Llega a nuestras Nintendo Switch uno de esos juegos que se quedó grabados en nuestras mentes con su particular estética. Mulaka es una de esas propuestas que demuestran que no hacen falta gráficos que enseñen cada uno de los poros de sus protagonistas para ser visualmente atractivas. Tras su presentación quedó claro que sería bonito pero ¿y divertido?
El ojo que todo lo ve
Mulaka es una aventura cargada de acción y exploración. El juego nos invita a adentrarnos en la cultura indígena de los Tarahumara, proveniente del norte del México. Encarnamos a Mulaka, un Sukurúame, que por si no lo sabíais es un chamán Tarahumara. Mulaka tiene una misión especial: convencer a los semidioses para evitar que se produzca La Cuarta Destrucción. Esta idea de La Cuarta Destrucción proviene de la mitología Tarahumara, en la cual se creía que los dioses proclamaban la destrucción de toda vida existente para crear una nueva a partir de esta, más evolucionada y preparada para sobrevivir y convivir.
Mulaka posee la visión divina, un don que le permite ver los secretos y espíritus que se encuentran en el mundo, lo que le permite establecer contactos con los seres de los reinos superiores. Así recorre la Sierra Tarahumara en busca de los semidioses a través e varias localizaciones como un desierto, bosques, cuevas o cumbres.
Entornos de ensueño
En cada una de estas localizaciones nuestro cometido es encontrar tres piedras preciosas, que constituyen la llave que abre la puerta del jefe de fase, el cual custodia a uno de los semidioses que buscamos. Pero esas llaves no están frente a nuestros ojos nada más empezar la partida, sino que se encuentran repartidas en los amplios escenarios. Para llegar a ellas tenemos que utilizar todas nuestras habilidades para sortear variados obstáculos, resolver puzles y derrotar a numerosos enemigos.
Mulaka toma varias referencias de la cultura popular del videojuego y las hace suyas como parte del puzle que compone toda esta aventura. Por ejemplo, podemos respirar el aroma de la saga The Legend of Zelda en cada una de las fases del juego, que hacen a su vez de mazmorras, en donde apreciamos una estructura y resolución de puzles muy similar. O también la persecución del conejo de la saga Super Mario, que aquí viene representado con forma de pavo.
Yo y mi lanza
El combate es una pieza esencial de la jugabilidad de Mulaka. No son pocos los enemigos que tendremos que derrotar, ni tampoco su variedad, además de las continuas avalanchas de los mismos a las que tenemos que hacer frente para continuar. Estos enemigos tienen un diseño característico de cada zona y a medida que vamos avanzando en la aventura se van sumando. Por ejemplo, contamos con los escorpiones del desierto o los sapos de las zonas más profundas del bosque.
Para hacer frente a todo este tipo de enemigos, con sus propios patrones de ataque, contamos con nuestra lanza y dos tipos de ataque: el ataque rápido, ágil y efectivo pero poco potente; y el ataque cargado, más potente pero más lento en su ejecución. Estos ataques se combinan con la habilidad de esquivar y evadir los ataques enemigos en el momento preciso.
Peleas completitas
También contamos con una barra de ataque especial, la cual una vez cargada con los golpes que les asestamos a los enemigos nos permite descargar un torbellino de energía que elimina fácilmente a todos los enemigos próximos que nos rodean en ese momento.
La recolección de suministros también forma parte de la jugabilidad de Mulaka. Pero no os asustéis que es muy sencilla y no nos obliga a trastear con ningún menú. Recogiendo plantas de multitud de matorrales esparcidos por cada escenario podemos elaborar conjuros e incluso pequeñas bombas que nos ayudan en combate. Así, recogiendo 4 unidades de plantas de cada una de las cuatro tipo de magias, hasta un máximo de 10 ataques por magia, podemos recuperar salud, crear barreras que evadan los ataques enemigos, fortalecer nuestros propios ataques o las citadas bombas.
El poder del chamán
Disponemos además de una barra de magia. Esta barra de magia es necesaria para utilizar la visión divina de los Tarahumara, pero también para poder transformamos en otras especies de animales. Cuatro son también el número de transformaciones como: águila para planear y cruzar largas distancia, o oso para romper determinadas estructuras con su fuerza. El resto de transformaciones lo dejamos para vuestro descubrimiento porque se trata de uno de los aspectos más interesantes de Mulaka.
Los jefes también son un punto importante a tratar ya que constituyen los momentos más intensos de Mulaka. Son numerosos pues hay uno por cada fase. Su diseño es impresionante pues sus mecánicas y tamaño, de mayores dimensiones en comparación con Mulaka, está muy trabajado y cada uno es mejor que el anterior. Y lo recalcamos, poseen sus propias mecánicas y sin duda sacan todo el partido a las mecánicas de nuestro protagonista que no son pocas.
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Lo que hace que Mulaka sea un título recomendable no es su completa jugabilidad ni su interesante propuesta dentro del panorama indie, que también. Lo que nos hace aplaudir con las orejas esta experiencia es su exquisito diseño. Sus amplios escenarios y los eventos que ocurren ellos solo son posibles con una buena dirección detrás, midiendo las pautas y sabiendo colocar cada momento en su sitio. La exploración, la acción y los puzles se pasan el relevo en una carrera donde no hay cabida para monotonía, la saturación o las pausas en la diversión.
Dejamos para el final lo primero que nos entra por los ojos al ponernos a los mandos de Mulaka. No somos pocos los que quedamos hipnotizados en su presentación con el diseño artístico. Con una estética low poli, en donde se intenta emplear un límite bajo de polígonos para la representación de las formas, sumado a su selecta paleta de colores, forman el toque distintivo que Mulaka necesita para no ser catalogado de genérico y sobresalir en el panorama. La parte sonora tampoco se queda atrás, caracterizada y a un alto nivel ambienta la aventura con melodías folclóricas.
Superar la historia de Mulaka nos llevará alrededor de 6 horas tras las cuales, y durante, nos permite revistar todos los escenarios en cualquier momento para recoger los coleccionables. Estos coleccionables se dividen en dos tipos: los que se alcanzan utilizando las habilidades del personaje y las que se encuentran escondidas en los escenarios. Estas últimas no son nada fáciles de encontrar y nos harán explorar hasta el último recoveco de cada nivel.
Puede que Mulaka no sea más que ese bombón de siempre con un nuevo envoltorio más llamativo y bonito, pero es un bombón que nos gusta mucho y que hace que cojamos uno detrás de otro. Un mayor contenido y diversidad de situaciones le hubieran ayudado a llegar al sobresaliente, pero aun así lo que hace lo hace bien y lo convierte en un juego muy disfrutable de principio a fin.