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Dragon Quest Builders

Fusionar géneros no suele ser tarea fácil. Y utilizar una saga famosa para ello puede ser un tanto arriesgado, por no llegar a las expectativas de los fans de la saga. En estas lides es experta la propia Nintendo que siempre que nos pone a sus personajes en géneros que a priori no le corresponden, cumple con nota casi siempre. En esta ocasión es el turno de Square -Enix, que se atreve a traernos una nueva entrega de su exitosa franquicia Dragon Quest pero tomando las bases del Minecraft, todo un reto que ya pudimos degustar en nuestras impresiones en Revogamers.

En ese primer acercamiento nos quedó claro que Dragon Quest Builders promete, pero nos queda por comprobar si esa primera toma de contacto positiva se convierte en definitiva tras haber exprimido sus casi 50 horas de juego para salvar Alefgrado.

Destruyendo para construir

La premisa de juegos como Minecraft es precisamente esa, que podemos destruir todo lo que queramos para, con ello, empezar a recolectar materiales con los que fabricar objetos, armas o casi lo que queramos. Ese espíritu lo recoge Dragon Quest Builders con maestría, ya que podemos destruir todo lo que queramos para poder luego dar forma a nuestra ciudad, construir mobiliario, hacer cremas curativas o diferentes armas con las que luchar contra los enemigos que nos salen al paso. Todo ello da lugar a cientos de combinaciones posibles en cada uno de los 4 capítulos del juego, obligándonos a recorrer cada mundo para encontrar ese material esencial para construir el mueble que nos ha pedido un personaje o el arma con la que acabar con el enemigo de turno.

Para no sentirnos abrumados con tantas combinaciones de materiales, contamos con un sistema de menús que pronto se hacen amigables y de fácil acceso. En la propia pantalla de juego podemos elegir los 15 objetos que más estemos utilizando. El resto de objetos que no utilices los tendrás que ir guardando en los cofres que construyas hasta que puedas hacerte con un Cofre Colosal, que nos permite acceder al inventario en cualquier lugar.

También podemos construir nuestro propio equipamiento, desde armas de cualquier clase a vestimentas o escudos que nos den mayor defensa. Tener las armas adecuadas es vital para poder avanzar en la aventura, ya que hay materiales que no podrás destruir con un arma de madera o enemigos que necesitan las armas más fuertes para no perecer en el intento.

Todo ello lo podemos construir en en los diferentes bancos de trabajo que vamos consiguiendo: el de madera, un banco de cantero o un alto horno en el que poder forjar el metal. Como veis, son muy variados y adaptados a las necesidades de cada nivel, siendo necesario tenerlos todos para poder hacer todas las combinaciones posibles.

Y si somos un poco “cocinillas“, en Dragon Quest Builders también tendrás tu ración esperándote ya que es posible cocinar haciendo fogones o incluso barbacoas, de modo que puedas preparar los alimentos que vayas recolectando y así estar bien alimentado ya que, de lo contrario, si tu medidor de hambre llega a cero, empezarás a perder vida hasta morir.

La exploración

Como hemos dicho, en Dragon Quest Builders nos toca explorar y mucho en busca de materiales para poder avanzar. Puede que nos toque encontrar una flor rara, un objeto que sólo nos da un enemigo determinado o que tengamos que ir a la montaña en busca de hierro o carbón para poder forjar armas mejores. La exploración se premia con cofres escondidos con objetos especiales o construcciones especiales, lo que hace que sea un auténtico placer perdernos por los diferentes reinos. Los capítulos se estructuran en diferentes islas a las que podemos viajar una vez conseguimos los 3 teleportales que corresponden a cada capítulo (azul, rojo y verde), de modo que podamos combinar nuestro viaje ya que determinado objeto o personaje sólo se encuentra en esa isla y nos toca interactuar entre las diferentes zonas. Con ello se consigue que el ritmo sea muy variado en los niveles, ya que en cada zona solemos aprender nuevas cosas al conseguir nuevos materiales o nos encontramos con objetivos variados para no estar todo el día pensando en construir.

