En un momento en el que los roguelike y roguelite abundan el catálogo de videojuegos por su efecto de “una run más y lo dejo”, es difícil hacer uno que, sin ser ya conocido, sepa sobresalir del resto. Sin embargo hay apuestas por llevar este tipo de experiencias a nuevas fronteras, y Fights in Tight Spaces es uno de esos juegos que lo consigue, y que además acaba de recibir su edición física de la mano de Super Rare Games.
Los mazos no son lo que esperas en Fights in Tight Spaces
Somos el agente 11, una especie de Kingsman o John Wick (con traje) que tiene que infiltrarse en seis organizaciones criminales para acabar con sus planes a torta limpia. Podemos coger una versión masculina o femenina, y en ambos casos la historia no es que sea mucho más que su premisa, pero no es algo que importe mucho. La narrativa aquí está más en la coreografía visual que en la trama en sí.
Imaginemos que estamos ante una aventura basada en una película de acción con volteretas, puñetazos colosales y mucha clase. Seguramente por la cabeza nos pase algún beat’em up, o incluso SuperHot, pero aquí no es el caso. Estamos ante un RPG de estrategia por turnos con cartas, con una dificultad que podemos ajustar al empezar cada misión y con toques de roguelike que se ven presentes en su desarrollo y al inicio o final de cada sala.
La clave de los mazos es que aportan diferentes estilos de combate, como uno basado en contras u otro de buscar los puntos muertos (más arriesgado). Son estos mazos también lo que van creciendo con nuevas cartas conforme subimos experiencia, por lo que puede que al principio las opciones no se adecúen del todo a nuestro estilo hasta que avancemos un poco y añadamos incluso cartas de estilos diferentes.
Colores y tortas de una manera que no viste venir
Nuestro personaje consigue mejoras en vida, dinero, cartas y en habilidades pasivas conforme completa misiones y objetivos secundarios en las batallas. También ve cómo el mazo cambia en función de la dificultad que escojamos, por lo que el factor aleatorio y la capacidad de anticipación varían mucho en caso de que optemos por un camino más sencillo. Cada run es la secuencia de salas de una de las organizaciones criminales, por lo que realmente en función de la opción que cojamos sí puede ser un roguelike mucho más puro de decenas de horas o una experiencia más rolera pero sencilla y encaja en incluso menos de diez horas.
Las batallas, basadas en “cuadrículas” tienen cierto componente aleatorio puesto que la mano de cartas se genera cada turno, y nuestro deber es intentar hacer el mayor combo posible con ellas e intentar buscar el momento óptimo. Los enemigos poseen diferentes acciones, las primeras predecibles para esquivarlas, pero poco a poco la situación se complica y tenemos que medir muy bien en cada turno qué hacer y dónde colocar a nuestro personaje, pues importa para ver cuántos enemigos acceden a nosotros y si tenemos elementos del escenario que podamos usar para hacer daño extra o incluso si podemos hacer que se golpeen entre ellos.
El juego se basa en blanco con colores. Al inicio es un blanco y negro, pero veremos muchos colore más en enemigos y cartas, pero todo con siluetas y con formas sencillas sin detalle en rostros o similares, pero con una coreografía que resulta similar a la de una película de acción en la que una persona se ventila una sala de enemigos. Eso sí, en lo visual encontramos algunos elementos (como los iconos sobre los enemigos) que se ven algo pequeños, y si jugamos en portátil, eso puede ser un pequeño problema para los que no tengan buena vista. Por su parte, el sonido acompaña a los golpes y la música da aura de acción, aunque es cierto que en muchas ocasiones no sabe hacerse destacar.
Fights in Tight Spaces es una propuesta que combina elementos que ya conocemos, pero cuya mezcla resulta bastante peculiar y llamativa en sí misma. Puede requerir algo de repetición y “grindeo” en sus dificultades más altas, pero si sabes las cualidades de los géneros que lo componen no va a suponer un problema. Además de su campaña, cuenta con retos diarios para que nos dure mucho más.
A continuación, un vistazo a cómo viene empaquetada la edición física de Super Rare Games. El interior es similar al del resto de sus lanzamientos, muy cuidado, pero en esta ocasión hemos querido enseñaros el exterior.