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Análisis de Salt and Sacrifice

Salt and Sacrifice, secuela de Salt and Sanctuary, llega a Nintendo Switch ampliando su fórmula de Metroidvania con toques de Dark Souls. El juego del pequeño equipo Ska Studios es más ambicioso que nunca, pero ¿significa eso una mejoría?

Adentrándonos en el mundo de Salt and Sacrifice

Salt and Sacrifice es un juego de acción y plataformas en 2D con scroll lateral. Sigue la fórmula Metroidvania, es decir, recorremos escenarios más o menos abiertos con caminos bloqueados para los cuales vamos consiguiendo herramientas y/o movimientos especiales que nos permiten sortearlos. Esto implica revisitar una y otra vez los escenarios en busca de caminos desbloqueados.

Aparte, a la fórmula Metroidvania se le suma el componente RPG estilo Dark Souls. En este caso, obtenemos Sal que empleamos para subir de nivel a nuestro personaje y también comprar diversos objetos. Sin embargo, si morimos, la sal se queda en el sitio en el que caímos y debemos recuperarla antes de morir de nuevo, o si no la perderemos para siempre.

Aunque el sistema de gestión de nivel es muy similar al de la saga de From Software, en lugar de subir directamente los atributos del personaje conforme avanzamos de nivel, solamente subimos la vida y conseguimos un punto de habilidad. Ese punto lo podemos invertir en otro menú para comprar una habilidad, que se corresponde con la subida del atributo y, a veces, alguna cosa más como maestrías con armas determinadas, etc. El sistema de subida de habilidades es a través de un árbol con diferentes ramificaciones, similar al de juegos como Final Fantasy X.

A los mandos del marcado

En Salt and Sacrifice, las acciones son las mismas que en un Dark Souls, añadiendo un botón de salto y algunas acciones especiales al estilo Metroidvania, pero la distribución de los botones es totalmente distinta, lo que se hace un poco de confuso. Desde mi punto de vista, ya que usas las mismas acciones, emplea también la misma distribución de botones (que, además, en la saga de From Software es mucho más intuitiva).

A la hora de recorrer el mapa, desde el punto central podemos abrir una especie de portal, similar al de la película Stargate (1994), que con una contraseña nos permite acceder a la localización. Dentro de la localización podemos hacer viajes rápidos entre los diferentes faros que desbloqueemos y, además, hay unos puntos intermedios llamados obeliscos. Tanto los faros y obeliscos sirven para teletransportarse y descansar, pero solo los faros sirven de objetivo para el viaje rápido. Cuando descansamos, nuestros objetos recargables se recargan, pero vuelven a aparecer casi todos los enemigos.

Todas estas mecánicas implican un serio problema de backtracking, es decir, tener que recorrer una y otra vez los mismos escenarios. Por ejemplo, imagínate que llegas al faro antes de un mini jefe y quieres subir de nivel. Tendrás que transportarte a la zona central y de ahí moverte a donde está la estatua. En la estatua, tendrás que subir de nivel y luego invertir los puntos de habilidad. Tras hacer esto, deberás desplazarte a donde está la puerta de los teletransportes (en el extremo contrario de la zona central), insertar la contraseña y viajar al punto de inicio de la zona. Una vez en el punto de inicio, has de usar el viaje rápido entre faros para llegar al faro más cercano al jefe (recuerda, faro, ya que los obeliscos no sirven de objetivo para el viaje rápido). Desde ahí, llega hacia el obelisco de antes del jefe.

Muy ambicioso, pero poco pulido, aunque con un cooperativo excelente

En general, es un poco la dinámica de Salt and Sacrifice. Con unos escenarios tan grandes, se convierte en un punto negativo más rápido que en otros juegos del estilo. Después, algunos jefes, los denominados Magos, funcionan con un sistema de cacería. En estos combates, los Magos se van teletransportando por el escenario, luchando contra ti y los enemigos comunes, pero invocando otros enemigos y lanzando ataques, hasta que llegan al sitio donde es el combate normal (que puede estar muy lejos del lugar de invocación). Derrotar a los Magos es necesario para desbloquear algunos caminos.

También hay jefes más tradicionales. Tanto en unos como en otros, tenemos que lidiar con un combate que se basa en esquivas, bloqueos, ataques fuertes y ataques débiles. Cuando realizamos esquivas, podemos atravesar al enemigo y ponernos a su espalda. Cuando atacamos en el aire, de forma extraña, el personaje se queda bloqueado en el aire (aunque el ataque fuerte sí permite atacar en picado).

Aparte, si estamos en un sitio que se puede escalar, da igual que estemos en medio de un ataque, cancela el ataque y escala la plataforma (lo que muchas veces hace que luchar contra un enemigo encima de ti sea más difícil de lo necesario). También tiene un sistema de apuntado para las armas a distancia, aunque es un poco lento. En general, el combate es bastante profundo, pero a la vez es muy tosco y mecánico. Le falta fluidez, aunque una vez te acostumbras no importa tanto.

El apartado gráfico es irregular. Si bien los escenarios son fantásticos, con diferentes capas de profundidad y muy bien dibujados, no lo son tanto los personajes y los enemigos. Incluso a la hora de reaccionar a los golpes, le falta algo que te haga “sentirlos”. La música está bien y acompaña de forma adecuada a los escenarios, aunque los sonidos no son de tanta calidad. En general, el apartado artístico es bastante bueno y probablemente sea lo mejor del juego, junto con el modo cooperativo, que es muy fácil de gestionar. De hecho, el modo cooperativo mejora la experiencia del juego notablemente, porque básicamente es el mismo juego, sin limitaciones.

Conclusiones

En general, Salt and Sacrifice es un juego bueno, pero no excelente y como experiencia para un solo jugador puede resultar algo tosca y repetitiva, a pesar de que gracias a su inspiración en Dark Souls, permite una gran personalización en cada partida. Sin embargo, el multijugador aumenta la diversión notablemente y hace mucho más fácil perdonarle todos los errores. Probablemente, si el juego hubiese sido simplificado para evitar tanta vuelta, estaríamos hablando de un juego maravilloso. Sin embargo, Salt and Sacrifice mezcla demasiadas cosas y es demasiado grande. Añade muchas mecánicas entretenidas, pero ninguna llega a estar pulida del todo.

Resumen
Salt and Sacrifice es un juego ambicioso, pero no llega a pulir ninguno de sus apartados lo suficiente. Sin embargo, es divertido, especialmente si lo juegas en modo cooperativo, y tiene bastante encanto. Si te gustan los Metroidvania y los juegos estilo Dark Souls, deberías darle una oportunidad.
7
Bueno
Escrito por
Escribo análisis de vez en cuando. Llevo haciéndolo desde los oscuros orígenes de la web, cuando por internet vagaban las hadas y los dragones y todo, todo, era mejor.

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