Todo lo que tenemos que hacer nos lo van proponiendo los habitantes que residen en nuestra base. Hay que complacer sus peticiones sin rechistar para poder avanzar en la historia, lo cual nos matiza el concepto que tenemos de juegos como Minecraft donde todo es libertad. De este modo, en Dragon Quest Builders tenemos una libertad “guiada” ya que podemos hacer lo que queramos, pero para poder avanzar en la historia siempre nos tocará construir objetos o estancias de la base en la línea que nos marque el personaje que nos la pide. De este modo, esa libertad está de algún modo coartada limitando la creatividad del jugador ya que sólo podrás acceder a determinados materiales si vas avanzando en la historia. En este concepto nos acercamos más a lo que propone un juego de Rol más clásico, por lo que puede no gustar a aquellos acostumbrados a hacer y deshacer a su gusto.

Los capítulos en Dragon Quest Builders aunque están conectados con la historia son de algún modo independientes, ya que tienen su propia entidad y dentro de lo que nos da el género cada uno cuenta con sus propios matices. Así, en Canteria nuestra misión principal es reconstruir la base para defendernos de los monstruos que nos atacan sin cesar. En Rimuladar la misión se basa en aprender curas para los habitantes contaminados por un mal desconocido teniendo que aprender a pescar y cosechar alimentos para ello. En Bañen Bañen y Galeburgo nuestra misión consiste en mejorar las armas con las que poder acabar con enemigos cada vez más poderosos y en el último Travena, tenemos que aplicar todo lo aprendido para reconstruir el castillo y devolver a la vida todo el reino con agua bendita.

Es por ello que, lo que a priori podía llegar a parecer monótono en un juego de estas dimensiones está muy bien hilado, de modo que lo aprendido en el primer capitulo nos hace más asequible el segundo y así de manera continuada. Aunque, has de tener en cuenta que, con cada capítulo, tu inventario empieza de cero, por lo que te toca recolectar todo lo necesario de nuevo.

Por si fuera poco, una vez terminamos cada nivel nos aparecen una serie de logros a completar en función del nivel de la base alcanzando, número de objetos construidos o por encontrar objetos ocultos, lo que nos hace querer revisitar cada zona para perfeccionar nuestra arte constructiva o conseguir todos los logros.

¿Y si me apetece construir lo que quiera y compartirlo? Vamos, que si eres de los que echa de menos el estilo Minecraft en Dragon Quest Builders también tienes tu hueco ya que una vez vamos completando los capítulos del juego accedemos a la Terra Incognita, un lugar donde podemos desarrollar con libertad nuestra vena constructiva y compartirlo online con otros jugadores. Eso sí, para desbloquear todas las zonas disponibles y objetos, primero has de pasarte el juego.

Sabor a Dragon Quest

¿Y que tiene este juego de Dragon Quest? Pues todo lo demás. Los personajes siguen la línea de cualquier juego de la serie diseñados por Toriyama y se alejan del estilo cuadriculado de los Minecraft. Todo un acierto ya que mantiene la personalidad de la saga de rol y parece que se han introducido en este mundo cuadriculado, pero sorprendentemente casan a la perfección. Los enemigos también son los propios de la saga. Tenemos Limos azules naranjas o metálicos, Dracaninos, Mazadores y Troles o Dragones gigantes en perfectas 3 dimensiones. La música no podía ser menos y esta a la altura de lo requerido con las soberbias melodías y efectos de sonido más conocidas de la saga (no me puedo quitar de la cabeza la musiquilla típica al subir de nivel).

En el apartado técnico todo va como debe. Se ve y se maneja de maravilla tanto en modo TV como en portátil y los mundos se generan sin cortes ni tirones, lo cual es de agradecer dada la extensión de los mismos y aunque los gráficos en sí mismos no son lo importante en esta clase de juegos, se agradece el detalle de los objetos que podemos construir, demostrando que en los mundos cuadriculados también cabe hacer las cosas bien.

Con todo ello, ¿para quien es Dragon Quest Builders? ¿para los fans de la saga de rol o para los de Minecraft? Posiblemente ni para uno ni para otros, es un juego para todos los amantes de los buenos juegos que ha demostrado como pocos saber mezclar con maestría dos géneros que hasta ahora parecían opuestos. Para los amantes del Rol Dragon Quest Builders se puede quedar corto porque no es comparable a la profundidad de la saga de la que toma el nombre y para los fans de Minecraft se puede quedar corto al ceñir el desarrollo con una historia pero, de lo que no hay duda es que el conjunto se acerca a la perfección con una propuesta que engancha, divertida y duradera y que se postula desde ya como uno de los juegos que recordaremos del catálogo de Nintendo Switch de este 2018 que acaba de empezar.

 

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