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Análisis de Lil’ Guardsman

En unos días en los que se debate entre inspiración, plagio y otras maneras de tener referentes, nos llega Lil’ Guardsman a Nintendo Switch, un título que bebe de Papers, please pero que añade un componente de aventura gráfica clásica de los 90 tanto en su desarrollo como en su humor.

Una niña con un trabajo demasiado grande

Imagina que tienes doce años, y tu padre te pide que le cubras en el turno de trabajo porque tiene que apostar y ver un partido del deporte local. Puede sobar a explotación infantil, pero eso da juego a lo que Lil va a tener que vivir y nosotros jugar. Además a ella parece gustarle, y es que el trabajo es ser la guardiana de la puerta de la ciudad, y toca decidir a quién dejamos entrar y a quién le prohibimos el paso.

La propuesta es sencilla, aunque nuestras decisiones las podemos basar en varios aspectos: nuestros propios prejuicios, lo que nos dice la otra persona o la información que obtenemos utilizando el material del que disponemos en la caseta del guarda (como tablones de normas, herramientas mágicas o un teléfono para pedir opinión). Sin embargo, el uso de esta ayuda es limitado, pues el juego solo nos deja usar un número determinado de los mismos, y las herramientas requieren un objeto que debe comprarse con dinero.

Los diálogos son el punto más fuerte de la aventura, no solo por su buen doblaje al inglés y su traducción al castellano (mejorable en varios aspectos, sobre todo en chistes), sino porque las conversaciones tienen magia propia de una aventura gráfica en su edad dorada. Además, no hablamos solo en nuestro turno de trabajo, sino que también fuera de él, pues en ese momento estamos ante una novela visual con algunos puzles muy sencillos que nos ayuda a conocer más sobre el mundo.

Personajes variopintos en Lil’ Guardsman

Dejar pasar o no a una persona tiene consecuencias, y eso lo vemos en muchos momentos. Al acabar la jornada podemos hacer un repaso de la situación e incluso recibir una valoración sobre lo que hemos decidido, pero también hay varios finales en función de varias de nuestras elecciones, por lo que cada persona va a construir su historia, y la puerta se queda abierta para que algún día se rejuegue cambiando decisiones (aunque hay otras que el juego pasa por alto para el progreso de la historia). De hecho, existe una máquina del tiempo como justificación interna para poder revivir lo anterior y así elegir una opción diferente.

A nivel gráfico el juego es bastante bonito, colorido y nos da la sensación de que estamos ante una serie de animación moderna. Las voces cumplen perfectamente y el resto del sonido acompaña para terminar de crear la atmósfera. Pero lo más interesante sobre todo es su plantel de personajes, muy variado y distinto, y sin duda el alma de la aventura.

Lil’ Guardsman es un juego llamativo y original, que tiene muy en mente su inspiración, pero sabe darle un giro diferente apostando por un humor muy interesante. La localización no cubre tanto el humor como no gustaría y los puzles pecan de ser demasiado sencillos, pero el cómputo total es positivo. En definitiva, estamos ante una propuesta de más de siete horas que entretiene y sabe sacarnos una sonrisa.

Versión del juego analizada: 1.0

 

 

Resumen
Interesante y divertido, pero con algunos aspectos mejorables. Si te gusta el humor gamberro y el arte del juego, es una propuesta muy recomendada.
7.5
Bueno
Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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