Tras dos entregas en Nintendo 3DS (o tres si contamos la de Dragon Quest que no llegó por aquí) la serie Theatrhythm llega ahora a Nintendo Switch bajo el título de Theatrhythm Final Bar Line, un nombre que deja entrever que va a haber spin-offs y muchas franquicias de Square-Enix que van a tener presencia (aunque vía DLC la inmensa mayoría). Es hora de ver la evolución de la serie, aunque el primer cambio nos ha gustado, y es que ahora llega con subtítulos en castellano.
Theatrhythm Final Bar Line, alejado de su origen
El primer cambio que nos llama la atención, y que es algo que echamos mucho de menos, es que solo se puede jugar con botones a este Final Bar Line. Es decir, no hay modo táctil para aquellos que estábamos acostumbrados a las entregas de Nintendo 3DS nos vamos a tener que acostumbrar al cambio (aunque esperamos que entre tanta tanda de DLC, una actualización pueda llegar). El segundo cambio es el del delay, es decir, el retraso o sincronización entre música y pulsaciones, pues este título de la saga que presenta un nivel distinto a los anteriores y por ello puede ser recomendable en los ajustes del menú poner esa variable en -15 (es el máximo que se puede) para reducir esa diferencia. Nota: esto es algo que hay que mirar bien en cada caso pues también depende del televisor y salida de audio que utilicemos, por lo que puede haber gente que deba dejarlo en 0 o ajustarlo a otro número.
Ahora bien, hechos a los cambios y configurado, nos ponemos con este gran homenaje a, principalmente, la saga Final Fantasy. Si teníamos la demo podemos importar todos los datos que tuviéramos y recibir extras, por lo que nos sirve para empezar ya con un mínimo. De cualquier otra manera, el juego nos ofrece en su menú varios modos, además de los logros, nuestro perfil, las opciones (bastante completas pero podrían dar aún más margen en el delay para personalizarlo más) un completo museo para ver coleccionables de la saga y escuchar libremente las canciones.
Los tres modos principales de este Theatrhythm Final Bar Line son el modo misiones de serie, el modo multijugador o el selector de canciones. Este último es el más directo, es elegir la canción que queramos (que tengamos desbloqueada o comprada) y jugarla en cualquiera de las modalidades y dificultades disponibles. El modo misiones nos ofrece cada título (o a veces un grupo de ellos) por separado, de manera que con una llave lo abrimos y comenzamos a superar sus fases y así desbloquear las canciones (algunas veces tenemos acceso a más de una canción a la vez). Cada nivel tiene además una misión que nos premia con algún objeto o coleccionable si la cumplimos, usando a cierto personaje, derrotando a algún enemigo o cumpliendo otra condición. Al completar las tres o cuatro primeras fases de cada juego desbloqueamos una llave que nos permite acceder a otro juego y así sucesivamente. Si completamos todas las de un juego se nos ofrece un nivel especial que está en forma de vídeo con secuencias del título en cuestión.
Una historia musical
El multijugador de Final Bar Line nos junta en salas de hasta cuatro personas para intercambiar tarjetas de perfil o para competir. Esto se hace con la misma canción para todos, y con ciertos combos o cadenas podemos “entorpecer” la pantalla del rival, al más puro estilo Tetris. Pero, escojamos el modo que escojamos, lo importante es jugar, y para ello usaremos los botones. El juego permite utilizar varios botones, pero por comodidad os aconsejamos usar los botones superiores o gatillos y los dos sticks, puesto que vamos a tener que hacer pulsaciones de uno o varios botones a la vez, en otras ocasiones mantener pulsado y, en otras, mover el stick en una o dos direcciones a la vez (de ahí la importancia de tener los pulgares solo para ellos).
