Contar con una gran cantidad de juegos disponibles en la actualidad nos da la posibilidad de ver de todo, desde títulos frenéticos hasta otros más tranquilos. En esta última categoría se encuentra Spirit and the Mouse, una aventura pacífica y en busca de la felicidad protagonizada por una ratona callejera con poderes.
La ratona de la felicidad
Nuestro viaje nos lleva a la ciudad francesa de Saint-et-Claire tras un apagón que ha dejado el sistema eléctrico patas arriba. Nuestra protagonista está buscando su lugar en el mundo, y cree encontrarlo ayudando a los humanos que están tristes a ser felices. Tras un pequeño accidente, su deseo se convierte en obligación y, gracias a varios poderes eléctricos del espíritu guardián Lumion, emprende un viaje para ayudar a las personas de la ciudad.
El control es senciillo y no es demasiado rápido al inicio. No hay botón de salto pero podemos escalar varias superficies y utilizar varios cuadros eléctricos para movernos entre ellos. Más allá de eso, podemos dar pequeños chispazos, soltar un chillido y agacharnos como acciones principales, aunque gracias a partir de cierto momento podemos realizar alguna más.
El juego es de mundo abierto, pero tampoco tiene un mundo muy grande. Las misiones activas podemos hacer que se nos marquen en el mapa para tenerlas de referencia, y generalmente consiste en cumplir lo que unos pequeños seres llamados Kibblin piden para arreglar la caja eléctrica de la casa de turno. Las peticiones son diversas, por lo que vamos a encontrar tareas de recadero, minijuegos u otras relacionadas directamente con la misión en curso.
Relajate mientras paseas en Spirit and the Mouse
La travesía se puede hacer más rápida y fácil conforme vamos avanzando si encontramos una serie de bombillas coleccionables, ya que podemos intercambiarlas por la posibilidad de adquirir objetos como mapas o mejoras del modo foto (e incluso una nueva habilidad). Conseguirlo todo puede llevarnos cerca de 5 horas, por lo que simplemente pasarse el juego es algo que puede realizarse en una hora menos.
A nivel artístico encontramos un gran trabajo en la música. Sonidos y melodías relajantes nos trasladan perfectamente a la noche en la que nos movemos, y los instrumentos, como los acordeones, nos hacen sentir que estamos en la zona de Europa que estamos visitando. Su aspecto gráfico es sencillo y no muy detallado, pero cumple de sobra con lo propuesto y las animaciones de la ratona están muy bien conseguidas.
The Spirit and the Mouse es un juego para los amantes de los animales, pero es válido para cualquiera que quiera algo tranquilo, que no le ofrezca preocupaciones y que no destaque por ser violento ni triste. Es cierto que algún detalle de control, de movimiento por el mundo o del aspecto gráfico podrían estar mejor, pero la sensación global es positiva si se sabe a lo que viene.