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Análisis de Minecraft Dungeons

Si un videojuego se ha ganado en los últimos años un espacio en la historia de la industria es sin lugar a dudas Minecraft. Resulta cuanto menos sorprendente que un título con más de 10 años a sus espaldas siga acaparando la atención y cuente con una comunidad tan activa. Es por ello que solo era cuestión de tiempo que Mojang quisiera aprovechar este nombre para expandir su universo dentro de los videojuegos. El resultado lo tenemos ya entre nosotros con Minecraft Dungeons.

Nintendo Switch recibe esta aventura en la que el característico mundo abierto y sinfín de posibilidades del juego original quedan sustituidos por el rol y las mazmorras. Una apuesta que deja la innovación a un lado para evitar riesgos de más y se centra en los aspectos más convencionales del género. Algo que de igual manera le acaba pasando factura en el resultado final.

Un juego hecho con molde

Nada más comenzar Minecraft Dungeons las comparaciones con otros juegos de rol y acción son a todas luces inesquivables. Todo cuanto se encuentra en su jugabilidad ya nos resulta muy familiar. Es por ello que nombres como Diablo o Path of Exile siempre están presentes, lo que evidentemente no juega a su favor cuando estos estás siempre por encima. Sobre todo al pecar de un exceso de simpleza y no buscar equilibrar esto con otros aspectos que le hagan desmarcarse de aquellos a los que evoca.

A la hora de de crear nuestro cuadriculado héroe únicamente disponemos de un conjunto de apariencias entre las que elegir. Es aquí donde encontramos el primer aspecto negativo de su sencillez. No en su falta de elementos estéticos con los que personalizar nuestro personaje sino de otros relativos a sus habilidades, pues en Minecraft Dungeons no hay ningún sistema de clases, algo que desde luego resta a sus posibilidades y rejugabilidad.

Una vez hemos seleccionado el héroe nos toca, bajo una visto isométrica, ir avanzando por coloridos escenarios golpeando enemigos a diestro y siniestro. Mención también a la posibilidad de esquivar, la cual nos evita ser golpeados. Podemos equiparnos con un arma de cuerpo a cuerpo, una de distancia, un armadura y hasta tres artefactos, estos últimos supliendo las magias y habilidades. Como no puede ser de otra manera, los objetos los vamos consiguiendo mayoritariamente abriendo cofres o derrotando enemigos.

Minecraft Dungeons

En lo que respecta a los escenarios por los que avanzamos, estos no están conectados entre sí en un mundo abierto. En su lugar tenemos un mapa para cada misión, las cuales son en esencia llegar de un punto a otro, contando además con una componente procedimental. Pese a lo llamativo de esta característica, no acaba incitando a que repitas las fases una vez superada, pues no hay suficientes alicientes en ello y básicamente volveremos a repetir ruta con algunos cambios poco destacables, como los enemigos y objetos. Algo que podría haberse exprimido más, especialmente cuando los caminos que se salen del principal no conduce a ningún sitio, ni siquiera tesoros que recompensen esa exploración.

Avance limitado y por pasillos

El sistema de progresión de Minecraft Dungeons es uno de sus aspectos más limitados y peculiares. Por un lado, nuestro héroe va consiguiendo experiencia al ir derrotando enemigos, subiendo progresivamente de nivel. Mientras que por otro, los objetos equipados marcan un poder independiente al nivel del personaje, que refleja la fuerza que tenemos frente a nuestros enemigos.

No existe ningún árbol de habilidades ni nada parecido a ello que permita crear un personaje a medida. Si bien con cada nivel nuevo conseguimos un punto de encantamiento, este se aplica sobre las armas y el armadura. Con estos puntos podemos desbloquear mejoras sobre los citados objetos, por ejemplo incrementando su daño, añadiendo un efecto mágico o aumentando la probabilidad de lanzar más de una flecha.

La peculiaridad de este sistema se encuentra en que otra forma de conseguir los puntos está en desechar los objetos. Lo cual nos lleva a que no podamos plantear estrategias y en consecuencia juguemos de forma demasiado automática. Consigues un arma mejor, reciclas la anterior para conseguir gemas y puntos de encantamiento, incrementas el poder de la nueva y aguantas con ella hasta que encuentras otra.

Minecraft Dungeons

Respecto a las gemas, con ellas podemos adquirir equipamiento, ahora bien, las compras se realizan de manera aleatoria. En nuestro campamento base, lugar de descanso donde seleccionamos también las misiones, podemos hacelo pero sin saber nunca el objeto que vamos a conseguir una vez paguemos. Esto es algo completamente incomprensible pues nos vemos obligados a gastar nuestras gemas a ciegas, ya que no abundan aquellos mejores a los que llevamos equipados.

En territorio de nadie

Un aspecto que podría haber solventado sus elementos menos acertados es la historia, la cual se queda a un lado. En Minecraft Dungeons tenemos un villano, Archimaldeano, que tras sufrir rechazo y acoso toma la decisión de someter al mundo. Nuestro objetivo está en plantarle cara y evitar que se salga con la suya. Un argumento con un humor desenfadado y que en ningún momento nos incita a profundizar o avanzar para conocer más de él.

Como contrapartida, vuelve a ser su componente multijugador lo que acaba haciendo que la experiencia resulte más disfrutable. Puede jugar en compañía, compartiendo un mando o de manera en línea. Aventurarse con otras personas suma muchos enteros aunque, por los motivos ya expuestos, a la larga esta acaba resultando igualmente repetitivo. El no poder diferenciar personajes por clases, ni enfocar su desarrollo a un perfil concreto, hacen que no se puedan establecer estrategias y todo acabe reducido a machacar botones.

Minecraft Dungeons

En lo que respecta al apartado artístico es donde encontramos el sello de Minecraft. Desde los escenarios a los personajes, todo cuanto aparece en pantalla procede de este universo, haciendo que en su conjunto resulte bastante llamativo aunque un poco vacío. La música también resulta bastante característica, aunque está desaprovechada y en ocasiones desentona. Nuevamente, tenemos que remarcar otro elemento negativo, y es la presencia de algún que otro bug y problemas de rendimiento en momentos puntuales.

Mazmorras para toda la familia

Completar la historia no lleva mucho tiempo, desbloqueando tras ello nuevos modos que ofrecen un ligero mayor desafío con algún enemigo y contenido nuevo. Decir de paso, que la dificultad se puede ajustar libremente antes de cada misión, afectando con ello a elementos como la experiencia a conseguir. Como consecuencia, estas características lo convierten precisamente en un juego para todo el público, lo que sumado a su enfoque multijugador puede suponer su principal aliciente. Aunque la rejugabilidad, ya sea solo o acompañado, topa siempre con un diseño de niveles que no hace nada atractiva la idea de repetir fases.

En resumidas cuentas, estamos ante un juego de rol y acción un tanto genérico y repetitivo que tiene como elemento diferenciador su diseño, el único ingrediente que procede de Minecraft. Una oportunidad perdida, pues ni busca innovar ni está a la altura del genero. Durante sus primeros compases nos hizo presuponer un enorme potencial, pero acaba quedándose a medio gas en muchos aspectos.

Resumen
Minecraft Dungeons apuesta por el rol de acción con una experiencia que solo rasca en la superficie del género y evita arriesgar.
6.5
Justo
Escrito por
Player, amiibo de mis amiibo y miembro 1999 del club de fans de John Boy.

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