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Análisis de Penny’s Big Breakaway

Tras Sonic Mania, todo el mundo estaba expectante por ver lo próximo de sus creadores, y por fin tenemos entre manos lo primero que han realizado con su propio estudio, Evening Star. Penny’s Big Breakaway es su primer juego y se trata de un plataformas 3D que bien podría haber sido una franquicia nueva de la propia SEGA hace años (al estilo de Billy Hatcher).

El yo-yo lo es todo en Penny’s Big Breakaway

Penny es una artista que tiene que realizar una función para el emperador Eddie, y de camino a la misma se encuentra con un ser mágico con forma de yo-yo. Cuando llega el momento de la actuación, su nuevo compañero, como si fuese un animal sin amaestrar, comienza a “liarla parda” y se deja en paños menores al emperador delante de todo el mundo. Por lo tanto, Penny pasa a estar en busca y captura por lo que ha ocurrido, y le toca huir del ejército de pingüinos mientras recorre varios niveles plataformeros.

El avance del juego se desarrolla en niveles con principio y final, con cierta linealidad y una cámara que se va moviendo con nosotros mientras avanzamos hacia “el fondo” de la pantalla o en alguna diagonal, de manera similar a lo que hace Crash Bandicoot o varios de los Sonic en 3D. A esta cámara hay que acostumbrarse especialmente al inicio por la velocidad que puede llegar a alcanzar el juego, y también porque en muchos niveles hay coleccionables escondidos y ciudadanos que requieren nuestra ayuda, y a veces necesitamos estar en cierta posición de la pantalla para ver el ángulo adecuado.

Nuestra heroína cuenta con el clásico salto y un yo-yo para hacer frente a todos los desafíos, que generalmente son plataformeros, pues los “enemigos” que enfrentamos con pingüinos que aparecen en ciertas secciones de los niveles y que lo que pretenden es capturarnos (cosa que consiguen si cierto número de ellos se nos queda pegado encima). Al final de cada nivel nos espera una actuación en la que tenemos que pulsar una secuencia de botones en orden para conseguir una puntuación extra (necesaria para desbloquear arte de la galería).

Stick para cualquier dirección

El yo-yo es la mecánica que hace que Penny no sea simplemente un plataformas 3D más, y es que con este artilugio podemos realizar multiples acciones. Por un lado, podemos lanzarnos hacia delante o en cualquier dirección con el stick derecho para golpear pingüinos, interruptores y otros, y por otro podemos utilizarlo de punto de apoyo en mitad del aire para balancearnos y tener un salto  adicional. Además de esto, podemos ponérnoslo como si fueran ruedas y movernos más rápido. Dominar bien estas acciones nos va a costar haber avanzado bastante (sobre todo por la falta de mapeo), y puede que incluso sea al acabarse el juego cuando nos veamos capacitados para movernos a toda velocidad y hacer buenos tiempos en contrarreloj o desbloquear todos los extras (especialmente en los niveles especiales)

La cámara y el aprendizaje necesario son las barreras que se encuentra este título para ser mucho más accesible, pero si esto no supone un problema, vamos a encontrar un plataformas sólido con una gran cantidad de contenido en forma de niveles estándar, con fases de “jefe” en forma de huidas y otras extra que nos ofrecen retos particulares. De hecho, es un juego que es recomendado jugarse dos veces (o más si queremos hacer contrarrelojes), teniendo una ronda para hacernos al juego y quizás obtener algunos colecccionables y la segunda para experimentar las fases a otro nivel de velocidad y explotando al máximo las posibilidades del yo-yo y sentirnos mucho más libres, tal y como podía ocurrir con el sombrero en Super Mario Odyssey.

En total nos espera una aventura de más de cinco horas, pero que si nos encaja llegará al par de decenas perfectamente. Todo ello acompañado por música muy pegadiza de Tee Lopes y un estilo colorido que funciona bien y que incluso tiene algunos detalles curiosos al presentar objetos en distintas capas de profundidad. Eso sí, la versión de Nintendo Switch se queda en 30 fps, algo que si bien cumple, se queda por debajo de otras versiones y en un título veloz se hace notar.

Penny’s Big Breakaway no es exactamente lo que la gente podría esperar de un plataformas 3D, pero eso no quiere decir que sea inferior, sino que requiere hacerse a unas mecánicas y cámara particulares. Una vez dominado es un juego que nos permite hacer muchas virguerías y que responde muy bien, por lo que una vez llegados a ese punto no querremos soltarlo. Su diseño de niveles y sistema de puntuación basado en combos destacan bastante, por lo que puede que por alguno de esos factores nos enganchemos durante un buen rato.

Versión del juego analizada: 1.1.0

Resumen
Un buen plataformas 3D con coleccionables y niveles rejugables. Su jugabilidad tiene mecánicas interesantes sobre su yo-yo, pero poder aprovecharlas bien y disfrutar al máximo del planteamiento que se nos presenta requiere adaptarse a cómo funciona su propuesta.
7.5
Bueno
Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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