Reflection of Mine llega a Nintendo Switch gracias a Ratalaika para traernos una aventura de puzles que utiliza el trastorno de identidad asociativo no solo como un elemento de la narrativa, sino también de la jugabilidad. Hay que estar, por tanto, pendiente no solo de uno, sino de “dos” personajes.
It’s me, a reflection of me
La idea de la enfermedad mental en este juego no está tratada al mismo nivel de detalle que en Hellblade, sino que lo hace de una forma mucho más modesta y puede que con no tanto acierto. Esto principalmente se traduce en que nuestra protagonista se “divide” y esto nos lleva a recorrer dos escenarios diferentes al mismo tiempo la mayor parte del tiempo, y a encontrar llaves que nos cuenten más sobre la historia de nuestra protagonista.
La mecánica principal es el movimiento, en las cuatro direcciones principales, con la condición de que mover a una de las chicas implica mover a la otra también. Esto nos lleva a tener muy presente el escenario de ambas por la cantidad de obstáculos y trampas (que nos llevan a un checkpoint o al inicio del nivel). La clave está en chocar contra paredes o realizar movimientos que parece que no tienen sentido en un escenario para que el movimiento en el otro tenga utilidad.
Luz y sombras
El nivel de complejidad es cada vez mayor, como suele ser habitual, aunque puede de hecho que empiece algo elevado para algunas personas. De hecho, la mecánica llega a parecerse a un puzle de Layton que puede llegar a requerir casi una centena de movimientos mínimos para ser resuelto. Por ello, si fracasamos en varias ocasiones, se nos ofrece una guía que nos ayude a superar fácilmente el nivel.
En lo gráfico encontramos diferentes escenarios según cuatro grandes temáticas que, además, incluyen elementos jugables diferentes (como un personaje extra que debe morir o la necesidad de recoger pastillas para arreglar el mapeado). Por lo demás,el diseño gráfico es sencillo y minimalista y no consigue destacar, mientras que a nivel de sonido y música si que consigue ofrecernos uan buena atmósfera de lo que estamos jugando.
Reflection of Mine es un título que puede enamorar a los seguidores de los puzles. Pero no para los que pasan un rato con el Tetris, sino los que disfrutan dándole una vuelta al coco durante mucho tiempo, y visualizan una solución a gran escala (para el resto se hace algo pesado y repetitivo). Su historia tiene altibajos y puede no estar al nivel de su premisa, pero supone un aliciente interesante para seguir adelante.