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Semispheres

Parece que en lo que a juegos de puzles está todo inventado, pero de repente nos llegan nuevas apuestas a nuestras manos que nos llaman la atención por la estética o por el propio planteamiento del juego y aquí, en Semispheres, se cumplen ambas premisas, y es que hay que reconocer que la opera prima de Vivid Helix, a priori, nos resulta atractivo. Veamos por tanto, si merece la pena dejarnos la neurona en Semispheres.

Dos planos unidos

El planteamiento de Semispheres es muy simple a la par que atractivo. Tomamos el papel de dos especie de medusas, cada una de ellas en un lado de la pantalla que están representadas por un color, naranja o azul y tenemos que llevar a cada una de ellas a la meta, para que ambos planos se fundan en uno.

Las primeras fases, por su sencillez, nos hacen de tutorial, y comprobamos que si bien ambos planos se parecen, cada uno tiene sus propias particularidades que hacen que tengas que cooperar en los 2 mundos, ya que puede que estés ante un centinela que te impide el paso y en tu lado no tienes nada para distraerlo y que te deje pasar, por lo que te toca investigar en que es lo que tienes en el otro lado y pensar bien el qué, cuándo y dónde usarlo.

Los items que nos encontramos, por tanto, son básicos para el avance y tienes que utilizarlos con inteligencia. Así, podemos utilizar un agujero que comunique ambos mundos, de modo que lo que hagas en el tuyo influya en el otro, por ejemplo, usando dentro de él el item que nos permite hacer ruido para que el centinela te busque, pero no te va a pillar porque estás en el otro plano y en cambio, eso es lo que te permite pasar en el tuyo.

Y según avanzamos en los niveles se nos van introduciendo nuevas mecánicas a utilizar y/o combinar con las anteriores: desde viajar al otro lado, cambiar las medusas de lado, trazar líneas que nos permitan atravesar de un lado a otro…Son bastantes y variados, lo que hace que vaya cogiendo ritmo el juego.

Semispheres: Intesamente corto

Lo bueno es Semispheres, como hemos dicho, te atrapa al poco de ponerte a jugar, pero pronto te das cuenta que no todo podía ser tan bueno. En primer lugar, los niveles pueden ser o extremadamente sencillos y pasártelos en 10 segundos o quedarte atascado sin remedio, ya que, en ocasiones, te obliga a coordinar el avance de los 2 medusas a la vez haciendo varias acciones que pueden llegar a ser frustrantes por la extrema precisión que requieren y tampoco existe curva de dificultad, ya que cada vez que hay una nueva mecánica empezamos de cero y nos encontramos con varios niveles sencillísimos y de repente uno que roza lo imposible.

En segundo lugar, sus 58 niveles se hacen extremadamente cortos, ya que, incluso con atascos incluidos en un par de horas puedes tener el juego acabado, sin que exista ningún aliciente adicional más allá de volvértelo a pasar.

En el apartado técnico lo más destacable es la música, que crea una atmósfera propicia para un juego de puzles totalmente relajante e inmersiva, llegando a transmitir esa soledad de estar en uno de estos mundos donde estás tú y tu puzle solamente. Y entre fase y fase nos cuentan en estilo cómic la historia de un niño y su robot, aunque carece de trascendencia.

Por tanto, Semispheres parece condenado a una segunda parte que sea más profunda añadiendo nuevas mecánicas y sobre todo con más contenido que haga que nos dure algo más que una tarde. La pena de todo ello es que Semispheres consigue que te quedes pensando en hasta dónde podía haber llegado de haber pulido mejor todos estos detalles.

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