Últimamente la palabra simulador ha perdido todo su sentido original con tanto Goat Simulator y similares, incluso gracias a propuestas más relajadas como el simpático Bee Simulator. Ahora nos encontramos ante un caso similar al de la cabra tanto por su tono como por lo loco de su propuesta, ya que Speaking Simulator va de hablar, sí, pero simulando que somos un androide con ínfulas de poder sobre los débiles e imperfectos humanos.
A, E, I, O, U
Así las cosas, lo primero será darle rostro a nuestro androide con un editor extremadamente simple en el que elegir tan solo el sexo, el color de piel y el pelo que llevaremos entre unas pocas opciones, y de ahí directos a nuestra primera cita, que será precisamente eso, una cita de la que habremos de salir airosos, ¿cómo? Hablando, por supuesto, algo que haremos con nuestra lengua presionando hasta 3 puntos de contacto y nuestra mandíbula y labios, que se moverán arriba y abajo y abrirán y cerrarán en función del sonido a emitir.
Dicho así, suena mejor y más complejo a como es en realidad, pues, como no es un simulador en absoluto, no coincidirán los fonemas con los movimientos, limitándose la acción a una suerte de minijuego continuo en el que seguir las indicaciones dadas en pantalla, como abrir y cerrar la boca.
Por fortuna, no tardaremos en ganar en variedad de acciones, y es que con los puntos conseguidos ya en el tutorial podremos comprar nuevas habilidades, como mover las cejas y los ojos o más rapidez al usar la lengua, que dotarán al androide de una mayor… humanidad, la cual irá perdiendo si nos vamos equivocando, ya que se hará obvia nuestra faceta robótica y comenzaremos, de manera muy cómica, a perder partes sintéticas y a echar chispas mientras quien se encuentra enfrente de nosotros sigue a su rollo aunque soltando alguna que otra frase de sospecha.
Eso es casi lo mejor de Speaking Simulator, su humor, un humor bobo la mayoría de las veces pero no absurdo, y otras un humor ácido que recordará al que usaba GLaDOS en Portal, siempre salvando las distancias; de hecho, aquí también será una IA la que nos dé instrucciones sobre cómo comportarnos.
Así recorreremos sus 10 niveles de dificultad creciente hasta alzarnos con el poder de la nación más poderosa del mundo, pero no sin antes haber pasado por una entrevista de trabajo, el médico o un discurso en una boda como padrinos que somos. Todas las situaciones son divertidas, algo que además se consigue, como decíamos, gracias a la conversación mantenida, uno de los puntos fuertes del juego. No es solo que sean chorras, que lo son, es que a veces se permiten ser hasta críticas, dándole un regusto al título que no sabíamos que nos íbamos a encontrar; eso sí, todo está en inglés, por lo que, si no tenéis el oído hecho al idioma, será difícil seguir la conversación y lo que ocurre en nuestra boca, algo que veremos con todo lujo de detalles gracias a la tongue cam.
Es por todo ello que Speaking Simulator puede no ser lo que esperábamos en un principio, pero es indudable que entretiene, aunque habrá que saber cogerle el gusto.
Si lo hacemos, seremos recompensados con situaciones de lo más variopintas, pero merecerá la pena pasar por todas y ver cumplido nuestro deseo de encajar primero y de superar a los propios humanos después. Una lástima que todo el peso recaiga en su único modo para un jugador y que este no sea especialmente largo, aunque sí difícil a veces.
Visualmente no es ninguna maravilla, ni sonoramente más allá de sus diálogos en la lengua de Shakespeare, pero su colorida cutrez encaja perfectamente con el tono general de un título que, obviamente no será para todo el mundo, pero gustará a quienes le den una oportunidad.