Hay títulos que son calificados de “muy japoneses” y muchas veces no salen de su país. Sin embargo esa tendencia se ve reducida cada vez más, y eso nos ha hecho recibir por occidente este Dead or School del Studio Nanafushi. Gracias a Marvelous tenemos ahora en la eShop (e incluso en tiendas británicas) este peculiar juego que no debemos juzgar por la primera impresión.
Una misión para Hisako: Dead or School
Una especie de mutantes tipo zombi ha conquistado la superficie de Japón y ha obligado a la humanidad a recluirse en el metro y otros lugares bajo tierra similares. Décadas han pasado desde ese momento y ahora una muchacha joven llamada Hisako ha decidido reconquistar la superficie para cumplir un simple sueño: poder ir a la escuela con sus amigas. Su abuela le ha contado lo maravillosa que fue su vida de estudiante (el único recuerdo de la preguerra que le queda), por lo que ella quiere poder vivir esa experiencia.
Tras esta premisa algo extraña, nos encontramos ante un título de acción 2D que resulta algo tosco a la vista, junto a una serie de conversaciones acompañadas de ilustraciones tipo manga que nos van contando la historia y la vida de sus personajes. El objetivo es poco a poco abrir nuevas líneas de metro y accesos a la superficie, para detener al ejército mutante mientras creamos alianzas con otras personas que nos permiten acceder a nuevos lugares y que también buscan poner fin a esta situación.
Las habilidades de nuestra protagonista son el salto, la esquiva y soprendentes dotes de combate con armas blancas y de fuego. Para atacar usamos los gatillos y el stick derecho para apuntar al disparar, y podemos cambiar entre armas con un solo botón. Cada una de ellas tiene un número determinado de usos, y es necesario pasar por un punto de guardado para recargarlos. Además, podemos obtener mejoras para las armas al subir de nivel que nosotros escogemos en un simple “árbol de habilidades”.
Recorriendo Japón desde los subterraneos
Cada arma tiene una serie de atributos y ventajas adicionales, y podemos elegir si queremos mejorarlas o cambiarlas por otras, al más puro estilo RPG. Esto es algo que nos lleva a recoger todo lo que haya en nuestro camino, y un aliciente para muchos jugadores amantes del loot. Junto a sus movimientos rápidos y precisos, estaremos dándole al mando durante mucho tiempo a lo largo de las decenas de horas que dura esta obra que, pese a tener cierta linealidad, nos hace sentir bastante libertad.
El título ofrece una gran variedad una vez que hemos superado los primeros enemigos iniciales (y pasemos a ver muchos nuevos tipos con varios patrones de ataque) y, pese a que hay algunos escenarios son similares en diseño (aunque el mapa nos ayuda a situarnos), los apartados positivos hacen que dejemos la presentación y los detalles ligeramente subidos de tono en un segundo plano.
Estamos a nivel técnico ante un juego que podría ser de una generación anterior, y que deja al personaje muy pequeño en pantalla (a veces demasiado, indicándonos su posición en una flecha como en la primera imagen). No hay muchos detalles en los escenarios y enemigos, aunque sí en fondos y personajes 2D cuando aparecen en los diálogos. El único problema técnico lo tiene en modo portátil, ya que a veces hay alguna que otra caída de frames.
Dead or School es una propuesta que hay que jugar para valorar. Sus polígonos pueden parecer de otra época, y se nota que es una obra más humilde que otras, pero ofrece variedad en su desarrollo y nos da una gran libertad en la personalización. Es un título interesante desde el principio hasta el final y, pese a tener detalles mejorables, se hace muy entretenido y ameno, además de ofrecer una narrativa interesante.
