Enjoy Up es una de las compañías más prolíficas en la eShop de Wii U y nos trae su última novedad, este Grand Prix Rock ‘n Racing que nos ocupa, el cual recoge el testigo del Rock ‘n Racing Off Road para traernos su propia visión de como debería ser un juego de Formula 1. Por lo que si uno de tus sueños es emular a los grandes de este deporte, ésta puede ser tu oportunidad.
3,2,1… ¡A quemar rueda!
En un primer contacto, vamos de cabeza al modo Campeonato, el cual nos pone al instante a los mandos de nuestro bólido. Todo parece muy arcade, pero pronto vamos a descubrir que esas primeras impresiones distan de la realidad.
Los controles de Grand Prix Rock ‘n Racing son muy sencillos, con el ZR aceleramos y con el ZL frenamos, pudiendo optar por control manual o automático. Una vez nos preparamos, se pone el semáforo en verde, aceleramos y…nos quedamos con las ganas, ya que vemos que a nuestro coche le pasa algo. ¿Será un bug? ¿Me habré pasado alguna opción? ¿estaré pisando el freno en vez del acelerador?
Una vez revisamos los controles en el tutorial comprobamos que no, el juego es así. Para que lo entendamos a la primera, da igual que seas el mejor piloto de la historia, por que tu coche no lo va a ser por mucho que lo intentes.
De este modo, el coche no sólo es que no corra, sino que carece de dirección, los frenos no funcionan, etc. Es decir, más que una carrera es una auténtico suplicio y te sentirás como el equipo más pobre de la historia de la F1 mientras ves como te van doblando todos en carrera.
Sólo conseguirás superar algún puesto cuando alguno de tus rivales choquen y abandonen la carrera, con lo que te llegas a plantear si es que eres tan malo al volante que no mereces conducir ese coche.
Al acabar la carrera, en función del puesto en el que acabes, vas consiguiendo puntos de mejora con los que ir aumentando las características del vehículo. Velocidad, turbo, freno o aceleración son mejorables, por lo que empezamos a entender un poco el planteamiento real, necesitas ir consiguiendo puntos en las carreras para conseguir un coche competitivo, y así poder ir subiendo posiciones.
El problema viene dado por que, aunque mejores los parámetros, el coche sigue siendo extremadamente complicado de controlar. La dirección es extremadamente sensible, y no te vale de nada tener más velocidad si los frenos no responden como deben o un ligero toque para moverte y esquivar a un rival se convierte en un accidente catastrófico.
Los últimos nunca serán los primeros
Con ello, en el primer campeonato sin subir todas las características al máximo te puedes dar por satisfecho si consigues que no te doblen en alguna carrera. No obstante, como luchador amante del deporte que eres, decides seguir con el mismo entusiasmo la segunda temporada.
Y piensas que mejorando el coche, conseguirás mejorar los resultados. Pues casi que tampoco, sigue siendo insuficiente para alcanzar el nivel de los rivales, y si enfocas la carrera más acorde a la conducción real de la F1, comprobarás que vas a ser de nuevo el último, por que los demás parecen coches de Scalextric.
Sólo cuando consigues todas las mejoras del coche tras varias temporadas frustradas y tras mucho empeño conseguirás sentirte medianamente realizado, pero ahí verás la dureza de la F1 en todo su rigor, ya que está tremendamente penalizado como en la realidad tocar la hierba o la arena, quedando en ocasiones el coche trabado sin posibilidad de avanzar o peor aun si tienes un choque, ya que en ese caso puedes tener la partida perdida del todo.
Los otros modos que tenemos por desgracia no mejoran mucho la experiencia. Puedes batir tus propios records de cada uno de los 10 circuitos ficticios disponibles o puedes intentar jugar con hasta 4 amigos en pantalla partida, a riesgo de que acaben todos frustrados.
Mucho Rock & Roll en las carreras de Grand Prix Rock ‘n Racing
La música al menos te ameniza la partida, ya que los ritmos rockeros de fondo pegan bien con el desarrollo de las carreras. Los gráficos, en cambio, son mejorables en muchos detalles, como los aviones poligonales que se nos cruzan, que contrasta con el nivel general que es al menos aceptable.
En definitiva, lo que podía haber sido un buen planteamiento para un juego de este tipo tiene un hándicap esencial para la mayoría de jugadores, ya que en vez de tener curva de dificultad, nos encontramos con un muro posiblemente insalvable para la gran mayoría y que puede llegar a desesperar a los más pacientes. Por lo tanto, Grand Prix Rock ‘n Racing se queda en una salida fallida.