Los videojuegos indie que consiguen destacar entre la multitud tienen que ofrecer un rasgo característico que llame la atención del público. Generalmente suele ser el estilo gráfico, pero en otras ocasiones es un aspecto particular de la jugabilidad. SUPERHOT destaca en ambos frentes, que vienen acompañados de una presentación bastante llamativa.
¿Has probado SUPERHOT?
Lejos queda ya lo de pasarnos juegos en ejecutables .exe de los juegos más independientes en PC que nos pasaban por disquete, CD o mensajes entre usuarios con una interfaz propia de una consola de comandos. Pero ahora en este juego todo aquello vuelve a hacer su aparición, para mostrarnos un menú muy especial que a los nostálgicos seguro que les gustará, bajo el cual se esconde no solo el juego, sino ficheros Readme o similares y otros pequeños minijuegos en ASCII perfectos para matar el tiempo y que como extra no están mal.
Pero pasemos a hablar de SUPERHOT. En esencia es un shooter en primera persona formado por niveles de corta duración que para ser completados requieren que eliminemos a todos nuestros enemigos y que ellos no hagan lo propio con nosotros (de un dispatro caemos al suelo y toca reiniciar). El reto es creciente y, dada la corta duración de cada nivel, tener que repetirlo en varias ocasiones no se hace demasiado molesto.
La IA siempre va dispuesta a eliminarnos como sea, por encima de preocuparse por su propio bienestar, por lo que debemos medir con precisión nuestros movimientos. La mecánica clave del juego es que si nosotros no nos movemos, los enemigos tampoco, por lo que la estrategia está en pensar bien los pasos y golpes que vamos a dar, las balas que vamos a disparar y las armas que vamos a utilizar o lanzar de las que hay por el escenario.
Tus acciones deciden el paso del tiempo
Sin embargo esto es verdad “a medias”, y es que algunos elementos del nivel sí que se mueven aunque estemos parados, aunque a una velocidad ínfima, moviéndose a la que les correspondería solo si nos movemos. Es algo que también nos sirve de indicador para diferenciar lo que vemos en pantalla ya que realmente todos los elementos son lowpoly de diferentes tonos de gris, salvo los enemigos y las estelas de las balas que son rojos y las armas que son negras.
La satisfacción de completar cada nivel es alta, y de hecho nos ofrece la opción de ver la repetición de nuestra hazaña. La campaña, eso sí, es algo corta, pero una vez que la completamos desbloqueamos un modo infinito y un modo desafío que nos permite repetir la campaña de una manera mucho más compleja, por ejemplo usando solo katana contra todos los enemigos que llevan pistolas.
El juego corre sin problemas en portátil y TV y con un framerate constante. El estilo gráfico es muy sencillo pero resulta efectivo a la hora de movernos e identificar lo que hay en pantalla sin tener que pensar siquiera. Los efectos de sonido van al ritmo que avanza el tiempo, por lo que la sensación se acompaña bastante bien con los sonidos (que no música) que oímos. Además, cada vez que oímos el SUPERHOT del final, una sensación de alegría nos recorre por dentro.
SUPERHOT es un shooter particular que sin ofrecer un apartado gráfico sensacional consigue crear una experiencia muy interesante, adictiva y de la que se va aprendiendo poco a poco. Quizás una campaña algo más larga le hubiese sentado mejor, pero no cabe duda de que es un título que sabe enganchar.