El estudio indie Cloud M1 nos trae a nuestra Nintendo Switch su primer juego para la consola. Se trata de Ayo the Clown, un alegre plataformas clásico, alegro y lleno de color. Adéntrate en esta aventura llena de obstáculos en donde aprenderás que a pesar de todas las dificultadas siempre hay razón para reír.
Payaso a la deriva
Ayo the Clown es un juego de plataformas clásicos en 2.5 dimensiones. Nuestra historia comienza una noche lluviosa en la que Ayo, el payaso protagonista, se desvela en mitad de la noche con el susto de no encontrar a su perro, en donde todo apunta que se ha escapado de casa. En su afán de encontrarlo, Ayo sale corriendo sin pensárselo dos veces para encontrar a su amigo. Comienza así una aventura en la que conoceremos fantásticos mundos llenos de plataformas y haremos nuevos amigos.
Ayo the Clown presenta una jugabilidad clásica dentro del género, en donde recorremos niveles de manera lateral, saltando y esquivando obstáculos. Para hacer frente a todos los peligros, que no son pocos. Ayo cuenta con numeras habilidades que le sacarán de muchos apuros. Habilidades tales como escalar, saltar entre paredes, tener globo que nos eleva durante un par de segundos, etc. No todas las habilidades están disponibles desde el principio, sino que se adquieren a medida que avanzamos. Las cuales harán las cosas más sencillas a los coleccionistas que revisiten los niveles.
El juego cuenta con un diseño de niveles muy bien pensado, con ideas propias y que rara vez se repiten, con una jugabilidad ágil, que gana complejidad a medida que avanza. Todo lo que le pediríamos a un juego de plataformas. Además, los enfrentamientos con jefes serán numerosos, retantes, cada cuál con mecánicas variadas, incluso dentro de una misma batalla, y diseños que superan al conjunto general. También encontramos secciones en las que nos convertimos en un helicóptero, tanque e incluso en dinosaurios y que rompen la monotonía (divertida) de los saltos.
Ayo the Clown es un juego que bebe mucho de los grandes referentes del género. Su influencia es clara, tanto en situaciones jugables como en el estilo artístico. Tal es así que rápidamente encontramos la referencias en cuanto las veamos de juegos como Super Mario, Sonic, Kirby, Donkey Kong y especialmente de las últimas aventuras de Yoshi.
Mundo plasticolor
En cuanto al apartado gráfico, Ayo the Clown se pone su mejor maquillaje para lucir una aventura colorida pero, aunque el diseño caza muy bien con la propuesta y haya detalles muy resultones, puede sentirse algo simple o limitado, en cualquiera de los casos el juego cumple en este apartado. En lo musical nos deja alegres y variadas melodías que amenizan las partidas y nos mantienen en un estado de tranquilidad al caer al vacío. Aunque a veces no será capaz de contener nuestra frustración, pues son numerosas las muertes que nos acontecen.
Ayo the Clown puede suponer un reto para el jugador medio, con una dificultad creciente a medida que superamos las fases, y con picos en determinados momentos, en especial en los enfrentamientos con los jefes. Si bien no es un juego que exija una destreza impoluta, pero tampoco es un paseo, en absoluto.
Son necesarias más de 6 horas para superar la treintena de fases que encontraremos en Ayo the Clown. Para conseguir todas las mejoras del payaso (como globos más grandes o más corazones de vida) y encontrar todos los coleccionables, que lo constituyen osos de peluches y piruletas, tres de cada por fase, nos supondrá echarle unas cuantas horas más.
Ayo the Clown es un plataformas variado, dinámico, inteligente y muy divertido. La constante lluvia de ideas de la que hace gala junto con algunos destellos de brillantes hace que la experiencia se sienta fresca. Si bien no innova en absoluto ni se lo propone, simplemente ofrece al amante de las plataformas lo que quiere.