Existe una ciudad alejada de la mano del hombre, habitada por magos que albergan un gran poder en su interior. Nadie lo sabe, pero se encargan de erradicar los males más oscuros que azotan el mundo. Esta gran responsabilidad no se puede dejar en las manos de un mago de tres al cuarto, por eso, cada 10 años se realizan las pruebas para seleccionar a los mejores magos, y nosotros, llevamos veinte años preparándonos para ser el mejor. La compañía española Milkstone Studio demuestra que existe calidad y muy buen hacer en estas tierras, y esta vez lo hace a través de un ¨Dungeon Crawler¨, bautizado bajo el nombre de Ziggurat.
La selectividad de los magos
Como el propio título del juego indica, nos adentramos en un zigurat, un santuario que hace las veces de laberinto y examen, el cual está lleno de peligros y monstruos a los que hacer frente. El objetivo está claro: convertirnos en auténticos magos. Para ello tendremos que salir victoriosos de esta prueba de la cual muy pocos sobreviven. Iremos ascendiendo por distintas plantas, cada una custodiada por un jefe, en el que sobra decir que su poder será mayor que el del resto de enemigos, aguardando en su sala esperando que le entreguemos una lleve escondida en una de las estancias del nivel. Parece una tarea sencilla, pero hará que descarguemos toda la magia que hay dentro de nosotros.
Salir victoriosos del zigurat o morir, no hay término medio. Perder una partida significa volver a comenzar desde el principio, perdiendo a su vez todo nuestro progreso y las mejoras que hemos ido consiguiendo en esa misma partida. Además, una de las apuestas a destacar del título es su carácter aleatorio, y es que en cada partida, tanto la disposición de enemigos como de las salas cambiará, lo que hará que cada partida sea diferente a la anterior. Todo esto dota al juego de un carácter altamente rejugable.
Los controles son muy sencillos, pensados para meternos en la acción al instante: nos movemos y corremos con el ¨stick¨ izquierdo, mientras que con el ¨stick¨ derecho movemos la cámara y la mirilla que usamos para apuntar, como viene siendo habitual en los juegos en primera persona. Nuestra arma será una varita, pero como aprendices de magos que somos, realizaremos conjuros y ataques mágicos a través de ella. Con el gatillo derecho lanzaremos los hechizos y con el izquierdo un ataque cargado. Batón A para realizar un salto. Los botones Y/L/R sirven para cambiar entre los cuatro tipos de magia/ataque que podremos obtener a la vez. Y esto es todo lo que se necesita saber para adentrarse en el zigurat (estos son los controles predeterminados pero se pueden cambiar a nuestro antojo en el menú de opciones).
Hocus Pocus
Pero para llegar a ser magos no solo basta con la teoría, también hace falta demostrar nuestra destreza con la varita. Para derrotar al jefe que nos lleve hacia la siguiente planta antes tendremos que encontrarlo, pasando por varias salas, cada una de ellas infestada de enemigos. Por si lo habías olvidado no somos guerreros, somos magos, por lo que no disponemos de ataques cuerpo a cuerpo, sino que lanzamos hechizos desde la cautelosa distancia, sin parar de movernos, evitando los ataques que nos lanzan sin cesar las demás criaturas y esquivando aquellas que se abalanzan sobre nosotros. Una vez entremos en una de estas salas, se sellarán automáticamente sin dejarnos salir hasta que sean derrotados la decena de monstruos que ahí nos esperan.
Pero no todo serán batallas, hay pequeñas secciones de plataformas en las que debemos sortear trampas, como pinchos que salen del suelo, o paredes que disparan flechas, con el fin de alcanzar cofres con jugosas recompensas y bonificaciones que sin duda serán un soplo de vida en la prueba. Dentro de su aleatoriedad, encontramos habitaciones bajo condiciones que se implementarán en la batalla que ahí mismo está a punto de comenzar, pudiendo ser muy diversas: los enemigos disminuyen o aumentan su tamaño, ataques realizados únicamente en saltos, reducción en la velocidad de disparo de magia, enemigos que duplican su daño, etc. Estas situaciones, además de dar mayor variedad al juego, ponen las cosas un poco más complicadas.
El zigurat consta de 5 plantas o niveles, cada una de las cuales irá aumentando su tamaño y su dificultad, con mayor número de monstruos y más poderosos en cada sala, según vayamos progresando. Superar todos los niveles de seguido llevará algo más de una hora de duración, algo que no será posible a la primera y nos tentará jugar durante varias horas hasta conseguirlo. Si con cuatro niveles de dificultad no eran suficientes, desde el modo normal nos lo pondrán difícil para poder superar la prueba en pocos intentos, por eso tendremos que subir de nivel lo máximo posible antes de enfrentarnos directamente con los jefes, derrotando a todo enemigo que nos encontremos y eligiendo concienzudamente las mejoras que nos otorgan en cada subida de nivel y conseguir la mejor estrategia de combate.
A medida que juguemos y perdamos para acabar en la fosa de cadáveres, iremos desbloqueando nuevos contenidos para nuestras partidas futuras. Así, morir no significa perder, puesto que nuestro esfuerzo se verá recompensado con cada intento. Conseguiremos nuevos personajes (cuya apariencia es testimonial al no poder verlo controlado durante el juego), ataques mágicos y cartas que nos otorgarán nuevas habilidades y mejoras de parámetros, lo que nos permitirá conseguir mejor preparación.
Cómo se siente Ziggurat
Lo que más sorprende de Ziggurat es su puesta en escena dentro de una temática que tiene unos cuantos abanderados a su espalda. Los juegos de mazmorras/niveles generados de manera aleatoria pueden llegar a ser comunes, pero hacerlo con escenarios tridimensionales y en primera persona ya es otro cantar en los ¨roguelikes¨. Además lo hace con unos gráficos muy sólidos y un aspecto visual capaz de crear una ambientación tenebrosa a la par que cómica gracias a un diseño de enemigos la mar de ¨simpáticos¨. El sonido cumple con creces, donde no paran de sonar nuestros disparos como los de los enemigos, además de explosiones y últimos gritos de vida, junto a una melodía inquietante que nos acompaña todo el tiempo.
Las ralentizaciones son constantes cada vez que se entra en una nueva sala, pareciendo que la carga de enemigos no es del todo fluida, mientras que en la batalla final son tan notorias que hacen injugable esta última sección, como si no fuera ya el enfrentamiento más complicado. La monotonía, que puede llegar a aparecer tras varias sesiones de juego, puede llevar a más de uno a plantearse dejar el juego, ya que aunque ninguna partida es idéntica a la anterior, los escenarios y enemigos se repetirán en cada partida pero con colocaciones dispares. A esto hay que sumar que la versión para WiiU llega año y medio de distancia de otras plataformas. Aprovecha el Off-TV de la consola.
Así, por 15 Euros tenéis un buen juego de mazmorras al que puede faltarle originalidad, pero lo soluciona con unas bases jugables sólidas, directas y muy divertidas. Ese es el mejor aspecto positivo de Ziggurat: tiene claro su concepto y envuelve al jugador desde el momento en el que el juego se pone en marcha. Encantará a los amantes del género y gustará a aquellos a los que tengan interés por esta propuesta.