Está claro que una de los reclamos más utilizados en el mundo de los videjuegos es la reminiscencia a los grandes clásicos de hace unas décadas. Bite the Bullet busca traer el clásico run an gun de antaño con plataformas y una mecánica propia: la de comer todo lo que sea posible, ponernos como el kiko y luego vomitar todo lo conseguido al final del nivel.
¿Retomar la tierra?
Un mundo posapocalíptico nos lleva a ver una visión de nuestro planeta lleno de robots y humanos mutados por las condiciones en las que se encuentra todo. Con el objetivo de ir poco a poco consiguiendo hacerse con el terreno, fuerzas especiales de personas capaces de digerir casi cualquier cosa parten a la aventura, para usar su poder de diferentes maneras y para conseguir energía necesaria para la humanidad.
Esto nos lleva a una de las mecánicas claves del juego, la de comer enemigos inconscientes (a los que hemos tenido que tocar primero) y otros elementos del escenario para ganar nuevos poderes, movimientos y crear armas, algo que, combinado con un extenso árbol de habilidades al subir de nivel, nos da muchas posibilidades de juego. Todo ello nos lleva a recorrer 50 niveles a toda prisa, aunque también con ciertas paradas (que a algunos pueden cortarles el ritmo) para comerse lo que sea.
Un héroe “gordo” en Bite the Bullet
El juego puede completarse en solitario y en cooperativo, que es como más se disfruta, y seguramente uno de los alicientes más importantes que presenta. Más allá de problemas de ritmo (que es algo más de cada uno una vez se conoce la premisa), el verdadero problema reside en los botones. Es verdad que con los títulos mutliplataforma B y A tienen funciones dispares, pero nos hemos acostumbrado a que A es confirmar y B cancelar y, si bien podríamos aceptar que todo fuera al revés, lo que no tiene sentido es que en algunos momentos sea de una manera y en otros de otra.
Los gráficos son bastante buenos cuando tenemos la primera impresión, dentro de una ambientación pixelada. Los escenarios muestran buenos detalles, los jefes y algunos enemigos están bien diferenciados, y todo ello viene acompañado de música rockera que encaja bien con lo que se ve. No obstante, algunos elementos poseen más cuidado en su presentación que otros, algo que pese a no llegar a ser molesto nos llama la atención. Donde también hay ciertos descuidos es en la traducción, pues algunos diálogos aparecen en inglés a pesar de estar traducido.
Bite the Bullet es un título interesante, con una mecánica propia a la que sabe sacar partido, pero a la que puede que nos cueste hacernos un poco, tanto por utilidad como por cambio en la manera de entender el ritmo de este género de videojuegos que generalmente “no da descansos”. La propuesta es llamativa, teniendo sus más y sus menos, pero en posibilidades de habilidades ofrece un buen repertorio.