Casi diez años han pasado desde que Rogue Legacy se pusiese a la venta, cuatro en el caso concreto de Nintendo Switch. Han pasado muchas cosas durante este tiempo, siendo incluso remarcables las sorpresas que los roguelites nos han dejado. Títulos como Hades o Dead Cells son ya imprescindibles en cualquier ranking de los mejores del género, el primero de ellos incluso rozando en su momento el premio a juego del año. El nivel es sin duda muy alto. Por ello, el anuncio de Rogue Legacy 2 fue recibido con ilusión pero al mismo tiempo con un poco de miedo, pues su primera entrega es muy querida y un paso en falso puede empañar su nombre. Afortunadamente, ya sabemos que desde Cellar Door Games han trabajado duro y logrado crear una secuela a la altura, tal y como vimos en abril cuando se estrenó en otros sistemas. Por ello, el caso que ahora nos ocupa no es otro que el de su llegada a Nintendo Switch.
Continuando la línea genealógica
Antes de hablar de esta secuela no está de más recordar qué hizo especial a la primera entrega. Ello solapa precisamente con otra cuestión clave de todo roguelite y que no es otra que la justificación dada para el reinicio de la partida tras cada muerte. En Rogue Legacy cada vez que el jugador perdía todos los puntos de vida debía escoger entre diferentes personajes para continuar la línea genealógica del héroe. La peculiaridad está en las diferencias entre estos herederos, pues además de variaciones en la clase, estadísticas y habilidades, también contaban con los denominados rasgos. Los personajes tenían diferentes peculiaridades beneficiosas o perjudiciales, a veces ambas cosas al mismo tiempo. Problemas de vista y percepción, un tamaño más prominente o reducido, o problemas intestinales, son solo algunos de los ejemplos y que cambiaban por completo la manera de jugar de cada partida. Algunos de ellos realmente alocados, lo que por otra parte añadía un aire cómico y desenfadado a un género cuya naturaleza tiende a la frustración.
Rogue Legacy 2, al igual que su predecesor, repite con este sistema tan característico, aunque ya en ello empezamos a atisbar algunas novedades interesantes. Cuando el juego siente que alguno de los herederos pueden estar en desventaja como resultado del azar en la asignación de atributos y rasgos, ofrece a cambio un multiplicador de dinero. Un factor corrector que puede parecer menor, pero que acaba resultando más efectivo de lo que a primera vista parece y logra que esa clase que menos te gusta la acabes usando. Al final acabas incluso dominando aquellas clases con las que menos cómodo te sientes y cambiando la percepción gracias a ello.
El resto del juego mantiene la esencia, haciendo que en todo momento te sientas como en casa. Volvemos a encontrarnos ante un mundo generado aleatoriamente y disponiendo de una vida para superarlo de principio a fin. Esta vez se trata de un mundo un poco más abierto y conectado. Hay diferentes zonas que concluyen con un jefe final, el cual una vez derrotado no se vuelve a cruzar con posteriores herederos. Seguimos estando ante un roguelite que sin ponértelo fácil es de los más asequibles y gratificantes del género. La forma que tiene el juego de suavizar este proceso de repetición tras cada muerte, además de los elementos ya comentados, es mediante un sistema de progresión satisfactorio como pocos. Con el dinero obtenido a lo largo del intento puedes hacer una serie de inversiones y desbloquear nuevas habilidades, clases o incrementar de forma permanente estadísticas como la vida. Y no solo eso, también puedes desbloquear comercios que te permiten adquirir armas o armaduras, entre otros, y personajes que te ofrecen mejoras específicas. En todo momento te sientes que estás avanzando y, llegado el caso si te lo propones, puedes acabar hasta “rompiendo” el juego y pasándole por encima a los enemigos.
¿Roguelite o metroidvania? Simplemente Rogue Legacy 2
Pero también hay varias novedades a destacar en Rogue Legacy 2 que mejoran bastante la experiencia. La principal de todas ellas es el mayor protagonismo que recibe el componente de plataformas y que bebe de géneros como el metroidvania. De manera algo similar a lo visto en Dead Cells, poco a poco vamos desbloqueando de manera permanente habilidades únicas, como el doble salto, con las que acceder a nuevas zonas en el juego. En el caso de algunas de ellas, como las que afectan a la movilidad, también encontramos claras implicaciones en otros aspectos del juego como los combates, pues ganamos en agilidad. Además, como desbloquearlas va ligado al azar de la generación de sus mapas, también le hace sumar pues al final en la partida menos esperada puedes dar con una de ellas.
También encontramos como aspecto nuevo la denominada resolución. Una estadística ligada al peso de nuestro equipo, cuanto más elevado sea más se reduce, y que nos hará pensárnoslo dos veces antes de coger las reliquias, objetos que potencian al personaje durante dicha partida. Esto se debe a que dichos objetos reducen la resolución y en el momento en el que dicho valor baje del 100% la vida del personaje se verá afectada. Con las reliquias, al igual que con los rasgos, desconoces su efecto hasta que lo usas.
Aunque en sí no es una innovación como las comentadas anteriormente, Rogue Legacy 2 también ha incrementado de forma considerable sus contenidos respecto a lo visto en el anterior. Esta es una de esas secuelas que demuestran que con buen hacer, algunas novedades aquí y allá, y con mucho más de lo que ya había y funcionaba, es más que suficiente. Esto se aprecia claramente en el tiempo que puedes pasar enganchado al mando y que se extiende notablemente. De hecho, si queremos seguir jugando tras completarlo vamos a tener muchas razones para ello, existiendo además nuevas opciones al respecto que permiten hasta personalizar el nivel de desafío a cambio de mayores recompensas.
Uno de los juegos del año, ahora en Nintendo Switch
En lo que respecta a su adaptación para Nintendo Switch, no podemos más que deshacernos en halagos. Bien es cierto que, a priori, no es un título exigente en lo técnico, si bien su diseño es más que llamativo, tanto en lo gráfico como en lo sonoro. Pero eso no quita que se haya realizado una adaptación muy cuidada en la que nada desluce ni se sacrifica, ofreciendo una experiencia inmejorable en el terreno de lo técnico.
Para concluir solo podemos decir que Rogue Legacy 2 es un roguelite imprescindible, uno de esos que durante años seguiremos viendo en listas de recomendados. Además, no solo satisface a los amantes del género sino que supone un título muy a tener en cuenta para aquellos que se sienten atraídos por estas propuestas, pues es de los más asequibles y gratificantes. Su llegada a Nintendo Switch es simple y llanamente impecable, el cuidado puesta en ella se nota en todo momento. Sin lugar a dudas, más a esta altura del año, uno de los mejores jeugos que 2022 nos ha traído.