Los premios The Game Awards se han convertido en uno de los referentes occidentales para hablar de los títulos que comunmente denominamos GOTY. El que se llevó la palma el pasado año fue It Takes Two, un título de Josef Fares y su estudio Hazelight (publicado por EA). El juego parecía estar hecho para la filosofía multijugador Nintendo y por ello, sus responsables decidieron que no se podía quedar fuera de Switch aunque fuera más tarde, y así tenemos un año después esta versión gracias a TurnMeUp Studios.
It Takes Two, la mejor terapia de pareja
Antes de nada, la polémica. Por un lado, la edición física es una de esas llamadas “incompletas”, es decir, sin conexión a internet no puede jugarse pues necesita descargar actualizaciones. La otra polémica es el port en sí mismo, ya que obviamente hay que hacer concesiones para llegar a la híbrida. Principalmente encontramos tres grandes problemas: el juego no es compatible con usar el botón Home como pausa (los diálogos y el sonido colapsan si lo hacemos), funciona a 30 fps (aunque estables eso sí) y la cantidad y calidad de texturas se nota bastante reducida. Es más, en lo referente a esto último, hay vídeos donde vemos que algunas capas de texturas se cargan sobre la marcha, dándonos a entender que eso es lo que ha perdido principalmente esta versión, capas de perfeccionamiento visual (algo que si bien no afecta a lo jugable, hace que el juego luzca mucho peor que en otras versiones).
Si todo esto no nos supone una barrera (o si bien Nintendo Switch es nuestra única opción para jugar a It Takes Two), nos vamos a encontrar con una aventura muy bien medida. En Nintendo Switch ya pudimos jugar Brothers, el primer trabajo de Fares como director, y pudimos ver su filosofía de que los coleccionables son algo anecdótico pero bien cuidado, para aquellos que los quieran y con la posibilidad de repetir la sección necesaria en caso de quererlo sin tener que repetir un capítulo entero o todo el juego. Eso, además del concepto de manejar dos personajes en cooperativo, sigue aquí, pero aumentado a un nivel superior.
It Takes Two nos cuenta la historia de una pareja (May y Cody) que está a punto de divorciarse, algo que no le hace mucha gracia a su hija. La tristeza le provoca un lloro, lo que se convierte en un hechizo del Dr. Hakim que convierte a los dos progénitores en muñecos de madera y arcilla. Ahora, dispuestos a recuperar sus cuerpos, deben cooperar para además intentar volver a ver a su hija (aunque el Dr. Hakim quiere animarlos a que vuelvan a ser amigos). Una historia que en rasgos generales es sencilla, pero que ale da carisma a los personajes que aparecen por el camino, los cuales son muy variopintos e incluyen muchos objetos cotidianos (algunos animados).
Cooperativo bien ejecutado
En cuanto a la jugabilidad, generalmente nos encontramos una pantalla partida verticalmente si jugamos en local (se puede también con dos consolas u online si uno paga el juego y el otro se baja la demo), aunque en ocasiones, como en los vídeos o en los minijuegos competitivos que encontramos a nivel de coleccionable, la pantalla se unifica. La pantalla partida permite que la acción de cada jugador no afecte al otro, por lo que la cámara de cada uno funciona de manera independiente (así se puede configurar) y esto ayuda mucho a que la exploración sea más interesante, pues en muchas ocasiones los caminos se bifurcan o hay una necesidad de compartir información hablando (juego asimétrico).
A nivel jugable, en líneas generales, estamos ante un plataformas 3D con caminos guiados la mayor parte del tiempo, sin misiones de relleno ni nada. Hay nueve capítulos que se distribuyen en actos, y en total tendremos unas 9-10 horas de juego que la verdad, nunca llegan a cansar. Y esta es la verdadera magia de It Takes Two, la adición y modificación de mecánicas y dinámicas mientras se está jugando. Esto se traduce en que, más allá de las acciones básicas, en cada capítulo se van introduciendo nuevas acciones o elementos que se incorporan al resto del viaje, pero otras se quedan unicamente en ese capítulo, haciendo así que la frescura no se pierda. Además, estas dinámicas son diferentes para cada personaje, por lo que, por ejemplo, en un capítulo uno dispone de un cinturón para cambiar su tamaño y la otra unas botas para caminar por las paredes. Cada jugador debe conocer bien sus habilidades para así encontrar la solución al gran puzle que es avanzar.
La variedad de situaciones también se aplica a personajes y escenarios. Es más, a veces podríamos decir que el juego cambia de género, y puede volverse más de puzle o incluso un shooter. No vamos a desgranar todo lo que ofrece porque parte de su magia es descubrirlo por uno mismo, pero el trabajo es bastante positivo. También lo es el apartado sonoro, con un doblaje al castellano (y otros idiomas) bastante bien logrado, acompañado de unos subtítulos que, como en muchas ocasiones, podrían ser un pelín más grandes. Por suerte, el hecho de contar con doblaje hará que nos centremos más en el centro de la pantalla y en la acción, por lo que se agradece que se haya trabajado en ello.
No recomendar It Takes Two es algo difícil por su enorme calidad, aunque puede que la versión de Nintendo Switch no sea la mejor para ello. Si te gusta jugar en compañía y los juegos de plataformas (no con un altísimo nivel de exigencia) aquí vas a encontrar horas de delicia. Si fue o no merecedor de su premio es algo subjetivo, pero no cabe duda de que sí que fue uno de los bombazos del año pasado, y si este port ayuda a que más gente pueda jugarlo, ha merecido – y mucho – la pena.
