A nadie le extrañará recordar que en los 90, cuando todo esto de las consolas comenzaba a ganar popularidad, era cotidiano desconocer lo que ocurría en tierras niponas en lo que a software, incluso a hardware, se refiere. Cotton Fantasy tiene una larga historia detrás, que supera las tres décadas, y que al fin comienza a caminar por nuestras tierras.
Es por esto que para muchos hablar de Cotton, una serie de Cute ‘em up, no signifique nada pero durante todo este tiempo se ha ido convirtiendo en una de esas extrañas rarezas que todo el mundo quería catar.
Un shooter muy mono
Volar y disparar. Las claves de los shoot ‘em up que marcaron escuela y que encontraron su propio nicho con una variante en la que todo su mundo era mucho más simpático y juvenil con Fantasy Zone o Twin Bee. Aquí entró en juego la serie Cotton y sus adorables brujas. Para potenciar su personalidad, la clave de Cotton Fantasy está en sus personajes. Y ya no por su apariencia, si no por sus posibilidades jugables donde cada uno de ellos (o de ellas más bien) posee sus propias reglas sintiéndose un título por momentos diferente si controlamos a uno u otro.
No hay ni un segundo de respiro.
Contamos con el disparo básico, y automático si lo preferimos, además de ataque cargado y el especial. Nada más. La gracia de todo esto es que el comportamiento es tan distinto que querremos probar las bondades de cada personaje porque nuestro estilo de juego se verá afectado y por ende también nuestra afinidad a ellos. Por el camino nos encontramos con cristales de diferentes colores que lo cambiarán también al recibir impactos. ¿Para qué? Pues tan sencillo como alterar el poder de nuestro disparo al ser recogidos otorgándole poderes de fuego, agua o incluso subir de nivel el poder de ataque.
La media docena de personajes jugables ofrecen ataques que limpian la pantalla, otros no tienen vidas (por defecto son tres los impactos a recibir antes de ver el “continue”) a cambio de un sistema de recarga vital al derrotar enemigos, alguno dispara únicamente horizontalmente ofreciendo variedades para buscar nuestra maestría con alguno o bien hacerlo con todos ellos. La movilidad es la clave dentro de este bullet hell donde prima la velocidad para evitar tanto disparo de color. Aquí si hemos acusado demasiado el poco recorrido del stick de los Joy-Con lo que impide alcanzar la precisión necesaria sobre todo en los niveles de dificultad más altos.
Cada uno de los personajes ofrece una propuesta jugable diferente que afecta a nuestro estilo de juego
Por suerte, para aquellos que busquen una experiencia más ligera sin importar su posición en la clasificación online, se cuenta con continuaciones infinitas a cambio de llevar el marcador de puntos a cero. Una penalización a cambio de continuar la aventura.
Cada personaje posee características propias
Diversión limitada
La otra cara de la moneda y habitual en el género es su duración. En poco más de media hora podemos acabar todos los niveles de Cotton Fantasy. Es aquí donde entra el factor de superación por nuestra parte. Si buscamos ser mejores y dominar a los múltiples personajes tendremos juego para rato, de lo contrario, queda relegado a una tarde divertida sin mucho más por ofrecer. Es cierto que tras finalizar un nivel podemos elegir a cual dirigirnos a continuación trazando nuestras propias rutas y así optar por aquellas que se nos den mejor para sumar puntos los antes posible.
Sin la superación de marcas no ofrece un gran contenido para el resto de jugadores
Contamos con recompensas adicionales como nuevas fases sólo accesibles si no caemos en un nivel además de un modo entrenamiento donde probar suerte en los niveles ya jugados. Este modo práctica es totalmente configurable (dificultad, personaje y unas cuantas cosas más) para probar suerte a nuestro aire. Es aquí donde se echa en falta algún extra adicional a desbloquear en lugar de centrar todo el esfuerzo en la superación personal de puntos sin otro aliciente para otro tipo de jugador.
Las fases de bonus se presentan con una cámara trasera.
Locura audiovisual
Combinando su apariencia 3D con un estilo que casi podría pasar por un trabajo más artesanal, Cotton Fantasy muestra una paleta de colores muy llamativa que además se ve reforzada por explosiones, dinamismo y cientos de personajes en pantalla de forma fluida casi en todo momento. Hay fortalezas voladoras, mundos góticos y templos egipcios todos con sus propios personajes y rutinas de ataque. Si bien no es algo que debamos tener siempre en cuenta dado el frenesí de cada nivel, sí ofrecen suficientes mecánicas como para tener una pequeña estrategia en cada nivel.
Quizá echamos en falta mayor variedad jugable entre niveles, pero la música siempre motivadora y no menos movida, las voces de Cotton y compañía siempre presentes y la multiptud de efectos de explosiones y rayos de todo tipo nos hacen olvidar ciertas carencias. Porque aquí, lo que pretende Cotton Fantasy es ofrecer diversión directa con un aspecto de lo más cuidado.
A veces es confuso saber qué elementos están en el plano de la acción.
