El género llamado metroidvania es uno de los que más se hace notar en la escena indie, pues combina acción y plataformas con pequeños toques de rol. Uno de los últimos en llegar a Nintendo Switch ha sido Islets , una aventura wholesome protagonizada por un ratón que va a dos patas y cuyo desarrollo ha recaído practicamente en una persona (Kyle Thompson) con apoyo para la música y algunos pequeños apartados más.
A reunir las Islets
Hace mucho, el mundo se unió y formó la tierra del universo de este título. Sin embargo, la energía se ha perdido y ahora todo se ha vuelto a separar, y con ello muchas civilizaciones se han ido al traste. Por si fuera poco, muchas bestias andan sueltas e impiden que pueda realizarse una investigación para solucionar el problema. Son unos pocos los que se atreven a explorar, y nuestro protagonista, Iko, es uno de ellos. Así que nos toca acompañarlo en un viaje lleno de personajes adorables, de humor y del tono justo de epicidad para salvar el mundo.
Como suele ser habitual en este tipo de juegos, nuestro arsenal de habilidades es muy limitado al inicio, y al final acabamos pudiendo realizar tantas acciones que terminamos merendándonos a cualquier enemigo de los que veíamos al inicio del viaje. Un salto, una esquiva, una estocada hacia arriba o hacia delante y un disparo con flechas limitadas son nuestros movimientos de inicio, pero luego obtenemos muchos otros como el golpe fuerte hacia abajo que nos permiten no solo realizar nuevos ataques, sino también acceder a lugares que antes no podíamos.
La exploración es clave, y por ello el juego nos hace volver a varios lugares una vez que tenemos la habilidad correspondiente. Es un clásico en el género, pero quizás se abuse un poco más de la cuenta en este título. Por lo demás, tenemos un mapa bueno que nos muestra bien sus conexiones, con zonas de viaje rápido y con dos jefes en cada isla. Los combates contra jefes tienen varias fases, y todos ellos (desde el primero) pueden suponer un reto, pero la dificultad está muy medida.
Ratón adaptable
La dificultad adaptable en cualquier momento nos permite que los encuentros no sean tan complicados para todo el mundo, creando así un espectro de usuarios mucho más alto. Todo el mundo tendrá su reto (se requiere un mínimo), pero el reto se adapta al nivel de cada uno. Quizás la verdadera dificultad sea hacerse a la dirección de nuestro ataque, a los saltos (a veces muy muy justos) y a que los puntos de guardado son algo escasos, pero si lo superamos, la experiencia es mucho más positiva.
Además de los combates y la exploración, también tenemos el viaje entre las diferentes islas en las que se ha separado el mundo. Para ello contamos con una nave que de inicio es simplemente eso, pero que vamos mejorando con materiales y que al final es capaz de atacar y realizar habilidades especiales que hemos de emplear en combate contra enemigos y jefes especiales (que actúan como barrera entre distintas zonas).
A nivel artístico encontramos un estilo de dibujo bastante bonito, en el que los personajes y los escenarios destacan por sus detalles y cuidado, aunque es cierto que algunas animaciones de Iko pueden chocarnos un poco. Si a esto le acompañamos un diseño sonoro soberbio (no simplemente su música encantadora), el título nos entra por los sentidos desde el segundo 1. Si eso lo acompañamos de una traducción al castellano, pues ya es la guinda para ofrecer una gran presentación.
Islets es un título que no innova en su género, pero que sí que sabe decir algunas cosas propias. Su presentación es maravillosa y los combates, especialmente contra los jefes, están muy bien ejecutados una vez que nos hacemos al control del personaje. Sin embargo, abusa de mandarnos de un lado para otro y eso a veces puede confundir si no jugamos de seguido y no tenemos buenas referencias en el mapa.
