¿Unas palomas bailarinas compitiendo por tener el mejor sentido del ritmo? Pues sí, esta es la alocada propuesta de Glee-Cheese Studio para hacer de las ratas del aire, un nuevo icono en este de los videojuegos. Toca seguir el compás, y mucho más, con Headbangers: Rhythm Royale.
Moviendo las plumas
Estamos de acuerdo en que el género de los Battle Royale vino para quedarse y también que dentro de todos los aparecidos desde entonces (gracias al papá PUGB: Battlegrounds), puede que Fall Guys ofreciera un aroma especial con su ambiente festero, despreocupado y apto para todos los públicos. Precisamente con ese objetivo llega lo que tenemos entre manos pero, al fin, con la idea de ofrecer una batalla rítmica con todas las de la ley.
Si alguna vez habéis probado el juego de Mediatonic os podéis hacer una idea rápida de lo que ofrece, a nivel de contenido, Headbangers: Rhythm Royale porque es exactamente igual. Incluso el diseño de menús se asemeja sospechosamente para hacer todo mucho más familiar. Pero la gracia del asunto es que las pruebas son radicalmente distintas. Lo primero es que aquí todo sucede en una única pantalla y no tenemos que mover a nuestra paloma favorita. En su lugar basta con pulsar botones en el momento correcto.
Si habéis probado Fall Guys os podéis hacer de una idea de lo que ofrece a nivel de contenido
O bueno, no siempre. Porque también puede ser hacerlo en primer lugar. Sea como fuere, todos los minijuegos tienen una base métrica quizá no apta para todos por su exigencia y precisión, aunque pensándolo fríamente tampoco Fall Guys es para todos por su habilidad. En cualquier caso, la diversión es lo primero, y cada prueba está tematizada de formas completamente diferentes (muy a lo Mario Party) haciendo que cada una se sienta, aunque a veces parecidas, totalmente distinta.
A veces tocar toca memorizar, otras ser el más rápido en distinguir instrumentos y otras acertar el mayor número de notas. También vale contar y otras muchas ideas que al final se realizar pulsando botones y afinando más que los rivales. Partidas de 50 jugadores con crossplay entre plataformas que garantizan partidas constantes. Aunque de momento, no hemos conseguir rellenar todas con humanos y en su lugar aparecen paloma-bots para asegurarnos que comienza el juego que tampoco parece ser especialmente avispados.
Las situaciones son originales, diferentes y variadas mecánicamente.
Diversión inmediata pero… ¿por cuánto tiempo?
Las partidas se dividen en cuatro rondas en las que, tras cada una, se eliminan jugadores hasta alcanzar la última donde sólo uno puede proclamarse campeón. Con la victoria, y también jugando, obtenemos experiencia con la que conseguir nuevas vestimentas para nuestro emplumado personaje. Y como no, una simple paloma pasará a ser el Elvis de turno o incluso un Worms encubierto. Algo que abre la puerta a colaboraciones futuras con franquicias, al menos, de Team 17.
Como no podía ser de otro modo, tenemos temporadas con su propio nivel para desbloquear los elementos estéticos de la misma. Duran un tiempo y habrá que ver qué se ofrece con el tiempo (nuevas pruebas seguro). Porque al final, Headbangers: Rhythm Royale (sobre)vivirá si los incentivos son suficientes. Efectivamente: no contamos con modos locales. Algo que sería ideal para su propuesta de minijuegos y poder compartirla en el sofá de casa con más gente. Porque sin duda merecen la pena.
No contamos con modos locales, algo que sería ideal para compartir su experiencia en el sofá de casa con más gente.
Nos encontramos con un juego muy simpático y divertido, donde además de seguir el ritmo podemos sumar puntos moviendo el cuello en cada prueba o picoteando ciertos objetos que aparecen aleatoriamente, rellenan la barra de Bonus y que pueden inmunizarnos, por ejemplo, de errores. Todo para hacer la experiencia mucho más rica, profunda y, a fín de cuentas, perfeccionista para jugar y jugar sin parar.
Vemos muchas posibilidades jugables para futuras temporadas en cuento a estilo de minijuegos sabiendo su amplitud de miras en cuanto a temáticas y formas de enfocar cada prueba (desde un partido de fútbol retro a un concurso de tv). Sólo queda esperar a verle crecer mientras reímos con este battle royale tan simpático y competitivo. Una locura diferente de las que tanto nos gustan.
El crossplay garantiza partidas constantes.
Versión del juego analizada: 1.0.3
