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Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia

La popularidad de la que goza Fire Emblem hoy en día es sorprendente. Hasta hace apenas unos años se podía considerar un RPG táctico de nicho, pero ahora pertenece al grupo de sagas de Nintendo que goza de mayor salud. De no ser así, no hubiese sido posible la existencia de un juego como Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia, el remake de un juego que nunca llegó a salir de Japón, Fire Emblem Gaiden. Que podamos disfrutar de un título de estas características, 25 años después de su salida, es casi un milagro.

Sin embargo, no se trata de una simple remasterización, sino de un remake prácticamente desde cero. Mantiene las bases que lo hacen tan diferente a otros Fire Emblem, pero con muchos añadidos que modernizan la experiencia. Shadows of Valentia echa un vistazo al pasado para traer nuevas ideas al presente, en un juego donde las dos etapas de la franquicia, antes y después de Awakening, se combinan para crear el Fire Emblem más único.

Mila y Duma, dos dioses en guerra

Valentia es el continente donde tiene lugar la historia, una tierra devastada por la guerra entre dos países: Rigel y Zofia. Cada uno se encuentra al amparo de un dios, Duma en el caso de Rigel, y Mila en el de Zofia, que han permitido que ambas naciones caigan en la miseria de una u otra forma. En medio de semejante percal, Alm y Celica, dos amigos marcados por el destino, prometen no acabar como las deidades que los gobiernan, enfrentados en una reyerta sin fin.

Aunque la historia es en esencia bastante simple, Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia se esfuerza en expandir la trama de Gaiden, no solamente añadiendo más personajes y capítulos, sino también a través de la propia jugabilidad. La idea de la dualidad está presente en todo el juego, de ahí que tengamos a nuestra disposición dos ejércitos diferentes, cada uno con sus propia misiones, unidades y líderes: Celica y Alm. Controlamos a los dos contingentes en un mapa que cubre toda Valentia y que, por motivos de la trama, se encuentra dividido de tal forma que ambos grupos no puedan coincidir.

Con echar un vistazo al mapa, ya se pueden vislumbrar los primeros detalles en la larga lista de cambios respecto a otros Fire Emblem. El mundo de Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia se divide en diferentes casillas unidas de forma lineal. Algunas contienen enemigos prefijados, aunque también hay algunas que generan batallones aleatorios para tener la posibilidad de entrenar y conseguir recursos. Otras se componen de puntos de interés, como los pueblos y las mazmorras. Los poblados se investigan en primera persona, como si se tratasen de visual novels, interactuando con el ambiente, consiguiendo objetos, hablando con los NPCs y, en ocasiones, reclutándolos.

Por otra parte están las mazmorras, que se exploran en tercera persona manejando a Alm o Celica. Su diseño es, en general, bastante sencillo y apenas cuentan con puzzles, pero casan bien con el mundo. En su interior, encontramos enemigos que podemos emboscar para empezar las batallas con ventaja, mermando su salud. Los controles son algo toscos, como si nuestros protagonistas se tratasen de tanques. Esto que complica ligeramente los encuentros, ya que nuestros adversarios también pueden pillarnos por sorpresa. También tenemos la oportunidad de encontrar las estatuas de Mila, que permiten subir de clase a nuestros personajes, además de fuentes que otorgan puntos adicionales de todo tipo, objetos destructibles y tesoros.

Análisis Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia Impresiones

La guerra no cambia nunca… ¿o sí?

Sin embargo, los mayores cambios los encontramos en el propio campo de batalla, con multitud de mecánicas que pillarán de improvisto incluso a los más veteranos de la saga. Para empezar, tenemos que despedirnos del clásico triángulo de armas y hechizos, presente en todos los demás Fire Emblem (a excepción de Gaiden). Ahora, tendremos que confiar en las estadísticas puras, las ventajas del terreno y las habilidades de los personajes. Otro aspecto ausente en esta entrega es la creación de avatares, como Robin y Corrin, además de la posibilidad de emparejar a nuestras unidades y hacer ataques conjuntos. No obstante, Shadows of Valentia consigue que no se echen tanto de menos, gracias a nuevos elementos que aportan mayor profundidad estratégica a las batallas.

