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Blossom Tales: The Sleepy King

Blossom Tales: The Sleepy King llega como exclusiva para consolas a Nintendo Switch de la mano de FDG, los mismos que nos brindaron Oceanhorn hace unos meses. En esta ocasión volvemos a estar ante un título inspirado en The Legend of Zelda, pero esta vez más en su vertiente portátil, y ajustándose muy bien a la plataforma.

Érase una vez, en el reino de Blossom…

Un día, dos pequeños infantes van a casa de su abuelo, para echar el rato con él. En ese instante se dispone a contarles sus batallitas por enésima vez, pero los niños están hartos del tema y piden un cuento nuevo. Y así es como comienza la aventura de Lily, una caballera recién nombrada en el reino de Blossom. La narrativa está perfectamente integrada, y cada vez que volvemos a la partida tras dejar de jugar vemos una pequeña escena de la familia reintroduciendo el momento por el que vamos. Pero lo mejor de todo es el humor, con diálogos dignos de descubrir por uno mismo que van apareciendo en ciertos momentos de la aventura, sin abandonar la escena principal.

Por lo tanto, tenemos una historia narrada de una forma similar a la de la película de culto La Princesa Prometida pero en la que incluso podemos tomar partido. Hay momentos en los que nosotros podemos elegir algunas alternativas en la historia en lo referente a los enemigos que aparecen, dándonos así un poco más de “poder” en la narración. Todo se presenta en un título de apariencia 16 bits que bebe mucho de la saga de Nintendo mencionada, desde su vista y desarrollo hasta su sistema de armas (el sistema para usar “munición” es con una barra de magia que se va vaciando y rellenando al estilo de A Link Between Worlds).

En Blossom Tales Lily tiene que recoger los ingredientes mágicos para salvar al rey de una maldición. Todo esto se hará a través de mazmorras, en las que tendremos que ir usando objetos específicos para avanzar. El mundo es amplío, pero tiene una serie de teletransportadores muy bien colocados incluso dentro de los calabozos. Además, tiene dos puntos que animan a la partida rápida y a jugar como más nos guste: Configuración personalizable de botones de objetos/armas y un guardado automático con cada pantalla que atravesemos sin ningún tipo de carga (lo cual permite reiniciar una partida desde la última pantalla SIEMPRE).

A Lily Between Worlds

La historia sigue una línea recta más o menos todo el tiempo, pero siempre hay un poco de margen en lo que se refiere a coleccionables. Los hay por todas partes, desde detrás de una pared oculta que hay que explotar hasta otros más trabajados como varios encargos que tenemos que realizar. Todo ello bien hilado y acompañado de un buen movimiento del personaje, con acciones constantemente dinámicas corriendo a 60 fps constantes que tanto gustan a los jugadores.

Otro punto clave son los puzles. Tanto en mazmorras como en algunos lugares del mapeado hay diversos momentos en los que tenemos que encontrar una combinación para abrir una puerta, repetir una secuencia de sonidos o pulsar rapidamente varios interruptores, entre otros. Todo siempre desde una perspectiva que nos invita a no estar parados. La dificultad en general, tanto de puzles como de combates (contra jefes y monstruos del camino) está muy bien ajustada, y si no vamos con un poco de cabeza tendremos que usar más pociones de la cuenta.

El estilo gráfico es sencillo y añejo pero colorido. Quizás en algunos momentos se siente más genérico de la cuenta, con algunos pequeños detalles de interfaz que podrían mejorarse, pero lo importante es que todo funciona bien. El sonido va bien, la música también y el juego va como un tiro. En cuanto al idioma, llega con textos en español, algo muy necesario, pero con una localización con algún que otro fallo (pero se entiende perfectamente).

Blossom Tales: The Sleepy King es un título que no arriesga mucho, teniendo claras inspiraciones y con una narrativa diferente como carácter propio. Sin embargo, esa falta de originalidad y personalidad no es problema para disfrutar de una aventura divertida a raudales y que, comparaciones a un lado, está bien planteada y te tiene enganchado durante más de diez horas sin que te des cuenta.

 

Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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