Los juegos de terror abundan en los últimos años gracias al panorama indie, pues la mayoría de producciones de alto presupuesto del género han desaparecido o han girado en exceso hacia la acción. De la misma forma, la mayoría de las propuestas ofrecidas en este campo suelen ser en primera persona, tal y como ocurre con Paper Dolls Original, un título que llega ahora a Nintendo Switch tras su paso por otras plataformas.
¿Dónde estoy?
Paper Dolls suelta a nuestro protagonista en una mansión que parece abandonada, justo después de que haya ocurrido un accidente de coche. La misión final es la de encontrar a la hija del personaje, pero mientras tanto nos esperan varios sustos y muchos puzles típicos del género, de esos que nos obligan a usar objetos en algunos lugares en vez de romper cajas y forzar puertas (que sería lo lógico en esas situaciones).
La ambientación del título es oscura, puede que incluso demasiado. No sería raro que la mayoría de jugadores suban el brillo del juego incluso por encima del recomendado, para así poder ver mejor el entorno que nos rodea. De hecho, puede que si no lo hacemos nos quedemos sin ver pequeños objetos y estemos dando más vueltas de las que querríamos dar en una sala.
Paper Dolls, sustos a ritmo lento
La jugabilidad del título es simple, muy enfocada a la exploración. Nuestro personaje se mueve algo despacio y debe encontrar varios objetos que pueda juntar o utilizar en otros puntos de la casa, con el fin de poder así obtener nuevos ítems o acceder a nuevas salas. Nos esperan típicos rompecabezas de esta índole, pero también hay espacio para alguna que otra sorpresa.
El factor miedo del juego se desarrolla con apariciones de fantamas que nos llevan a realizar secuencias de botones QTE. Es una fórmula que busca ser cinematográfica, pero que nos hace fallar más de la cuenta por los tiempos que tiene y, con ello, repetir desde el último punto de guardado que hayamos utilizado.
Paper Dolls Original entretiene y cuenta con algunas buenas ideas. Su fórmula en realidad virtual (donde ya estuvo) resulta más inmersiva, pero aquí nos encontramos ante una experiencia correcta y que puede atraer a los seguidores del género del terror, pero que tiene varios aspectos que podrían ser bastante mejores para convertirse en una buena película de miedo interactiva de unas tres horas de duración.