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Harvest Moon: El Pueblo del Árbol Celeste

Lo que antes era una tierra fértil y llena de vida se ha convertido en un desierto, en el cual no se puede cosechar nada y cualquier intento de hacerlo está condenado al fracaso. Es por ello por lo que la Diosa de la Cosecha recurre a ti para que le devuelvas el esplendor que antaño tuvo, ya que sólo con el poder del afecto se puede conseguir este obejtivo. Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste es la nueva entrega de la saga Harvest Moon, que sin duda nos encantará.

La tierra necesita tu ayuda

Al comenzar nos encontramos en medio de una tormenta de arena, en una tierra desértica, pero nuestra voluntad y nuestra determinación hacen que la Diosa de la Cosecha nos elija para lograr que esto termine. El mero hecho de aceptar su misión hace que vuelva a florecer uno de los árboles del cielo, que hace que la tierra recupere parte de su aspecto anterior. En Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste nos acompaña un pequeño duende de la cosecha, Rowan, que nos brinda su ayuda para convertirnos en granejeros expertos.

Lo primero que hacemos es aprender a cultivar la tierra gracias al tutorial de nuestro amigo Rowan. Todo granjero debe saber cómo labrar la tierra, plantar semillas y regarlas para que crezcan y poder, así, recoger los frutos, bien para usarlos en las misiones, bien para venderlos. Conforme avanzamos en Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste, van llegando al pueblo nuevos habitantes atraídos por la repentina resurrección de la tierra. Es importante conocerlos y ayudarlos, ya que con ello aumentamos la afinidad y el poder del afecto, necesario para devolverle la fuerza a la Diosa y, por consiguiente, a la tierra.

Un trabajo duro

Cuanto más poderosa se vuelve la Diosa y más árboles del cielo crecen, el terreno se hace más amplio y tenemos una zona más grande para cultivar. No sólo esto, sino también aparecen más duendes de la cosecha para echarnos una mano; cada uno de ellos tiene una habilidad especial para una tarea determinada, como el duende de la coscha del agua, que puede regar todos nuestros cultivos rápidadmente. Tenemos tres vistas a la hora de movernos por el terreno de cultivo: una vista normal, una desde arriba y una útlima en «modo granja» que nos permite movernos como en una cuadrícula, algo que facilita las tareas de labrar, regar y fertilizar.

El trabajo en el campo de Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste no es una tarea fácil y cansa; es por ello por lo que tenemos que regresar a casa para descansar y recuperar los corazones que representan nuestra energía antes de caer rendidos de agotamiento. Además, en casa contamos con una cajonera y una nevera para guardar nuestros cultivos y otros objetos que obtengamos, así como una cocina para preprar nuestros platos y una estantería con información útil como consejos, las fichas de nuestros vecinos, detalles sobre los cultivos, etc.

Crecer como persona y como granjero

Un sueño reparador en la cama no sólo nos devuelve la energía, sino también podemos conocer así cuál es el siguiente paso que tenemos que seguir en Harvest Moon: El Pueblo del Árbol Celeste y, entre otras cosas, nos recuerda cuándo es el cumpleaños de alguno de nuestros vecinos o si necesitan que hagamos alguna misión por ellos, pues llevarse bien con ellos es importante. Los cultivos tardan en crecer; ¿qué mejor que dormir para hacer la espera más amena?

En Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste vamos desarrollando poco a poco nuestras habilidades como granjeros, de modo que conforme más cultivemos más subiremos de nivel y alcanzaremos así un rango superior. Asimismo, vamos aprendiendo nuevas técnicas, como pescar, saltar o cavar y rellenar. Esto último es importante para poder alcanzar niveles altos en el mapa. A medida que avanzamos, también podemos construir nuevos edificios, como el establo, para poder realizar nuevas labores; por ejemplo, el cuidado del ganado.

Hay que conocer muy bien nuestro trabajo

Es importante mencionar que en Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste el tiempo y los horarios son fundamentales, ya que las tiendas lo siguen conciencudamente y tampoco podemos molestar a nuestros vecinos a altas horas de la madruga, al menos no a la gran mayoría de ellos. El domingo, como debe ser, es un día de descanso. Como en la vida real, los diferentes cultivos tienen sus épocas del año y hay que conocer cuándo sembrar cada cosa para hacer bien nuestro trabajo, llueva, esté nublado o haga sol.

El pueblo del Árbol Celeste

Recogiendo lo sembrado en Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste

En conclusión, Harvest Moon: El pueblo del Árbol Celeste es un juego muy recomendable aunque a primera vista no resulte interesante la idea de crear y mantener nuestra propia granja. Detrás de esto hay una historia muy atrayente que se desarrolla conforme avanzamos, ya que no se trata sólo de plantar y recoger frutos, sino también de devolver el esplendor a una tierra muerta, para lo cual necesitamos cumplir diferentes misiones y explorar el entorno que nos rodea, así como también hacer nuevas amistades para aumentar el poder del afecto y lograr nuestro objetivo.

 

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