Se hizo viral por algo, pero es que Dave the Diver es una maravilla. Acompañadnos en este análisis de esta obra que nos llega en completo castellano y que cubre varios géneros, algo que al principio puede dar miedo, pero que sabe hacer con maestría. Un título para más o menos duchos que enamorará a todo el mundo, siempre y cuando guste la exploración y gestión de recursos (muy básica).
Dave the Diver, más es más
Un día, un hombre llamado Dave estaba en la playa tan a gusto, hasta que recibe la llamada de un antiguo colaborador llamado Cobra, para que le ayude a llevar comida a un bar de sushi en una región particular. Entre una cosa y otra, al final el pobre Dave acaba algo explotado y tiene que ser camarero de noche y proveedor de ingredientes por el día, pescando bajo el mar (a peces que huyen y a otros hostiles) con ayuda de un arpón y un cuchillo. Poco a poco más y más gente se aprovechará de él, pero también irá ganando en reconocimiento y se le irán atribuyendo los méritos de todo su trabajo, mientras consigue que Bancho Sushi se convierta en un restaurante que dé muchos beneficios, resuelva un misterio marino con criaturas extrañas y ayude a frikis, biólogos y periodistas con sus peticiones.
La base jugable de Dave the Diver está, en primer lugar, en los descensos al mar. Nos movemos libremente en cualquier dirección, podemos usar un pequeño turbo y varios objetos, como armas, redes o bombas (algunas son de uso temporal, y otras son permanentes), mientras tenemos que llenar la mochila con peces, algas, ingredientes y minerales, antes de volver de nuevo a la superficie, ya sea llamando a una celda de rescate o subiendo hasta arriba. Para hacer el avance progresivo, existen mejoras que hemos de comprar u obtener avanzando en la historia, como guantes que nos permitan agarrar ciertos materiales, más oxígeno para aguantar más tiempo bajo el agua o una mayor capacidad de buceo para poder ir a zonas más profundas.
Toda esta propuesta va acompañada luego de la gestión del restaurante, donde hemos de elegir el menú, obtener recetas, contratar personal y trabajar sirviendo comida y bebida, rellenando el wasabi y limpiando la barra de la gente que la deje hecha una porquería. Todo esto puede ser todo lo agobiante y complejo que queramos, al igual que ocurre con el descenso al agua. Hay aspectos que se pueden automatizar, nunca hay un estrés por completar alguna misión en cierto tiempo y es cada jugador el que se marca su propio desafío. Y si se gana más o menos por la noche, no pasa nada siempre que sea un mínimo, lo cual hace que no haya jugador que no encuentre gratificante la experiencia.
Un equilibrio que lo hace válido para mucha gente
Una de las principales bazas de este juego es su progreso. Al final del desarrollo seremos capaces de llevar tantos aspectos de gestión y exploración que nos puede asustar, pero cada uno de ellos se va introduciendo poco a poco y con un tutorial para que se sepa que lo hemos entendido bien. Al final el resultado es muy variado y podemos darle la importancia y tiempo que queramos a cada apartado, así que nunca vamos a aburrirnos o saturarnos. Además, hay apartados de granja, novela visual y minijuegos de diverso tipo que enriquecen al global y que son sencillos, pero cuentan con la profundidad justa para que incluso alguien al que no le gustan esos elementos disfrute con ellos.
Todo en Dave the Diver tiene cierto tono de humor (al margen del desprecio que sufre el pobre protagonista), y los personajes son estrambóticos y variopintos, algo que incluso se ve en algunos NPC como los camareros que podemos contratar. Eso, y su variedad visual aportan mucho al conjunto, todo un universo lleno de píxeles que funciona a la perfección. Además, su menú es un móvil desde el que accedemos a mensajes, minijuegos (algunos compatibles con Joy-Con), llamadas y a los diferentes apartados de gestión, mejoras y misiones de colección (entre las que hay una serie de cartas al más puro estilo Pokémon).
Su estilo visual funciona muy bien dada la enorme cantidad de especies diferentes que hay en el mundo, algo que también se aplica a los escenarios que, si bien tienen partes repetidas, sabe ofrecer diferencias entre cada sección que se explora. Los escenarios tienen un pequeño componente procedimental, aunque al principio va asociado a momentos de la historia, y mientras estemos en cierto momento de la trama la estructura se mantiene para facilitar la recolección de lo que nos interese (que se regenera cada vez que subimos). La música sabe bien acompañar la exploración, la gestión e incluso las batallas contra jefes (sí, tiene de todo), y puede que queramos escuchar luego alguna melodía desde el móvil. Por último, en Switch el rendimiento está muy bien durante casi todo momento, aunque alguna carga dura un poco más de la cuentah. Además, hay pequeños glitches visuales en algunas capturas de vídeo o al entrar y salir del menú de inicio, y, en ocasiones muy contadas, de audio al cambiar de zona.
Dave the Diver es una propuesta que funciona excepcionalmente bien durante las algo más de 20 horas que dura su campaña, aunque este número va a crecer seguro por los objetivos secundarios, el ritmo de cada uno y la exploración que hagamos. Como juego de pesca funciona muy bien, como juego de restaurante también y el resto de añadidos solo sirve para coronar una aventura digna de estar entre uno de los mejores juegos de los últimos años.
Versión del juego analizada: 1.0.0.377