Con un juego de palabras muy bien usado en su título, Bear and Breakfast llega a Nintendo Switch para ofrecer una experiencia wholesome en la que gestionamos un hostal tranquilo. Ahora es el momento de ver cómo resulta la estancia en nuestras consolas, la cual por cierto está en completo castellano.
Relax en Bear and Breakfast
En este título nos ponemos en la piel de Hank, un oso que un día decide montar un hostal en un edificio abandonado y darle así un rumbo nuevo a su vida. Aunque la cosa no quedará ahí y al final el objetivo va creciendo hasta montar todo un emporio del turismo.
Esto se traduce en tener que pringar un poco. En un principio tenemos que buscar materiales para reformar el local por el mapa, y para ello tenemos que ir mirando los diferentes montones de basura que veamos por el camino para obtener lo que nos inerese. La recolección es algo básica y puede que repetitiva, pero al ser tan sencilla no supone un engorro de recursos para gente que no esté acostumbrada.
Al margen de esto, tenemos las misiones, en función de los encargos de la gente, hacer bien los baños o montar un bar.Los diálogos son uno de los puntos fuertes puesto que los personajes tienen carisma, aunque por desgracia a veces las conversaciones se van un poco por las ramas. Para llevar a cabo todo esto vamos a tener que comprar objetos en los cubos de basura o cumplir con algo que se nos pide especificamente, aunque algunas misiones son un poco más pobres al requerir que tengamos que esperar a que el inquilino se marche.
Stonks
En el camino al éxito, vamos a tener que usar mucho el menú, especialmente en lo relativo a inventario. Sin embargo, el menú se nota que viene de PC y no hay un control optimizado que nos permita una mayor rapidez, por lo que al principio hasta que nos hagamos es un poco lento. Esta lentitud es a veces más notoria cuando el juego pega algunos tirones en ciertos momentos.
No obstante, sí que sabe ofrecer una cosa muy bien,y esta es el ritmo de las partidas. Nunca hay demasiado agobio por cumplir las peticiones o tener ciertos recursos, y eso permite que uno pueda hacerse poco a poco a los controles y así, al dominarlos, mejorar mucho la experiencia en esta aventura que ronda las treinta horas.
El apartado artístico por su parte cumple muy bien. Su estilo de dibujo de Cartoon Network con un pequeño toque píxel es muy colorido y tiene elementos que lucen muy correctos, algo que en las pequeñas animaciones se hace notar. No se puede decir lo mismo del ámbito sonoro, con melodías que se quedan en simplemente un acompañamiento y nada más.
Bear and Breakfast es una experiencia divertida para los seguidores del género de gestión que busquen algo que nunca sea agobiante. Cuesta un poco hacerse a su control y hay puntos mejorables, pero a pesar de eso está diseñado de manera que engancha más de lo que parece.
