejor.

En general la sensación no es mala si nos acostumbramos a ciertos aspectos y decisiones de diseño, pero otras hacen que el juego se sienta poco armónico, lo cual es una pena sabiendo que los diseños de los personajes funcionan con animaciones 2D hechas a mano con una enorme cantidad de detalles. Este aspecto luce bastante bien en diálogos y en movimiento, aunque también supone un constaste a veces algo llamativo con los elementos sencillos en 3D (que emulan el estilo cartoon) que componen los escenarios.

Curse of the Sea Rats tiene buenas ideas, pero en la práctica algunas de ellas no terminan de resaltar. Su apartado sonoro cumple por lo general, y su apartado gráfico, si nos hacemos a su contraste, también. Hay varias decisiones de diseño, tanto del mapeado como de otros aspectos como la colocación de botones (la de pulsar el stick se nota) o la imposibilidad de atacar si nos movemos, que no convencen, al igual que unos cuantos bugs presentes especialmente en los últimos compases (que imaginamos que se corregirán en un parche, pero os avisamos de que si vais al final verdadero debéis tener los coleccionables necesarios para evitar un fallo crítico). No obstante, sobre todo si tenemos compañía, el viaje se puede hacer entretenido al ofrecer un cooperativo en un género en el que no suele verse tan a menudo.

Resumen
Luces y sombras componen lo que vemos y jugamos en Curse of the Sea Rats. Cumple, pero se esperaba algo más de él, o al menos más profundidad y variedad en algunos de sus apartados. A pesar de todo esto, el juego tiene su público y sabe hacer algunas cosas bastante bien, por lo que ya es cosa de cada uno ver si es o no de su estilo. Versión del juego analizada: 1.0.0
6.5
Justo
Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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