Poco a poco vamos sumando juegos que tienen por temática la rica y variada cultura china y 9 Monkeys of Shaolin es un buen ejemplo de ello. Es un título sin demasiadas pretensiones ni presupuesto y que sabe jugar bien sus cartas, aunque quizás se ha quedado algo cojo en varios aspectos como veremos más adelante.
Venganza y enseñanzas
9 Monkeys of Shaolin empieza como cualquier película de artes marciales de los setenta o principios de los 80, con un alumno, en este caso familiar y alumno, desdichado en busca de venganza por la muerte a manos de unos piratas japoneses de su maestro, en este caso también tío. Hasta aquí, nada demasiado original, y más adelante tampoco mucho, aunque sí ganará algo su historia con la aparición de los fantasmas que custodian ciertos artilugios mágicos, pero no esperéis demasiadas florituras.
Claro que tampoco le hacen falta a un beat ‘em up que parece clásico pero que en el fondo esconde una suerte de reinterpretación técnica de la fórmula machacabotones de siempre; bueno, quizás no tanto. 9 Monkeys of Shaolin empieza dejándonos zurrar piratas primero únicamente a varazos y patadas, estando la gracia en que a un tipo le afectan más unos golpes y a otros, otro. Además, tenemos el noble arte de bloquear, que será imprescindible llegar a dominar y que servirá tanto para ataques cuerpo a cuerpo como para los que nos lancen a distancia. Ya vemos que desde un inicio no valdrá ir a lo loco, aunque es verdad que tampoco habrá que hacerlo tan a lo técnico como parece, pero más adelante sí que habrá que saber bien cómo gestionar nuestro Qi. El descubrimiento de que poseemos una enorme fuerza vital vendrá acompañado de nuevos movimientos y, esta vez sí, solo con ellos podremos derrotar a unos determinados enemigos; de hecho, el Qi nos permitirá hacer no solo un tipo de ataques especiales, sino dos, y tanto estos como los normales los podremos mejorar, así como nuestro equipo, con un sistema de puntos. Completar una fase da puntos, siempre los mismos, y no se tienen en consideración factores como tiempo, vida restante, estilo, número de golpes… Bien para ir rápido, no tanto como factor recompensa.
Y ya que hemos hablado de rápido, hablemos también de que 9 Monkeys of Shaolin es corto, además de repetitivo en su estructura. Ningún beat ‘em up dura mucho, pero son frenéticos y sumamente rejugables, aquí no, su ritmo pausado invita a pensar que durará algo más y una vez acabado no tendremos demasiadas ganas de jugarlo otra vez. Parte de la culpa de esto recae en cómo está estructurado, con una zona central desde la que salir a las misiones, casi siempre con la misma excusa de acabar con los piratas. Desde esta zona, el templo shaolin, también mejoraremos atributos, cambiaremos de arma o complementos, activaremos trucos (muy como antaño, con enemigos cabezones, cambios de protagonista, etc.), e incluso elegiremos si queremos jugar a dobles, tanto en línea como en cooperativo local, donde podemos usar cada uno un solo Joy-Con. Una buena opción que habría sido más agradecida a 4 mandos, aunque bien es verdad que el tamaño de sus escenarios y su sistema jugable están pensados para 1 o como mucho 2 jugadores.
Volviendo a los escenarios, tenemos que hablar de cómo un buen diseño artístico salva, al menos en parte, un pobre apartado gráfico, y se lo agradecemos, aunque no todas las fases están igual de bien resueltas, como las nocturnas, y en todas hay elementos que denotan falta de cariño o presupuesto, como esos hierbajos. A veces hay unas pequeñas zonas de “plataformas” por las que pasar usando el botón de esquivar, pero tampoco lograrán dar una variedad que únicamente veremos con los jefes finales, los cuales nos pondrán las cosas difíciles y supondrán un agradable cambio después de haber machacado a decenas de japoneses iguales. Al menos 9 Monkeys of Shaolin tiene la decencia de, más o menos a mitad de juego, cambiarlos por otros con nuevos ataques coincidiendo con cuando obtenemos el último tramo de poderes Qi.
En lo referente al sonido, aquí sí que no hay nada que defender. Los textos están en un castellano plagado de faltas y de malas traducciones, como ese “12 aldeanos izquierda”, de “12 villagers left”, pero es que el audio de los personajes no es mucho mejor, con un doblaje al inglés o al ruso donde los actores de doblaje ponen voz de chino, casi lamentable.
Dejando esto de lado y su pobre pero a veces agradable aspecto visual, 9 Monkeys of Shaolin es un juego decente, sin alardes pero tampoco sin pretensiones, y que además se ha atrevido a dotar a un género estancado de un elemento más técnico a la hora de afrontar sus combates. Ayuda también su ambientación, aunque la mitología china ha quedado un poco relegada de más.