Outward Definitive Edition llega a Nintendo Switch para traernos una desafiante historia de supervivencia en un vasto mundo plagado de peligros y aventuras, un RPG en tercera persona donde cada paso que damos es un nuevo descubrimiento. ¿Creéis que sois capaces de sobrevivir? Pues coged vuestra mochila y vamos a ello.
Sobrevivir es la clave
Todo comienza con una “Deuda de sangre”, contraída por los antepasados del protagonista y que debemos saldar a toda costa. Para ello, nuestro personaje se embarca para obtener una gran fortuna y así limpiar su nombre. La mala suerte hace que el barco naufrague, perdiendo todo lo conseguido y haciendo que el pueblo se enfurezca aún más, por lo que nos dan un plazo de 5 días para conseguir saldar la deuda o vamos a perder la casa y ser expulsados. Con este ritmo tan frenético y sin más explicaciones nos lanzan a un peligroso y gigantesco mundo abierto, donde debemos tratar de sobrevivir y finalmente salvar a la humanidad de un gran mal que acecha en las sombras.
A lo largo de los primeros minutos de juego en Outward Definitive Edition vamos a poder descubrir cómo es su jugabilidad, de la cual hablaremos lo justo y necesario, ya que una de las gracias del juego es ir descubriendo por uno mismo qué nos ofrece el título. Podemos observar las consecuencias del frío, del hambre o de las heridas, que pueden hacer que terminemos muertos, así que debemos tener mucho cuidado a la hora de cubrir las necesidades básicas. Podemos recolectar comida y elementos útiles para la aventura, además de recoger cualquier arma y así usarla para sobrevivir. Pero cuidado, ya que cada elemento tiene un peso, por lo que llevar más peso del que se puede llevar puede ser contraproducente.
Outward Definitive Edition es un juego con una dificultad endiablada, ya que cuenta con una gran cantidad de variables que pueden hacer que muramos muchas veces. Y morir en este juego significa tener una gran penalización, desde perder nuestra mochila con todos nuestro objetos, hasta aparecer en una celda de una guarida de bandidos y tener que hacer todo lo posible por escapar sin nada en nuestros bolsillos. Durante los primeros compases del juego solo contamos con un par de movimientos básicos y vamos desarmados, así que hay que andar con más cuidado.
Un juego mal optimizado
A nivel gráfico, Outward Definitive Edition rasca muchísimo. Más aún si decimos de jugarlo en modo portátil, ya que vamos a ver como tanto los escenarios como los personajes están mal definidos e incluso vamos a sufrir grandes caídas de frames, haciendo que la partida sea injugable. Es cierto que gran parte de los problemas se arreglan jugando en modo sobremesa, pero esto hace que se pierda la gracia de jugarlo en Nintendo Switch.
El apartado sonoro de Outward Definitive Edition no está nada mal. Nos encontramos con una banda sonora a la altura de un RPG tan grande, con temas muy épicos y que nos acompañan a lo largo de toda la aventura. Aunque no vamos a tener ese gran tema musical que se nos queda grabados en la memoria o ese momento que vamos a recordar una y otra vez cuando escuchamos una canción sin estar jugando.
Como punto positivo, Outward Definitive Edition está traducido al castellano, algo muy de agradecer ya que cuenta con una gran historia y un enorme trasfondo que merece mucho la pena conocer.
Outward Definitive Edition. El mundo está en nuestra contra
Outward Definitive Edition es una aventura RPG de acción en tiempo real, donde cada elemento del juego puede acabar con la vida de nuestro personaje, así que hay que tener mucho cuidado a la hora de salir a explorar. Debemos equiparnos bien, recolectar todos los elementos necesarios, crear pociones y alimentos que nos permitan sobrevivir, además de aprender diferentes técnicas de ataque para poder llevar a cabo la gran misión que el título nos ofrece.
Desde Revogamers os animamos a haceros con Outward Definitive Edition si os gustan los desafíos, ya que es un título que os puede poner en más de un apuro si tenéis el más mínimo fallo. Cada mal paso, cada enemigo más fuerte de lo que pensábamos, puede ser el causante de que tengamos que empezar prácticamente de cero la misión que tenemos que realizar.
