Wayforward nos trae Shantae: Risky’s Revenge – Director’s Cut a Nintendo Switch, el clásico de DSi que ya cuenta con 10 años a sus espaldas y que viene en su versión mejorada. ¿Cómo ha aguantado el paso de los años?
Medio Genio
Shantae: Risky’s Revenge – Director’s Cut cuenta las aventuras de Shantae, una medio genio que vive en el pueblo de Sequin Land. Este es el segundo juego de la saga, que ya cuenta con cinco títulos, el último de ellos aparecido este mismo verano y analizado aquí. Se trata de un juego de plataformas y aventura y, en esta segunda entrega, con un componente Metroidvania muy interesante.
Esto último quiere decir que, en lugar de estar dividido en niveles, Shantae: Risky’s Revenge – Director’s Cut es todo un gran nivel que podemos ir visitando según vamos desbloqueando habilidades para nuestro medio genio, lo que invita a revisitar ciertas áreas de vez en cuando. Conforme avanzamos, desbloqueamos nuevos hechizos así como transformaciones especiales, sin olvidarnos de los importantes puntos de teletransporte.
Shantae puede usar su cabello para atizar a sus enemigos, mientras salta por las diferentes plataformas. También es capaz de realizar hechizos que tenga equipados y transformarse en alguna de las tres transformaciones desbloqueables, cada una con unas características muy diferenciadas. La magia consume puntos de magia, pero cuando superamos el juego por primera vez podemos desbloquear el modo mágico, para jugar gastando mucha menos magia… y recibiendo mucho más daño.
El componente Metroidvania se ve oscurecido por la gestión del mapa y los menús. En general, se nota que viene de DSi (y que debería haber salido en GBA) por la torpeza de la gestión del equipo, que entorpece el ritmo de juego.
Lo menos genial de Shantae: Risky’s Revenge – Director’s Cut
El combate tampoco es muy ágil y cae muchas veces en el “píxel perfect”. Esto quiere decir que tenemos que dar con el píxel correcto de la cabellera de Shantae para hacer daño al enemigo, lo que provoca las típicas absurdas situaciones de los juegos de los años 90 en los cuales era común saltar y a mitad de caída dar al botón de ataque para que este último coincidiera con un enemigo. A mí personalmente no me gusta nada eso, pero para otros puede ser una inyección de nostalgia maravillosa.
Otro punto negativo del combate es la falta de interacción con los enemigos. Por lo general, no te atacan (salvo que disparen cosas o hagan algo especial) sino que deambulan por el escenario. Cuando los golpeas, ni se inmutan hasta que mueren. Esto, combinado con el problema anterior, le resta dinamismo a un punto muy importante de la jugabilidad.
Una apuesta muy interesante
Sin embargo, no creáis que Shantae: Risky’s Revenge – Director’s Cut es un mal juego, ¡ni mucho menos! Simplemente se le nota el paso de los años, porque los juegos de su género, por suerte, han avanzado mucho (incluidos los de la propia saga). Además, se le nota que viene de DSi por la torpeza de los menús, que podrían haberlo mejorado en esta versión para Nintendo Switch.
El apartado artístico de Shantae: Risky’s Revenge – Director’s Cut es digno de alabanza. A pesar de mantener la estética de hace 10 años sigue siendo precioso. La música es vital y además goza de un gran sentido del humor. Por si fuera poco, está en castellano.
En general, Shantae: Risky’s Revenge – Director’s Cut es un juego genial para los amantes de la saga y de los plataformas en general. Algunos, dado su componente metroidvania, incluso lo podrían considerar como el mejor (no es mi caso, me quedo con el tercero). Solamente tendrías problemas si le tuvieras alergia a los juegos retro. En cualquier otro caso, merece la pena echarle un ojo.