Los franceses, que de ganar rallies saben un rato, vuelven a traer a Nintendo Switch un título de conducción tras hace casi un año sorprendernos con la vuelta de la mítica saga V-Rally. Ahora, WRC 8 llega para tratar de llenar el hueco que todavía hay en cuanto a simulación en la consola, y lo hace tomándonos a los usuarios de la misma como usuarios de segunda.
Licencia, un jugador y gracias
Antes de empezar a despellejarle, WRC 8, en otros sistemas, es un muy digno juego de rally que además cuenta con la licencia oficial de la WRC, lo que nos asegura tramos y pilotos reales que, queramos o no, crean una mayor inmersión que si estos fueran inventados. Esto es igual en Nintendo Switch, con un juego que cuenta con 50 equipos, 14 rallies y más de 100 etapas especiales de la temporada 2019, pero donde nos ha fallado ha sido en la parte gráfica y también en su inexistente modo multijugador, cuando V-Rally 4 sí lo tenía, al menos de manera local.
Siguiendo con lo bueno, WRC 8 cuenta con varios modos de juego (recordemos, para 1 jugador), varios de ellos clásicos, como temporada o partida rápida, pero también con un completo modo carrera que hará las delicias de quienes busquen realismo en la gestión. Aquí empezaremos desde la categoría WRC Junior e iremos ascendiendo paulatinamente si cumplimos con los objetivos del patrocinador y otros equipos se fijan en nosotros. Para ello habrá que ganar dinero pero sobre todo que gastarlo, contratando a mecánicos, jefes de equipo, meteorólogos… Pero, además, tendremos que saber cuándo dar descanso a nuestro personal o en qué eventos participar, porque no todo son campeonatos. Estos eventos los correremos bajo unas condiciones especiales, como con la suspensión tocada, o disponiendo de tiempo límite, y servirán, entre otras cosas, para subir la moral del equipo y también para ganar puntos de habilidad, los cuales también ganaremos compitiendo en otras modalidadades. Con estos mejoraremos a nuestra escudería invirtiéndolos en I+D, lo que redundará en mejoras en nuestro coche que notaremos una vez al volante. Es cierto que algunos de estos reglajes no acaban de tener la importancia que merecen, pero puede que os sirvan para mejorar unas valiosas décimas.
La conducción en WRC 8, sin llegar a las cotas de calidad de otros grandes del género (que tampoco es que los podamos disfrutar en Nintendo Switch), es francamente buena y se nota que en Kylotonn se han alejado de la faceta un tanto más arcade de su anterior título. A esto ayuda el gran número de opciones para ajustar y donde tan solo hemos encontrado una pega: en Switch la vibración no se regula, o se regula pero no se nota a no ser que la desactives. Esperemos que se solucione mediante un parche.
Los tramos reales exigen pericia de pilotos profesionales y, aunque no lo seamos, siempre podremos elegir la dificultad de la de IA rival o activar ciertas ayudas en la conducción para así hacer un buen papel. De todas formas, siempre hemos de tener presente el hecho de que los mandos de la consola no cuentan con gatillos analógicos, por lo que nunca tendremos el control total de la aceleración o la frenada; sí lo parecerá por las ayudas, se ha resuelto bastante bien la papeleta y el coche apenas derrapa o patina de más, salvo en las superficies donde ha de hacerlo, como barro.
Una auténtica lástima que los tramos por los que circulamos se vean tan mal, ya juguemos en portátil (aún más notorio) o en la tele. Parece mentira, pero elementos tan importantes como la vegetación se ven aquí mucho peor que en V-Rally 4, aunque otros, como partículas o la iluminación, si están mejor planteados. No obstante, WRC 8 en líneas generales no es lo más vistoso ni en esta ni en otras máquinas, pero desempeña bien su papel, siempre sin alardes, y teniendo en cuenta que en Switch os vais a encontrar texturas no muy allá y algo de popping que será apreciable en carrera y también en las repeticiones, denotando así la falta de cariño puesto en esta versión. Sí, va más fluido que V-Rally 4, pero a costa de qué.
En lo sonoro, no hay demasiado que objetar, quitando el hecho de que la vibración os moleste más de la cuenta. La música de menú y repeticiones no pasará a la historia, pero no se hace cargante, que en estos juegos es bastante importante, y el copiloto está bien doblado al castellano, aunque su voz os sonará como la del joven Clark Kent en la serie Smallville (David Hernán, ¿eres tú?). Los motores y otros efectos de sonido se han solventado correctamente, distinguiendo perfectamente entre coches o entre categorías, incluidos los pocos vehículos clásicos que hay disponibles (hay más, pero de pago, a casi 4 € cada uno).
Frenazo
Pese a todo, puede que, por ahora WRC 8 sea el mejor juego de rallies en Nintendo Switch, aunque V-Rally 4 no le va a la zaga, cada uno en su estilo. Sin embargo, no podemos valorarlo igual que a este último por la cantidad de concesiones que hemos tenido que sufrir los usuarios de Nintendo Switch y que tampoco se han visto reflejadas en el precio; modos en línea, multijugador local, retraso y apartado gráfico muy recortado.
Si queréis un juego de rallies en Switch, es lo mejor que hay, especialmente si os gusta gestionar un equipo desde cero o si dais importancia a la licencia, pero intentad jugarlo en la tele, y aún así id avisados de lo que vais a ver.