No hay juego de LEGO con el que no me haya divertido pese a su sencillez, sobre todo por su humor blanco y su accesibilidad, por lo que LEGO 2K Drive se antojaba como una opción perfecta para alguien que además disfruta con el mundo del motor. Sin embargo y pese a que sí entretiene, no termina de arrancar en ciertos aspectos y derrapa con algo en lo que 2K Games es toda una experta (para mal): las microtransacciones; especialmente si está dirigido a un público infantil.
Construye y corre
LEGO 2K Drive es un juego de carreras, y como tal competiremos en un buen puñado de ellas, pero también es un juego de LEGO, por lo que la variedad estará asegurada, sin olvidarnos por supuesto de la construcción y la inocente y pura diversión. Unos pilares sobre los que se apoya un juego destinado a todas luces a un público infantil pero donde todos podremos pasarlo bien sin importar nuestra edad, e incluso donde podremos compartir partida en su modo a pantalla dividida para dos jugadores, tanto en minijuegos como en el modo historia. En este, toca labrarse un nombre para así poder competir en la Copa Celestial y demostrar que somos el mejor piloto de Bloquelandia. Un hilo argumental como otro cualquiera salpimentado por la inclusión de villanos, aliados y rivales de pomposo nombre, verbigracia Johnny Freno (sí, muy Austin Powers todo).
Bajo la premisa de conseguir banderas superando carreras, necesarias para poder acceder a la Copa Celestial, exploraremos 4 grandes áreas todas ellas con su propia temática. En estas no solo habrá carreras de las de llegar primero, sino que también habrá otro tipo de pruebas de lo más variado, como por ejemplo subir una montaña a tiempo esquivando minas, pasar por todas las banderas en una suerte de slalom, acabar con los platillos volantes que amenazan una granja o acertar con nuestro vehículo en el centro de una diana, entre otras muchas. Una pluralidad de situaciones que además podemos disfrutar junto a un amigo de manera local, así como también podremos acceder a varios minijuegos, aunque estos se parezcan demasiado entre sí y salga más a cuenta ir directos al modo historia. Asimismo, podremos jugar en línea con amigos y desconocidos, pero solo en carreras y campeonatos. Por cierto, no hemos tenido ningún problema de conexión, y es que solo faltaba, después de que 2K nos casi obligue a estar conectados todo el rato, dándose situaciones tan ridículas como no poder reclamar determinados premios si estamos fuera de línea, y eso que los conseguimos durante la historia.
Un problema, el de la conexión casi obligatoria, a añadir a uno directamente relacionado: el de los micropagos. LEGO 2K Drive es muy variado, hay tantas posibilidades de construcción como piezas de LEGO, pero estas no son gratis y aunque las podemos comprar con dinero del juego, las cantidades que recibamos serán irrisorias en comparación con lo que cuesten en Unkie’s Emporium, la tienda del juego regentada por un simpático y ya entrado en años mono. Es el mismo mal que lleva años arruinándonos a muchos la experiencia en la franquicia NBA 2K, solo que aquí parece más grave por el público objetivo del título. No en vano los desarrolladores son los mismos, Visual Concepts, y eso se nota no solo aquí.
La jugabilidad de LEGO 2K Drive es como cabría esperar, sencilla y directa, recordando a la de los juegos de Sonic de velocidad por los derrapes (de velocidad sobre ruedas, nos entendéis), contando también con la particularidad de que automáticamente (o pulsando un botón si así lo queremos) nuestro vehículo cambiará entre deportivo, todoterreno o lancha según la superficie. Una idea que en principio está bien llevada pero que a veces nos sacará de los nervios, sobre todo cuando toque cambio entre deportivo (asfalto) y todoterreno (tierra). Lo bueno, sobre todo para los menos duchos, es que todos los vehículos se manejarán parecido dando casi igual la superficie, lo malo es que este hecho también se dará aunque elijamos un deportivo diferente, o un 4×4 más pesado o una lancha con, se supone, mayor maniobrabilidad. Sí, los vehículos se dividen por categorías y cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles, pero es algo que quedará únicamente sobre el papel. Tampoco es que nos haga falta cambiar nada para ganar, ya que el juego siempre nos hará lo mismo y en la última vuelta, por muy mal que lo hayamos hecho, daremos irremediablemente caza al resto, activemos o desactivemos el asistente de dificultad de la carrera. Por fortuna el resto de pruebas repartidas por Bloquelandia son más divertidas que las propias carreras y lo pasaremos realmente bien descubriéndolas además de superándolas, aunque nos hubiera gustado que los mapas fueran algo más grandes para no encontrarnos muchos de estos desafíos de sopetón al doblar una esquina.
En el resto de apartados, destaca un doblaje de lujo para todos y cada uno de los personajes de este LEGO 2K Drive. Las melodías por su parte serán correctas, y visualmente estamos ante un juego que utiliza el Unreal Engine, lo que en Nintendo Switch equivale a texturas algo borrosas y algo de popping, pero nada que deba preocuparos excesivamente.
Con una conducción más ajustada (es mejor la de, por ejemplo, LEGO City Undercover), un verdadero mundo abierto y siendo más amigable para con los jugadores jóvenes (es tremendamente intrusivo ya desde el menú: conecta, compra, canjea… Horrible), estaríamos hablando de un imprescindible; así no obstante es un juego divertido e ideal para todo el mundo, eso sí, vigilando dónde nos metemos (o se meten los más pequeños). Jugar el modo historia a dobles es una opción que nos ha encantado, y visualmente apenas se resiente. Y con humor made in LEGO, eso siempre.