Terra Nil es un juego de simulación desarrollado por Free Lives y distribuido por Devolver Digital que llega por fin a Nintendo Switch. Devuelve a la Tierra todo su esplendor con esta aventura ecológica.
Devolviendo la vida a Terra Nil
El mundo está desolado, solo quedan páramos yermos, tierras contaminadas y suciedad. Sin embargo, contamos con la tecnología suficiente para devolver el planeta a su esplendor, así como con un bloc de notas de cuadrícula que alguien dejó, con todas las instrucciones para llevar a cabo tan importante misión.
La primera fase es restaurar y purificar tanto el suelo como las aguas. Luego, en la segunda fase debemos reestablecer el balance entre los biomas de cada región para que, finalmente, en la tercera fase podamos reintroducir la fauna, dejándola a cargo de mantener el ecosistema mientras reducimos nuestra presencia para así concluir nuestra misión. Por último, deberemos abandonar el planeta sin dejar rastro de nuestro paso por él. Ese es básicamente el esquema de Terra Nil.
La jugabilidad es sencilla y, como revelamos en el párrafo anterior, se divide en tres fases. Para superar cada una de ellas, contamos con la posibilidad de construir estructuras que nos ayudan a recolectar recursos, a modificar el terreno o incluso a alterar el clima. Debemos combinarlas con sabiduría y administrar bien nuestros recursos naturales para superar los objetivos de cada fase.
Nos movemos por el escenario con la palanca de control y podemos elegir las diferentes estructuras con los gatillos. El control responde muy bien, aunque se nota que es un juego que agradecería el teclado y el ratón. Podemos consultar en todo momento para qué sirve cada estructura y algunas de ellas incluso tienen habilidades.
Cuatro ecosistemas, mil posibilidades
No todas están disponibles en todos los niveles, sino que se adaptan al ecosistema que queremos restaurar. La partida principal cuenta con cuatro ecosistemas diferentes que debemos reestablecer para ver los créditos. Los niveles se generan de forma aleatoria, pero gracias a nuestras herramientas podemos modificarlos enormemente así que cada partida es potencialmente diferente de la anterior.
Disponemos de tres modos de juego, siendo el modo jardinero una experiencia relajada con el objetivo de, simplemente, ir construyendo nuestro paisaje. Las otras dos son más desafiantes, debido a la limitación de recursos.
Terra Nil es visualmente muy bonito, con todos los elementos dibujados a mano. Cuenta además con una música fantástica y tranquila que acompaña perfectamente a esta experiencia ecologista. Lo que no es tan bueno es la fluidez de las animaciones, que da tirones en muchos casos. Además, el juego no está pulido técnicamente y a veces los botones pueden no responder, o incluso se puede cerrar de forma inesperada (aunque manteniendo la partida). Estos detalles embrutecen un producto que de otro modo sería sobresaliente.
Sin embargo, Terra Nil no es para todos los públicos. La sensación tras jugarlo es como la que dan juegos como el Solitario de cartas. Te atrapa y te absorbe, pone a prueba tu memoria y tu ingenio, pero no trasciende mucho más allá. Está bien para entretener un rato y, desde luego, la primera vez que lo superes te enganchará para ver todos los ecosistemas. Después se convierte en una experiencia entretenida para llenar los ratos muertos.
Terra Nil está en traducido al castellano, aunque en principio nos saldrá en inglés. Hay que cambiarlo manualmente desde las opciones, ya que no detecta de forma automática el idioma de nuestra consola.
Un planeta al borde del colapso
Terra Nil es un juego muy recomendable, que personalmente me ha sorprendido y gustado más de lo que me imaginaba. Ha sido una experiencia maravillosa y me he imaginado la historia tácita que llevó al planeta al colapso, ese planeta que restauro con la libreta de mi guía misterioso. Ese planeta que lego a las futuras generaciones, esperando que lo traten mejor que sus habitantes anteriores. ¿Qué suceso lo llevó al colapso? ¿Quién soy yo? ¿Quién escribió la libreta de apuntes? Todas estas cosas son parte de un meta-juego muy curioso, fruto de la cuidada ambientación y diseño de Terra Nil.
En definitiva, lo único que empaña la experiencia es el rendimiento técnico irregular, y que no tengas o paciencia o no te guste este tipo de juegos de simulación.