La manera de jugar es pulsar – o dejar pulsado – lo que se nos indique cuando la nota en cuestión llegue a la derecha de la pantalla en un círculo (o abajo en los vídeos). Según lo justo que lo hagamos en cada nota se nos da una calificación que va de Crítico Arcoiris a Fallo, y eso determinará nuestra puntuación (si fallamos mucho la fase se termina a medias, puesto que fallar o errar nos quita “vida” de una barra). Funciona bien, y si nos parece muy fácil o muy difícil, disponemos de varias dificultades para adaptarnos a nuestro nivel, o incluso participar en una modalidad para dos jugadores u otra en la que no hay pulsaciones direccionales, cada una de ellas con sus niveles de dificultad.
Más allá del factor musical, hay un componente RPG (más sencillo que en otras entregas). Con cada título de la saga desbloqueado nos dan todos sus personajes (menos uno de ellos que solo llega al completarlo), y podemos formar un equipo de cuatro con ellos. Cada uno tiene una clase, y va subiendo de nivel para aprender habilidades, y de estas podemos equiparles varias. Estas habilidades nos permiten hacer ataques más poderosos (sí, mientras nosotros nos matamos a pulsar en la parte de abajo de la pantalla ocurre una travesía o un combate), movernos más ágilmente o incluso curarnos si perdemos vida. De esta manera, el factor Final Fantasy se presenta de una manera interesante y accesible (podemos siempre pulsar un botón y que se equipen las “mejores” habilidades automáticamente), pero también con cierto componente estratégico por el tipo de equipo que hacemos, pues a veces conviene que algunas clases predominen y otras que haya equilibrio. Y sí, las clásicas invocaciones están disponibles también como un ataque especial que se realiza al acumular cierta cantidad de aciertos.
Contenido a rabiar
Por tanto, hay un factor interesante de personalización, que en el juego repercute no solo para las misiones que nos piden eliminar a cierto enemigo (cada enemigo aparece solo si el anterior ha sido derrotado), sino en que hay jefes u otros momentos en los que podemos conseguir cofres, lo cual se traduce en coleccionables, mejoras u objetos de uso. Estos objetos son clave para facilitarnos nuestro camino, pues hay ayudas para las fases o bien potenciadores de experiencia para que los personajes del grupo (solo los cuatro que llevamos suben) adquieran nuevos niveles y habilidades.
Todo esto es simplemente informativo de todo lo que hay, entre lo que obviamente hemos de destacar una banda sonora soberbia proveniente de grandes títulos, pero también con algunos temas que son arreglos o de versiones remasterizadas (de estas últimas, varias son DLC). El estilo gráfico es simpático y los personajes estilo chibi funcionan muy bien, aunque podemos siempre pedir más personajes de los que hay en el juego. El contenido es considerable para tenernos durante mucho tiempo jugando, y su formato es perfecto para jugar partidas sueltas en cualquier momento, ya que en cinco minutos podemos jugar una o dos canciones (según su duración). En lo técnico todo es correcto, pero quizás podamos ver más tiempos de carga de lo que nos gustaría, pero también nos gustan mucho los pequeños detalles cuidados como poder pausar el juego durante una carga o en otro momento y que luego haya unos segundos para prepararnos.
Estamos ante un trabajo cuidado, en el que obviamente algunos aspectos pueden pulirse u ofrecer mayor variedad, pero el resultado es sobresaliente. Como juego musical, ofrece una jugabilidad decente y una buena banda sonora, pero si hablamos con un fan de la saga Final Fantasy o de los JRPG de Square en general, la experiencia evoluciona hacia un viaje a la nostalgia, a buenos momentos o simplemente a disfrutar de temas que nos han marcado, pues en todos los títulos que hay disponibles seguro que encontramos uno o varios que sean especiales para nosotros.
Nos ha gustado mucho este Theatrhythm Final Bar Line, puesto que como colección jugable musical casi no tiene rival. Su propuesta es eficaz y sencilla y cuenta con modalidades y dificultades para todos los gustos, de manera que todo el mundo pueda pasárselo bien con él. Podemos echar de menos el control táctil, pedir algún ajuste más o no estar del todo de acuerdo con la selección musical, pero la fórmula no cansa y engancha. Es uno de esos lanzamientos que se hace imprescindible para cualquier jugador que tenga una historia con Final Fantasy.