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Análisis de Samba de Amigo: Party Central

Unas maracas y un mono bailarín fueron los ingredientes de un título rítmico hace más de dos décadas ofreciendo un cóctel que llegó al corazón de muchos jugadores.  Por esto tener Samba de Amigo: Party Central en pleno 2023 es toda una alegría para los fans de SEGA y sobre todo para aquellos abiertos a las nuevas y extravagantes ideas.

Agitando los joy Cons

A pesar de nacer como título para todos, el elevado coste del accesorio que acompañaba al juego original de Dreamcast limitó mucho su penetración. Años más tarde, fue Nintendo Wii la afortunada en recibir una entrega que lamentablemente acusaba demasiado las imprecisiones de su mando. Y ahora, al fin, parece que los Joy-Con permiten que Amigo y los demás músicos encuentren un hogar en el que quedarse junto a nuevas posibilidades de juego.

Lo cierto que Samba de Amigo: Party Central es muy sencillo de jugar: desde el centro nacen una esferas que debemos golpear al pasar por los anillos colocados a su alrededor. La posición de cada uno hace que con los mandos, cual maracas, agitemos en el momento y dirección adecuada (arriba, centro o abajo). Cada mano equivale a un instrumento por lo que debemos estar atentos y movernos al ritmo de cada tema o pulsar botones, aunque pierde toda la gracia del asunto.

No tenemos maracas, pero los Joy-Con ofrecen las flexibilidad necesaria para convertirse en unos buenos sustitutos

Además de este núcleo central, con las bases comunes de la mayoría de juegos musicales, se intercalan poses de baile manteniendo los mandos en una posición concreta para no romper la cadena de puntos (algunas inverosímiles por simple cachondeo). Y para fortuna de todos, los mandos responden mayormente bien con una vibración muy acertada. Cierto es que hay momentos algo menos precisos, cuando llueven notas por doquier, pero por lo general no hay problemas y se convierte en un party ideal para compartir.

Porque cuando más se exprime el alocado título de SEGA es haciendo el ridículo junto a un amigo en el salón de casa. Además del gran número de temas que incluye (pasa de los 40) tenemos modos adicionales para compartir como el ya tradicional Prueba de Amor (donde comprobar el nivel de sincronía), Duelo o algunos minijuegos que, sinceramente, están muy poco inspirados y no ofrecen algo realmente diferente como para recurrir a ellos entre tanto bailoteo.

Samba de Amigo Party Central

Una lástima que solo podamos vestir a Amigo y no a sus compañeros.

Ahora por todo el globo

Samba de Amigo: Party Central permite jugar en línea con otros tres jugadores en partidas rápidas y con amigos o bien formar parte de unos torneos de tres rondas eliminatorias donde participan 20 jugadores (8 humanos) simultáneamente. Si somos los últimos en quedar en pie, nos alzaremos con la victoria. Con cada partida sumamos experiencia con la que ganamos dinero virtual o elementos estéticos para personalizar a Amigo, el mono protagonista, pero olvidándose del resto de personajes (no tenemos a Ulala esta vez).

Unos que ni siquiera podemos seleccionar al jugar contra otro jugador por mucho Sonic que se apunte a la fiesta. Así que nos conformamos con desbloquear disfraces del erizo y otros personajes de la compañía. El modo más interesante para sumar experiencia, Streamigo!, pasa por una serie de misiones (sumar x puntos en unas canciones concretas, vencer a un rival…) y que sin duda se convierte en el gran aliciente para los solitarios más allá de jugar las canciones y conseguir el rango S en todas ellas.

La lista de temas nos ha gustado especialmente incluyendo clásicos que parecen haber nacido para el juego (Macarena, La Bamba, Azukita…), pasando por auténticos hits pop (Tik Tok, I Will Survive, La Copa de la Vida …) hasta llegar a otros vía DLC extraídos de juegos de la compañía  (Sonic, Yakuza…) y que esperemos se extiendan en el tiempo porque, sorprendentemente, nos quedamos de momento sin la legendaria Samba de Janeiro. Una pequeña decepción e himno absoluto de la franquicia.

A eso hay que sumarle una apariencia visual de lo más colorida, conservando ese tono mexicano y festero que tantas alegrías nos dio antaño pero mezclándolo con las luces y neones de una pista de baile mucho más moderna. Eso y por supuesto los extraños personajes que inundan la pantalla además de Amigo y sus variados looks personalizables que nos motiva también para seguir bailando y vestirnos a nuestro gusto. Un broche a ideal para saltar a la pista de baile.

Samba de Amigo Party Central

Sigue siendo tan divertido como hace más de dos décadas.

Versión del juego analizada: 1.0.3

Resumen
Parece que no pasan los años para aquellos productos atrevidos y singulares como este Samba de Amigo: Party Central. No tenemos maracas, pero los Joy-Con ofrecen la flexibilidad necesaria para convertirse en unos buenos sustitutos para esta simpática fiesta de baile. Hay color, risas y una buena cantidad de temas con los que sudar, reírnos y comprobar el por qué la idea original sigue siendo un título de culto tan querido.
Bueno
  • Divertido y carismático.
  • Los Joy-Con son buenos sustitutos de las maracas.
  • Modos para horas de juego.
  • Amplia y variada selección musical…
Mal
  • …sin Samba de Janeiro (ni intro que la acompañe).
  • A veces, imprecisiones en el control.
  • Minijuegos decepcionantes.
8
Notable
Escrito por
Jugador de corazón, amante del arte y enamorado del metal.

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