Hoy no os traemos un título de Nintendo Switch, sino uno de GameBoy Color (aunque también puede jugarse en GameBoy, GameBoy Advance y Super GameBoy). Ya os hablamos de él hace unas semanas, pero ahora es momento de hacer un análisis com debe hacerse, soplando cartucho y metiéndolo en la consola, para que os contemos todo sobre POWA! Si os interesa, podéis haceros con él en la web de Aiguanachein (formato digital para PC) o bien en la de First Press Games (formato físico).
POWA! tiene mucho de Trip World
Cuando hablamos de Game Boy (o la Color) tenemos que tener en cuenta que la mayoría de los diseños de juego estaban hechos para usar dos o tres botones (si el select hacía cosas), por lo que la jugabilidad debe ser sencilla. Esto es algo que se “compensa” con otros aspectos, en función del género del título.
En el caso de POWA! estamos ante un plataformas 2D que debe completarse de una sentada (es corto), aunque hay código para poder elegir cualquier nivel de inicio, por lo que su trabajo está en la precisión de los saltos, el tiempo límite para superar cada fase y en el ataque del personaje, una burbuja que solo hace daño a los enemigos inmediatos y que no puede usarse sin ton ni son.
La magia de los 8 bits en la palma de tu mano
El juego cuenta con cuatro mundos temáticos, y cada uno de ellos tiene a su vez cinco niveles divididos en segmentos que son básicamente un cambio de pantalla que también actúa como “checkpoint” en caso de que nos quiten una vida (algo que ocurre más de lo que podemos esperar hasta que dominemos bien el ataque y el tiempo). Al final de cada nivel hay un jefe, que supone un reto adicional y que ayuda a dar variedad al desarrollo, aunque también es cierto que en cada nivel se van añadiendo nuevos elementos en el escenario como bloques que se caen, escaleras u otros.
Si sois amantes de los retos, una vez que se completa el juego puede volver a jugarse en un nivel de dificultad superior y con la intención de superar nuestro tiempo. En caso contrario, es cierto que el viaje se nos puede quedar algo corto (pero es algo que ocurría mucho en la época de Game Boy). Es diíficil dar una valoración objetiva de un título así porque no está hecho para los estándares actuales, pero si lo valoramos como un juego de su época, encontramos que es un digno “sucesor” de aventuras como el primer Kirby o Trip World (pero que también quedaría en peor lugar si lo comparamos con los Wario Land).
La edición física al detalle
La caja del juego la tenéis en la portada de este artículo, pero obviamente una edición tiene que estar cuidada sí o sí. Hoy os traemos la edición que se considera limitada (la básica consta del juego, una moneda de plata y el manual). Pero comenzamos con la publicidad que trae First Press Games sobre su tienda y sus lanzamientos. tal y como vienen envueltos, casi que parecen otro objeto de edición especial que otra cosa, lo que ya nos da buenas vibraciones sobre el cuidado de la edición.
Aquí tenemos la moneda de “oro”. Viene en un plástico protector rígido para que no haya riesgo de rozadura ni de cualquier otro daño. Si quieres puedes sacarla, pero si no, está muy bien así.
Si abrimos la caja del juego nos encontramos una serie de artículos extra, que véis a continuación. Tenemos un poster (doble cara), el manual del juego y una banda sonora en un formato pequeño muy cuco, adecuado al estilo del personaje del juego.
Como no podía ser de otra manera, el juego también está dentro de la caja. Solo en un bunker vendría más protegido, porque además de su cartón para que “no baile”, viene en una bolsila de plástico que recubre al juego y a la funda. Sí, el juego viene dentro de una funda de esas que se vendían en su época para tener los cartuchos protegidos fuera de las cajas.
Puesto que el plástico no dejaba apreciar bien la ilustración del cartucho, aquí tenéis una toma mejor del mismo.
Si abrimos la banda sonora nos encontramos unas pegatinas, y el mini CD que viene bien sellado. Otra cosa no, pero es imposible que algo de este paquete os llegue en mal estado.
El manual es clásico, alargado al estilo de los juegos de Game Boy y a todo color. A continuación tenéis una imagen de su interior (también trae más pegatinas).
¿Qué os ha parecido POWA!? Puede que un juego de Game Boy Color no cumpla con los estándares de hoy día, pero para los amantes de lo retro, es una oportunidad única de volver a poner las pilas a esa Game Boy o incluso “enchufar” el accesorio de SNES (con marcos creados para el mismo). Un viaje al pasado en el presente y con alma española. Si eres un coleccionista, no lo puedes dejar pasar.