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Análisis de Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee!

Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! vienen de la mano como la nueva interpretación por parte de Game Freak de la saga y, aunque a priori no parecían convencer a todos, han resultado no solo ser grandes juegos, sino, en ciertos aspectos, un modelo a seguir. Anunciado poco antes del E3 de este mismo año y, después de una cantidad ingente de rumores y especulación sobre la futura octava generación, nos encontramos ante el anuncio de un remake de Pokémon Amarillo, no exento de polémica y que nos haría volver, por quinta vez, a la región de Kanto. De nuevo, vuelve la magia Pokémon.

De vuelta a Kanto

Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! rompen con muchas de las normas establecidas en la saga principal durante los últimos 22 años. Una vez más, nos ofrecen un remake en el que se ha buscado aprovechar el éxito de Pokémon GO, simplificar algunos aspectos jugables y recuperar mediante la nostalgia a jugadores que llevaban muchos años sin tocar los juegos. Todo ello sin perder las bases de lo que representa y, en muchos aspectos, renovando la esencia del significado de Pokémon.

La primera decisión importante se realiza antes de comprarlo. Según la versión que escojas llevarte a casa, Pikachu o Eevee, este será tu compañero y, no solo eso, sino que será el amigo inseparable que llevarás literalmente encima durante todo el juego, aunque no lo tengas entre tus seis preferencias de combate.

Otra vez en Pueblo Paleta y con el Profesor Oak, que nos da las pertinentes primeras instrucciones. Así comienza Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! en un ataque de nostalgia, la cual se ve alterada por toda una serie de cambios que, para bien o para mal, le aportan una personalidad única en conjunto.

Una delicia artística

Game Freak ha llevado la saga Pokémon de una manera muy conservadora durante 22 años, sobre todo en el aspecto técnico. Renovó diseño con Pokémon X e Y en 2013 y, ahora, da al salto a las texturas en alta definición resultando, de nuevo, bastante conservador.

Visualmente el juego es muy bonito, mantiene la vista cenital y es un buen lavado de cara al Kanto de 1996. El diseño artístico ambiental y de las criaturas es el acertado: colorido, suave y agradable; en cambio, en los personajes es donde llega a fallar. El protagonista y la mayoría de personajes tienen un estilo “chibi” que dan un paso atrás con lo visto anteriormente en Pokémon Sol y Luna. Por otra parte, hay ciertos rivales que lucen realmente bien y tienen un modelado que parece sacado directamente de las películas de animación. Destacar la expresividad en los gestos, la que se hace más patente en personajes de mayor relevancia.

El modelado de los Pokémon, sin embargo, es exquisito. No todos por igual, pero en términos generales se ha logrado un gran trabajo con su diseño y también con lo impresionantes que resultan algunos ataques en combate.

En momentos muy puntuales, como en el Bosque Verde, se notan algunos tirones y bajadas en el framerate. También el sombreado de los Pokémon chirría durante el combate, con una falta de definición y unos dientes de sierra notables. El resultado es un gran diseño artístico al que le faltan pulir ciertos aspectos técnicos.

Un juego para todos

La música es impecable. Las zonas más inabarcables del subconsciente despiertan del letargo y se vuelven a estimular años más tarde con la orquestación de la banda sonora original. Acompaña, da contexto y hace que la inmersión sea mucho más profunda. Siempre ha sido uno de los puntos fuertes de Pokémon y era imposible fallar, volverás a tararear algunas de las canciones de nuevo.

En Pokémon: Let’s Go, pikachu! y Let’s Go, Eevee! ya no contamos con combates aleatorios, ahora se captura mediante mecánicas directamente extraídas de Pokémon GO. Es el aspecto más negativo del juego pero, una vez asumes a qué estás jugando y te metes en contexto, lo ves con otros ojos y lo llegas a disfrutar.

Junichi Masuda, director del juego, ha reiterado que quería que fuera un nuevo punto de entrada a la saga y más simple, especialmente para niños. No solo lo consigue, sino que puede ser un nuevo punto de entrada también para personas que lleven muchos años fuera del mundo de los monstruos de bolsillo y desconozcan de su profunda evolución.

