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Mini Metro

Un fondo blanco, una básica paleta de colores y una constelación de puntos. La simplista forma de plasmar sobre el papel las laberínticas redes de metro que inundan los actuales núcleos urbanos ha sido inspiración suficiente para Dinosaur Polo Club en la creación de su propio simulador.

El estudio neozelandés dio a luz a Mini Metro, una propuesta que nos convierte en gestores de nuestra propia red de metro. Gracias a Radial Games, llegará a Nintendo Switch. Unir los puntos en una ciudad en desenfrenado crecimiento es la sencilla misión a cumplir, aderezada con un poco de estrategia y frenetismo.

El simulador propone al jugador gestionar una red de metro en continuo crecimiento, expandiendo las líneas a nuevas estaciones bajo la demanda de una población impaciente por llegar a su destino. Evita contagiarte del estrés de los cientos de usuarios que inundan los vagones que recorren la vasta red de túneles en los entresijos de las grandes metrópolis. Gestionar recursos y tiempo. El cargo a desempeñar no es sencillo.

Minimalismo ferroviario

Sencillo y funcional. Si bien no hay que juzgar los libros por su portada, Mini Metro no puede ser menos.

El simulador busca en la simpleza su principal baza. Las estaciones, representadas por figuras geométricas como círculos, triángulos o rombos, se entrelazan vía multitud de líneas de distintos colores, conjugando una red que servirá de sustento para los muchos vagones que circularán bajo las metrópolis que sostienen el transporte público.

La estética calcada a los planos de las redes de metro actuales funciona a las mil maravillas, un apartado gráfico sobrio pero efectivo. Una simple vista al mapeado del metro basta para conocer rápidamente el estado de la red, necesario entre el ajetreo de vagones y viajeros.

Porque qué sería de una red de metro sin sus usuarios, cientos de ciudadanos deseosos de llegar lo más rápido a sus trabajos. O simplemente queriendo alcanzar un destino pausadamente. Aunque no por ello de forma menos eficiente. Mini Metro no contempla los empujones de pasajeros fréneticos por entrar en un vagón a rebosar o en búsqueda del último sitio sin ocupar, terror de un servidor todas las mañanas.

Sin embargo, como gestor de la red subterránea, el simulador plantea el desafío, y por qué no decirlo, el miedo, en evitar la saturación de las redes. Porque los pasajeros en esta ocasión son educados, pero no consienten que una estación se sature hasta el límite de su capacidad. Llegar a este punto implica el cierre inmediato, y os aseguramos que ocurre más rápido de lo que podéis llegar a pensar.

La eficiencia es entonces punto fundamental en Mini Metro. Enlazar las estaciones correctas, emplear con sabiduría nuevas líneas a nuestra disposición, establecer correspondencias en puntos concretos que faciliten el intercambio de líneas. Porque Mini Metro es un desafío contra el tiempo. Los pasajeros inundarán las líneas por las mañanas, teniendo algo más de calma por las noches. Desearán ir a ciertas estaciones. ¿Cómo sabremos a cuál? Al igual que éstas, cada pasajero se representa con una figura, siendo la correspondiente estación con la misma su destino.

Esto implica una red correctamente hilada, sin dejar nada al azar. Una mala correspondencia y pasajeros con destino a estaciones cercanas mal enlazadas puede suponer algún que otro susto. Estresante pero no imposible de subsanar, donde los trayectos entre estaciones pueden corregirse en cualquier momento, modificándolos rápidamente para corregir cualquier error o apañar la conexión con una nueva estación, las cuales se generan de forma aleatoria por el mapa.

Junto a nuevas líneas, también podrá recurrirse a recursos como túneles, puentes, intercambiadores que agilicen el movimiento de pasajeros entre líneas en una estación o nuevas locomotoras y vagones para incrementar la operabilidad de una línea en concreto. Una buena gestión es importante, ya que adelantarse a futuras estaciones en el mapa sin abusar de estos recursos puede salvar de algún que otro cierre.

De Londres a Nueva York

Hay líneas muy icónicas en metrópolis reconocidas en todo el mundo. Mini Metro, por supuesto, no se olvida de ellas.

Los desafíos del simulador no salen de la tónica de construir una eficiente red de metro que soporte la demanda de una población en frenético crecimiento. Sin embargo, no iba a quedarse aquí la cosa. El título inspira sus mapas en las redes del subterráneo más icónicas, desde el conocido popularmente Tube de Londres hasta el protagonista en tantas cintas metro de Nueva York.

Si bien la generación de estaciones es aleatoria y, por tanto, cada partida diferente, cada uno de los mapas plasmará la ciudad en la que se ubica cada nivel. Por ello, el metro de Nueva York invitará a unir los distintos barrios separados por los ríos Hudson y East, mientras que Hong Kong planteará un desafío mayor al tener que afrontar un boom poblacional mayor que en cualquier otro mapa.

Metro, así como tranvía o trenes bala entre otros, se encargarán de llevar a los pasajeros de un lado a otro. La gestión de recursos varía en función del mapa, siendo la geografía distinta y la estrategia a seguir diferente, así como un distinto vehículo modifica la velocidad del transporte y, por ello, el tiempo que tardan los pasajeros en moverse. Variable a tener en cuenta.

Finalmente, a la oferta de niveles se suman los distintos modos: Clásico, Infinito y Hora Punta.

Muy similares entre ellos, la diferencia radica especialmente en la gestión de la red. Mientras que en Clásico se pueden modificar los trayectos, en Hora Punta una vez construidas las vías no pueden cambiarse. Ambos modos finalizan cuando una estación se satura, a diferencia de Infinito donde esto no ocurre y se busca máximo tráfico de viajeros.

De dificultad creciente, Mini Metro va poniendo sobre el mapa cada vez más pasajeros, incrementándose la saturación en las estaciones. El desafío del simulador radica, de nuevo, en una correcta gestión del tiempo, así como los recursos y la creación de la red de vías. Aparentemente sencillo, Mini Metro esconde un notorio grado de dificultad, invitando a superar constantemente los récords conseguidos y, por tanto, incentivando a la rejugabilidad.

Mini Metro es sencillo pero excelentemente ejecutado. El minimalismo de Dinosaur Polo Club trasladado al simulador de metro confiere un aspecto único a un título prácticamente infinito, con una fuerte apuesta por la rejugabilidad.

La versión de Switch incorpora además controles táctiles para modo portátil, más opciones para la accesibilidad del título. Mini Metro en la consola híbrida hereda la filosofía de la versión para móviles, partidas cortas en cualquier momento.

El simulador puede adolecer de una oferta de modos discreta, así como de una generación en ciertas ocasiones frustrante de las estaciones debido a la aleatoriedad de las mismas.

Sin embargo, Mini Metro es un excelente título, un simulador sobrio pero profundo, con ganas de desafiar al jugador gracias a su omnipresente rejugabilidad. Una gran incorporación en Nintendo Switch y un muy bien apañado simulador.

Mini Metro ya está disponible en Nintendo Switch.

Escrito por
Nintendero de corazón, futuro aeronáutico de vocación. Gran seguidor de míticas sagas como The Legend of Zelda o Kingdom Hearts, máximo "fanboy" de Nintendo. Los amiibos son mi debilidad.

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