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Análisis de Lil Gator Game

Si hemos crecido jugando a videojuegos, seguramente por nuestra mente ha pasado en más de una ocasión crear o vivir nuestra propia aventura, especialmente siendo jóvenes. Lil Gator Game es el viaje de un pequeño cocodrilo amante de la saga Legend of the hero (todos sabemos a qué serie hace referencia) para vivir una aventura que llame la atención de su hermana mayor. Toda una carta de amor a las aventuras 3D que sabe sorprendernos para bien.

En Lil Gator Game las reglas las pones tú

Nuestro protagonista y su hermana siempre jugaban juntos, pero el tiempo ha pasado y ella está ahora absorta estudiando desarrollo de videjuegos. Esto hace que, en la última visita a su familia, no pueda dedicar tiempo a jugar con su pequeño hermano, por lo que él decide, con ayuda de sus amigos, vivir la mayor aventura para que su hermana quiera participar de la misma. A pesar de que no hay una historia para el viaje del héroe en si mismo, sí que se nos habla de la madurez, las apariencias y el tiempo que dedicamos a los demás. No es una epopeya, pero sí que es un viaje al interior de nosotros mismos y a la comprensión de la realidad actual.

Eso sí, hay mucho texto en todo el juego y solo está en inglés de momento, por lo que si queréis comprender todo lo que nos ofrece el título y las misiones secundarias que se nos mandan, tenemos que ser capaces de superar la barrera del idioma. Hay otras dos barreras que pueden dificultar la experiencia a mencionar antes de centrarnos en sus grandes virtudes, y estas son la no inclusión de un mapa (al final del juego tenemos un radar, pero no es exactamente lo que buscamos) y la zona del bosque, llena de árboles que no se transparentan (o nos muestran una silueta del personaje detrás), lo que puede provocar muchos giros de cámara que a las personas más sensibles las pueden marear.

No obstante, hay numerosas medidas de accesibilidad pensadas en tipos de jugadores, especialmente a destacar las referidas a la cámara (tanto de posición respecto al jugador como de movimiento de la misma). Hay otra gran medida, y es que no hay daño, ni muertes ni nada. Es decir, estamos ante una aventura muy wholesome y relajante, en la que el estrés por no luchar, saltar o lo que sea de manera adecuada no tiene consecuencias negativas más allá de tener que repetir algo si nos ha salido mal. Y gracias a la gran cantidad de objetos que vamos obteniendo, podemos facilitar aún más las cosas.

Referencias cuidadas y una gran amistad

Como juego, podemos entender Lil Gator Game como una especie de Breath of the Wild en un entorno más pequeño y manejable, pero con varios objetos extra. Disponemos de una barra de estamina para escalar (que acabará siendo infinita si conseguimos las mejoras), muchos NPC a los que tenemos que ayudar en misiones sencillas y “enemigos” por doquier. Puesto que estamos ante una simulación de videojuego, los enemigos son cartones que hemos de romper (y usaremos sus restos para reciclarlos y conseguir crear prendas y comprar otros objetos).

El movimiento de nuestro héroe es divertido (mejor con cierta bandana) y principalmente se complementa con el uso de un arma y de un escudo que realmente vale para deslizarse por el escenario o el agua. Además, podemos vestirnos con un gorro y equiparnos dos objetos variados, como una cámara de fotos para uno de los mejores modo foto que hemos visto, pistolas de pintura, un globo para flotar, un peluche para que podarnos caer a lo Human Fall Flat o una mano pegajosa. Este último es uno de los mejores objetos que podemos usar como un gancho extraño, o bien para dar vueltas respecto a un punto y mandarnos a volar. En definitiva, un uso de objetos que nos recuerda a lo visto en la última aventura de Link, donde con poco se puede hacer mucho.

A nivel gráfico, encontramos reminiscencias claras a A Short Hike, otro juego del estilo que nos encandiló hace tiempo (podemos usar un filtro gráfico para que se vea como este de hecho), aunque en esta ocasión hay un cell-shading que nos recuerda más a Wind Waker. Puede que algunos escenarios resulten algo similares entre sí y eso no ayude a situarnos, pero hay puntos de referencia a cierta altura que nos ayudan a hacernos una idea de donde estamos. Por otro lado están los objetos principales y personajes, que son muy diversos y varios de ellos tienen bastante carisma. La música es bastante pegadiza y va cambiando en función de la región en la que estemos de la isla que estamos explorando, y sigue un patrón en varias de sus melodías, la de ofrecer la misma canción pero cambiando la instrumentación y el ritmo, algo propio de producciones de la gran N.

Lil Gator Game es un plataformas que gana mucho cuando lo tienes en las manos. Es perfecto para ser “el primer Zelda” para muchos, pero es una aventura que con sus referencias y físicas sabe complacer a muchos usuarios. Además, el mensaje es muy positivo y no hay maldad alguna en ningún momento, lo cual lo convierte en una experiencia muy relajante y llevadera. Eso sí, solo dura unas cinco horas aproximadamente, con algunas horas más si queremos obtener el 100% (necesario para ver la escena final) o si somos de los que nos perdemos explorando.

 

Resumen
Si el idioma no fuera una barrera, sería un juego a recomendar a cualquiera al que le guste jugar. Puede carecer del factor desafío y recompensas de otros juegos, pero sabe ofrecer a pesar de ello una aventura de exploración que nos dejará satisfechos.
8.5
Notable
Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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