Captura, entrena, combate

Los combates y la estructura de Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! es la misma de siempre, manteniendo la lucha por turnos con 4 posibles ataques. Debes superar los 8 gimnasios y la Liga Pokémon para acabar la historia principal. Los cambios con respecto a otros juegos están diseñados para que todo sea más directo: la captura es más rápida, el entrenamiento es más fácil y el repartir experiencia está activado en todo momento. Llama la atención que se consiguen más puntos de experiencia globales capturando que en los enfrentamientos, cosa que quizás no debería ser así porque es más laborioso pelear. Se potencian las cadenas, en las que atrapando a un mismo Pokémon muchas veces seguidas (sin que se te escape, si no pierdes la cadena) se logra más experiencia y, también, Pokémon cada vez más fuertes.

Se han agilizado elementos que eran mucho más tediosos. Algunos incluso deberían ser canónicos a partir de ahora como ver a las criaturas salvajes en tiempo real y que no aparezcan de manera aleatoria en la hierba alta, eso es un acierto en toda regla. Sí que se echan en falta los combates contra Pokémon salvajes, que aportaban profundidad a su captura. Quedando esta reducida al buen lanzamiento de la Poké Ball y el uso de bayas, cosa que lo simplifica demasiado.

La gestión es otro aspecto que se ha agilizado, ya no te tienes que conectar al PC de Bill y administras a todos tus Pokémon directamente desde el menú. Se encuentra el mismo número de combates en las rutas, más algunos extra como contra los instructores, que no son obligatorios y, en general, son un poco más complicados.

Simple y directo

Dentro de toda esta capa de sencillez y accesibilidad, se encuentra otra de profundidad. Esta es la que otorgará un motivo de compra a los jugadores más fieles y, a la vez, hará que las personas que se introducen o vuelven a la saga encuentren cierta complejidad. Es el punto fuerte de Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee!, la congruencia que adquiere en su conjunto.

El juego es sencillo, como todos los Pokémon, y la historia no nos cuenta nada que no sepamos ya, aunque con algún cambio para darle frescura. Completar la historia principal nos llevará unas 20-30 horas hasta conquistar al Alto Mando y convertirnos en campeones de la Liga Pokémon. Capturar los 150 + 3 Pokémon y completar la Pokédex es el otro objetivo principal, que se hace menos laborioso en comparación a los juegos anteriores.

Profundo y complejo

El verdadero reto se encuentra en el postgame al tener que vencer a los 150 Maestros, cada uno de un Pokémon en particular, que será un trabajo solo apto para quien quiera estar cientos de horas jugando. Además, aparte de poder repetir la Liga Pokémon, al campeón se le permite volver a luchar contra los líderes de gimnasio contando, esta vez sí, con 5 o 6 Pokémon y suponiendo un verdadero desafío. Falla la poca cantidad de combates dobles disponibles que debería ser mayor, centrados sobre todo en cierto grupo del Team Rocket.

Sin querer ahondar demasiado en el competitivo, en Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! hay metajuego, aunque con “peros”. A partir de cierto momento consigues el Juez de Genes y puedes ver la “genética” o IV’s de tus capturas. Los Pokémon también cuentan con una naturaleza y, aunque de manera diferente, se encuentran también presentes los EV’s mediante caramelos. La crianza es otro aspecto que se ha eliminado. Estos cambios no tienen porqué ser algo del todo negativo, si ves este Pokémon en contexto, ya que hace que los veteranos tengan la posibilidad de llevar un competitivo (un poco a medias tintas), y permite que nuevos jugadores entren con suavidad en este complejo y, más desconocido, aspecto de gran profundidad de Pokémon.

Nuevas formas de jugar

Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! cuentan con dos estilos de juego: modos televisión y sobremesa y, por otra parte, modo portátil. Los modos TV y sobremesa se juegan con uno de los Joy-Con o con la Poké Ball Plus como único mando, la diferencia principal con respecto al modo portátil se refleja en la captura de Pokémon, que se realiza mediante el movimiento del mando simulando el lanzamiento de una Poké Ball. En cambio, en el modo portátil se realiza de manera diferente, más cómoda. Mediante el joystick izquierdo o, si lo prefieres, con el giroscopio has de apuntar para tener al Pokémon en el centro de la pantalla y así pulsar el botón A para atraparlo. Sin embargo, aunque han querido que la tendencia del juego fuera más hacia la sobremesa, en comparación con entregas anteriores, Pokémon es pura esencia portátil.

