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ATOMIK: RunGunJumpGun

ATOMIK: RunGunJumpGun es un título que entra en la categoría conocida como runner. Un género cuya premisa básica es correr de forma automática superando obstáculos. En este caso, el toque diferenciador consiste en una pistola que nos permite controlar la gravedad. Con ella, podemos propulsarnos hacia arriba y disparar a todo lo que se cruce en nuestro camino. El juego con el título más descriptivo del año parece capaz de dar lo que promete.

Ride on a Shooting Star

En un futuro distópico, en un galaxia indeterminada, una estrella se está apagando. Las autoridades lo ocultan, los habitantes miran hacia otro lado y tú solo te preocupas de rapiñar los restos de una estrella moribunda. De modo que emprendes un viaje frenético, acercándote cada vez más al origen de todo mientras recolectas atomikas, la causa de todo este embrollo. ¿Que es lo que buscas tan desesperadamente? ¿que te lleva ante tales extremos? Salvador u oportunista, en vosotros queda descubrirlo.

ATOMIK tiene algo muy interesante, y es que uno pensaría que un juego con una premisa tan básica y directa dejaría todo de lado en pos de la jugabilidad y el diseño de niveles. Pero este juego, intenta de forma bastante curiosa contarnos una historia de ciencia ficción, o al menos, se preocupa de dar forma al mundo que lo rodea. Para ello, entre cada nivel vamos conociendo personajes, a cada cual más extraño, que nos cuentan lo primero que se les pasa por la cabeza. Esto junto con los enigmáticos textos que separan cada sección, hacen que vayamos atando cabos para descubrir la historia que hay detrás. Sin embargo, el guión deja bastante que desear, con muchos diálogos banales y algo de repetición, dejando la sensación de que se podría haber conseguido algo mejor.

ATOMIK

ATOMIK: Corre, dispara, salta y dispara otra vez

Su título lo describe a la perfección. Disponemos de dos acciones que se ejecutan con sendos botones frontales. Disparar hacia abajo para saltar hacia arriba y hacia delante para destruir o desplazar obstáculos. Todo ello mientras corremos de forma automática. Este control responde a la perfección, lo que es de agradecer porque en ocasiones se nos exige una precisión demencial. Claro que no sólo saldremos adelante con precisión y reflejos, sino que también requiere de cierta planificación. Empezando por comprender como funciona el sistema de gravedad. Siendo esto último casi más importante ya que dependiendo de cuanto disparamos, saltamos más alto o tardamos más en caer a la vez que disparar hacia delante no reduce la imparable carrera pero hace que perdamos el impulso.

En ATOMIK viajamos por un total de 120 niveles divididos de forma equitativa entre tres mundos y a su vez secciones de 10 niveles. Cada mundo es diferente e introduce su propia mecánica en el escenario. Así, tenemos niveles donde podemos salir por los límites de la pantalla para aparecer por el otro lado. Otros donde se introduce agua que invierte la gravedad. los infames molinos de cara al final. Estas mecánicas están perfectamente aprovechadas en el diseño de niveles, si bien se nota algún que otro nivel menos inspirado o muy similar a alguno previo.

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Contando muertes

ATOMIK es un juego donde vamos a morir sin parar. Para superar unos escenarios que duran apenas segundos pero que son tremendamente intensos. Afortunadamente, la transición entre muertes es instantánea y siempre se nos perdona un fallo. Por lo que la constante de repetir un nivel que se nos atraganta es más fácil de sobrellevar. Además, para hacer las cosas más interesantes, tenemos que ir recogiendo unos coleccionables llamados atomikas, que sirven para desbloquear los siguientes mundos. Como no hace falta recolectar todas, queda en manos del jugador más paciente o masoquista el completar la colección.

Es un juego difícil, que no imposible, pero con un pico extremadamente alto de cara a los últimos niveles. Donde se se introducen los antes mencionados molinos. Este artilugio bloquea el camino, por lo que hay que disparar para que se mueva, pero sin pasarnos para que el aspa no nos reviente el espinazo. Es tan complicado calcular exactamente cuanto y cuando disparar, que si se logra superarlos no habrá sido más que por pura suerte.

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Un estilo arriesgado

En lo que respecta a su presentación, la música nos pone a tono con un ritmo intenso, muy motivador, que hace que nos vengamos arriba animándonos a seguir, sin llegar a resultar cargante. Mientras que gráficamente, bien podría ser capaz de causarnos un ataque epiléptico con colores estridentes y flashes constantes. Por otro lado, los retratos y diseño de los personajes son muy originales. Al igual que los escenarios cambian de temática conforme superamos niveles añadiendo pequeños detalles que los hacen más llamativos.

ATOMIK: RunGunJumpGun es un juego que da lo que promete. Es difícil como cabría esperar, aunque quizás demasiado exigente de cara a su tramo final. Además, cada escenario y la disposición de sus coleccionables, están medidos al milímetro. Lo que hace que hacernos con todos sea un verdadero desafío. Por otro lado y no en vano, intenta añadir algo de historia y motivación para acompañar a su sencilla premisa. Esto junto a su particular estilo audio visual, lo eleva por encima del resto como un titulo más que notable.

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