Por ejemplo, los magos son más vulnerables que nunca, ya que ahora la magia cuesta puntos de vida. Esto también se aplica a los poderes curativos, aunque sus poseedores también cuentan con medios para ganar vida a través de hechizos. Otro detalle a tener en cuenta es el nuevo sistema de fatiga. Si usamos unidades concretas de forma continuada, corremos el riesgo de que pierdan puntos de vitalidad total y de que sus estadísticas se vean debilitadas. Podemos curar la fatiga consumiendo alimentos o intercambiando personajes. Es una buena forma de obligarnos a utilizar diferentes soldados, aunque en las batallas fuera de las mazmorras podemos colocar a todos a la vez.

Cada personaje puede equiparse un objeto, además del arma base con la que siempre cuentan. Estos pueden ser desde provisiones, hasta escudos, armas y accesorios. Estos tres últimos, además de los beneficios puramente estadísticos, también otorgan habilidades si un personaje los usa a menudo. Estos ataques especiales son muy variados y ofrecen posibilidades de todo tipo, ofreciéndonos la oportunidad de personalizar aún más a nuestras unidades y dotarlas de movimientos poderosos, que también requieren de puntos de vida para usarse. El equipo se puede mejorar en los herreros de las aldeas, donde también podemos encontrar mercaderes que envíen los objetos que queramos al ejército que no estemos controlando.

Análisis Fire Emblem Echoes Shadows of Valentia

Detalles que nos harán la vida más fácil

Todos los anteriores elementos van sumando a favor de la profundidad y dificultad estratégica de Fire Emblem Echoes. Sin embargo, no todo está orientado al jugador más hardcore, ya que cuenta con un añadido que nos ayudará enormemente en las batallas: la Rueda de Mila. Con ella, podemos rebobinar varios turnos por combate, permitiéndonos repetir acciones que podrían habernos costado la muerte de algún personaje. También podemos usarlo fuera de combate para ver momentos del pasado de los miembros de nuestro ejército, aportando más trasfondo a los personajes, que también pueden mantener conversaciones en medio de las batallas.

Lo que sí vuelve de los últimos Fire Emblem es el modo casual, que impide que nuestras unidades mueran permanentemente. Por supuesto, también tendremos la posibilidad de jugar de forma clásica, donde podemos perder a personajes para siempre. Como en los anteriores casos, nunca viene mal tener estas opciones, ya que aportan mayor accesibilidad al título, sin comprometer a ningún tipo de jugador.

El apartado gráfico de Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia no tiene absolutamente nada que ver con el de Gaiden. El juego se ha adaptado a la potencia de Nintendo 3DS, elevándolo al nivel de Awakening y Fates. Sin embargo, conserva el estilo antiguo de la saga, en vez de aproximarse al anime como los títulos mencionados. Intelligent Systems ha tenido en cuenta su estatus de remake y ha actualizado con éxito su apartado visual, sin perder la esencia del original.

Análisis Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia

Voces y amiibos a tutiplén

Un detalle que llamará la atención a los fans de la saga es la cantidad de diálogos hablados. La gran mayoría de conversaciones se encuentran dobladas al inglés, incluyendo las esporádicas escenas en CGI que ilustran los momentos más épicos de la historia. Sin embargo, no tenemos la posibilidad de cambiarlas al japonés, una pena para los que querían gozar del doblaje nipón.

En cuanto a su interacción con los amiibos, Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia se estrena con sus dos protagonistas como figuras. Tanto Alm como Celica tendrán sus propios amiibos, que desbloquean una mazmorra especial cada uno, además de que ofrecen la posibilidad de guardar las estadísticas de ambos personajes e invocar copias de los mismos basadas en estos mismos datos. Por otra parte, el resto de amiibos de Fire Emblem permiten crear ilusiones de los personajes que actúan durante un solo turno. Esto incluye a Marth, Ike, Roy, Robin, Lucina y Corrin, que aún no está a la venta.

Si un Fire Emblem merecía este tratamiento, era precisamente Gaiden. Fire Emblem Echoes: Shadows of Valentia constituye un gran ejemplo de cómo se debe hacer un remake y adaptar un juego antiguo a los tiempos actuales. Consigue actualizar su historia, su jugabilidad y su apartado audiovisual con infinidad de mejoras, expandiendo sobre las peculiares ideas que introdujo su antecesor. Shadows of Valentia es un excelente punto de entrada a los Fire Emblem del pasado, una oportunidad de oro para los fans que conocieron la saga estos últimos años, o para los que quieren revivir los primeros días de la franquicia. Sin duda, supone un ejemplo a seguir para futuros remakes de la compañía.

Escrito por
Aspirante a periodista de videojuegos y youtuber, Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual Bilingüe, Link y Mario me enseñaron que había muchos mundos más allá del nuestro.

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