El carisma de Pikachu y Eevee son un elemento clave, puedes jugar con ellos, cambiarles el peinado y la ropa, que te regalen objetos y acariciarles, todo ello hace que la interacción se disfrute mucho e incluso se antoja un tanto corta. Se podría llevar un poco más lejos con un toque estilo “tamagochi” y quedaría como algo más profundo. Es curioso ver que se te cae la baba con un personaje inventado a partir de unos y ceros. Además, el mantener una buena relación con tu compañero te da ventajas en combate, desplegando un quinto ataque especial solo disponible para ellos (y en ciertas ocasiones) o ayudando a otros Pokémon si se encuentran en apuros.

Por otra parte, se han sustituido las MO (máquinas ocultas) por las TS (técnicas secretas), las que solo aprende tu compañero y no sustituyen ninguna de los cuatro movimientos de ataque, resultando así, mucho más cómodas que antes.

La esencia Pokémon

Otro cambio en Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! ha sido la inclusión de un modo cooperativo, solo disponible en los modos TV y sobremesa que, a pesar de sus buenas intenciones y de tener un claro objetivo de acercar la saga a todo el mundo, peca de simple. Puede tener dos funcionalidades realmente útiles, la primera sería en caso de que quieras introducir a una persona que nunca haya jugado y no sea muy asidua con los videojuegos, por otro lado, puede servir para facilitar el juego a niños pequeños, principalmente. Podrían haberse buscado muchas más formas de hacer un cooperativo más profundo y que no rompiera con la dificultad del juego, ya que no lo hace divertido sino facilitando en exceso las peleas y las capturas.

Las funciones multijugador están mejor construidas. Es posible jugar local y online, tanto para intercambio como para combate, y se puede realizar de manera muy sencilla desde el menú del juego. Las batallas pueden ser también a dobles, con los Pokémon al mismo nivel que los tienes en tu avance o todos al nivel 50, para equilibrar el juego entre personas que estén en momentos diferentes de la historia y quieran luchar juntos. La interfaz es muy simple y fluida: os permite introducir un código, ponéis tanto tú como tu compañero el mismo y así, sin necesidad de teneros agregados en la Nintendo Switch, podéis conectaros.

Una de las claves del éxito de Pokémon ha sido siempre el misterio y los secretos que envuelven a los juegos. Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! está lleno de secretos y sorpresas que, simplemente indagando y con un poco de suerte, se pueden ir encontrando en forma de objetos ocultos, Pokémon shiny, piedras lunares (que sorprendentemente están escondidas), etc. Cada versión presenta, como es típico en la saga, sus criaturas exclusivas que no están disponible en la edición análoga.

¡Hazte con todos!

Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! han sido, por desgracia, fruto de una mala gestión en su anuncio. Han generado durante estos meses más animadversión que apoyo, aunque contentar a un grueso tan grande de jugadores es difícil. Finalmente, han resultado no solo ser unos grandes juegos, sino un punto de inflexión en varios aspectos jugables, y una perfecta entrada o reentrada en la saga para un potencial gran número de personas.

Algunas ideas, como que no haya combates aleatorios, la mayor facilidad en la gestión y la acción más directa deben seguir presentes y ser unas semillas que, llevadas con cariño, florezcan en dirección a la siguiente generación, la octava, para el año que viene. La congruencia entre lo simple y lo profundo es la clave para definir a este como un muy buen juego.

Pokémon Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! son, al mismo tiempo, una oda a la nostalgia y una pasarela al cambio. Pero, sobre todo, son pura esencia Pokémon.

Resumen
Una oda a la nostalgia y una pasarela al cambio.
8.5
Notable
Escrito por
Miyamoto sea con vosotros.

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